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Sociología2

SOCIOLOGÍA2: TRABAJO SOCIAL. La Federación Internacional de Trabajadores Sociales[1] y la Asociación Internacional de Escuelas de Trabajo Social (IASSW),[2] definen esta transdisciplina de la siguiente manera: "La profesión de trabajo social promueve el cambio social, la resolución de problemas en las relaciones humanas y el fortalecimiento y la liberación del pueblo para incrementar el bienestar. Mediante la utilización de teorías sobre comportamiento humano y los sistemas sociales, el trabajo social interviene en los puntos en los que las personas interactúan con su entorno. Los principios de los Derechos Humanos y la Justicia Social son fundamentales para el trabajo social".

Trabajo social

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La Federación Internacional de Trabajadores Sociales[1] y la Asociación Internacional de Escuelas de Trabajo Social (IASSW),[2] definen esta transdisciplina de la siguiente manera: "La profesión de trabajo social promueve el cambio social, la resolución de problemas en las relaciones humanas y el fortalecimiento y la liberación del pueblo para incrementar el bienestar. Mediante la utilización de teorías sobre comportamiento humano y los sistemas sociales, el trabajo social interviene en los puntos en los que las personas interactúan con su entorno. Los principios de los Derechos Humanos y la Justicia Social son fundamentales para el trabajo social".

El trabajo social en sus distintas expresiones se dirige a las múltiples y complejas relaciones entre las personas y sus ambientes. Su misión es facilitar que todas las personas desarrollen plenamente sus potencialidades, enriquezcan sus vidas y prevengan las disfunciones. El trabajo social profesional está enfocado a la solución de problemas y al cambio. Por ello, los y las profesionales en trabajo social, se convierten en agentes de cambio en la sociedad y en la vida de las personas, familias y comunidades para las que trabajan. El trabajo social es un sistema integrado y dinámico de valores, teoría y práctica interrelacionados.[3]

Contenido

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Funciones de los y las profesionales en Trabajo Social [editar]

Las funciones de los y las profesionales en Trabajo Social (según F.I.T.S) consisten en:

  • Orientar a las personas para desarrollar las capacidades que les permitan resolver sus problemas sociales, individuales y/o colectivos.
  • Promover la facultad de autodeterminación, adaptación y desarrollo de las personas.
  • Promover y actuar por el establecimiento de servicios y políticas sociales justas o de alternativas para los recursos socioeconómicos existentes.
  • Facilitar información y conexiones sociales con los organismos de recursos socioeconómicos (articular redes).
  • Conocer, gestionar y promocionar los recursos existentes entre sus potenciales usuarios y los profesionales de otras ramas de las ciencias que pueden estar en contacto con sus potenciales usuarios.

Ámbitos de actuación profesional [editar]

Deconstruir las caretas, máscaras y tabúes, de fenómenos manifiestos en la cuestión social, como lo son las diversas y enmarañadas variantes de prostitución ( - incluso el matrimonio fue considerado por Friedrich Engels como una forma de prostitución en las sociedades burguesas -[4] ), es uno de los retos laborales ineludibles de Trabajo Social. Imagen: Una trabajadora del sexo, Alemania, 1999.


Comprende gran diversidad de ámbitos de desempeño (todos aquellos sectores poblacionales que precisan de una atención especial): Tercera edad, personas con discapacidad, personas maltratadas (en especial, mujeres, menores y ancianos), reclusos,víctimas del terrorismo, inmigración, menores exclusión social, minorías étnicas, drogodependencias y adicciones, emergencia social, prostitución, entre otros ámbitos.

Retos frente a situaciones de discriminación por la orientación sexual, y abrir espacios a las nuevas formas y estilos de los núcleos familiares, están presentes en las labores cotidianas actuales en el Trabajo Social. Imagen con una pareja homosexual cuidando de un bebé.

 


Una herramienta tecnológico subjetual de su ámbito laboral, es el informe social, la historia social, la ficha, diagnóstico social, el proyecto de intervención, las hojas de seguimiento, entre otros. En la actualidad el Trabajo Social también desarrolla su acción en el llamado tercer sector (asociaciones, fundaciones, colectivos y ONGs) y en menos medida en la empresa privada. Se suman como herramientas tecnológico - subjetuales, como parte de sus actividades de intervención social: los informes periciales, propios del sistema oral de justicia. También en los contextos escolares, son mediadores de conflictos entre integrantes de la comunidad educativa, realizan terapia de tratamiento con familias, grupos, individuos, para buscar la resolución de sus problemas de interrelaciones sociales y que son causantes de sufrimiento.

Tensión entre la teoría institucional y la praxis profesional [editar]

El estado actual de Trabajo Social en torno al desarrollo profesional, se caracteriza por dos insumos, por una parte, se incorporan diversos elementos a partir de diversos programas de investigación sociológica, antropológica, filosófica y psicológica; que han logrando ensamblarse transdisciplinariamente, a partir por los esfuerzos realizados por parte de investigadores e investigadoras universitarios (as), como también por parte de investigadores e investigadoras provenientes de otras instituciones, fundaciones, ONGs, o agencias de servicio social.

Por otra parte, la praxis profesional permite una retroalimentación de las investigaciones universitarias o institucionales. No obstante, estos dos insumos han marcado una brecha entre la información obtenida a través de la práctica profesional y las eruditas investigaciones institucionales.

La combinación de estos dos tipos de insumos de conocimientos es a menudo imperfecta. Con la esperanza de zanjar esta brecha, a lo largo del siglo XX, los y las especialistas en el campo, han abierto permanentes debates, con la intención de lograr una convergencia teórica y metodológica, del insumo de los resultados obtenidos de una praxis profesional diversa, con los resultados de las investigaciones institucionales; no obstante la tensión entre estos dos insumos: teoría institucional - praxis profesional, es una problemática presente tanto en los estudiosos y las estudiosas institucionales, manifestándose en el núcleo mismo de las políticas curriculares de las carreras profesionales universitarias, como en los diversos tipos de praxis de los y las profesionales del campo.

En la praxis un o una profesional de trabajo social se enfrenta a las barreras, desigualdades e injusticias existentes en la sociedad. Responde a las crisis y emergencias, así como a los problemas personales y sociales de la vida diaria. No obstante, no siempre la teorización institucional brinda a los y las profesionales en la disciplina, la formación científica, técnica y tecnológica para las las intervenciones sobre procesos psicosociales, sobre sujetos - objetos, ni mucho menos las técnicas y estrategias para la participación en la política, la planificación y el desarrollo sociales.

En el caso de las intervenciones sociales, el profesional debe realizar diversos tipos de asesoramiento social, así como realizar análisis de caso, de comportamiento grupal o institucional, sustentar sus acciones interventivas en métodos derivados de la socio-antropogogía y de la terapia familiar; asimismo, diversos tipos de intervenciones sociales requiere acudir a estrategias y técnicas administrativas, jurídicas y de planificación institucional, para que diversos grupos humanos obtengan servicios y recursos comunitarios.

En la praxis profesional, al y la profesional de Trabajo Social, se le exigen responsabilidades de planificación y coordinación de organismos comunitarios y la participación en acciones y participaciones políticas que se orienten a la modificación y sustentación de las políticas sociales y económicas de los Estados a los que se pertenezca. Las prioridades de la práctica de los y las profesionales de trabajo social, variarán de un país a otro, y con el tiempo, en dependencia de las circunstancias culturales, históricas y socioeconómicas.

Transdisciplinaridad de Trabajo Social [editar]

Trabajo social puede ser considerado como transdisciplina cuyas propiedades definitorias emergen a partir de la convergencia teórica y metodológica de diversas y variadas disciplinas de raigambre subjetual e histórico - subjetual,[5] en el contexto de la praxis profesional de diversos gremios en distintos momentos históricos y ubicaciones geográficas. Las propiedades emergentes de esta transdisciplina, definen sus sujetos-objetos, sus finalidades, sus métodos y metodologías, sus jergas y terminologías especializadas. Sus referentes se orientan integralmente tanto a las personas, grupos o sociedades objetivas ( - su dimensión óntica - ), como a los fenómenos entorno a las dinámicas subjetivas de las personalidades individuales, o a las dinámicas intersubjetivas de actividades grupales, organizacionales o institucionales (- su dimensión ontológica -).[6] Como transdisciplina, se consolida autónomamente, a partir de un proceso gradual de emergencia inter y multidisciplinariamente; tanto en su dimensión óntica como en su dimensión ontológica, sus sujetos-objetos son los seres humanos, considerados integralmente en sus componentes de índole biológico, psicológico y sociológico. Como disciplina histórico - subjetual, adquiere por ende, una propiedad reflexiva, en tanto se trata de un proceso comprensivo - explicativo - transformativo de unos seres humanos, en el rol de trabajadores o trabajadoras sociales, en torno a otros seres humanos, en el rol de sujetos-objetos observados, comprendidos, explicados e intervenidos. El ser humano es dimensionado entonces por esta transdisciplina, de manera integral tanto en su dimensión óntica, como en su dimensión ontológica, lo que evidencia su naturaleza compleja y dinámica, cuya "quidditas" se manifiesta en su propiedad emergente y diferenciante: "la ontoergónica".[7] Se trata entonces de una propiedad óntico-dinámica, que permite develar el ser humano como proyecto, es decir, que no sólo como objeto del estudio de sí mismo ( - propiedad reflexiva de las ciencias subjetuales -), sino que es al mismo tiempo sujeto de su propio desarrollo, como actor de transformaciones individuales y sociales en contextos simbólico - lingüísticos de acciones comunicativas.[8] Por ello, el proyecto de la quididad humana, alcanza su finalidad integra en su dinámica de la dimensión ontoergónica.[9]

Trabajo Social comparado [editar]

La validez y confiabilidad de la praxis profesional de Trabajo Social se alcanza en el contexto de acciones comunicativas intersubjetivas.

Se diferencia sustantivamente de otras praxis profesionales, por lo que delimita sus propios sujetos - objetos ( - dimensión óntico - ontológica - ), sus odos, métodos y metodologías ( - dimensión epistemológica - ) y sus niveles de discurso, jergas y terminologías especializadas ( - dimensión gnoseológico - cognoscitiva - ). En su aspecto teorético - cognoscitivo, tiene las propiedades de una ciencia histórico - subjetual, que emerge transdisciplinariamente [10] en el contexto de ciencias históricos subjetuales como la psicología, la antropología, la sociología, la politicología, la antropogogía;[11] tecnologías subjetuales[12] como las intervenciones psicoterapéuticas, la gestión institucional, la salud ocupacional, el derecho laboral, civil y familiar; alcanzado sus propiedades diferenciantes que le dan la autonomía disciplinaria. En su aspecto de transformación e intervención sobre las estructuras sociales objetivas ( - ónticidad -) y en las intersubjetividades dinámicas de las intersubjetualidades sociales ( - ontologicidad - ), tiene las propiedades de una tecnología subjetual y que es la dimensión que surge como un producto histórico de la praxis disciplinar y cuya validez se logra en el contexto de acciones comunicativas intersubjetivas. Como transdisciplina que ha trascendido las prácticas profesionales locales, alcanzando un carácter transnacional, adquiere aceptación y consolidación institucional, incorporando a los currículos universitarios diversos grados académicos, tal como los "diplomas" europeos; bachilleratos en EE.UU., Puerto Rico y América Latina; licenciaturas como en Chile, Colombia, Argentina, Panamá, Costa Rica; cuya maduración transdisciplinar permite abrir especialidades de postgrado, como maestrías que se han desarrollado en Argentina, Chile, Costa Rica, Honduras, Guatemala, Panamá. Recientemente se han incorporado en los currículos universitarios de Trabajo Social, los grados doctorales especialmente en Brasil, Argentina y Puerto Rico. Finalmente como la profesión consolidada, ha alcanzado los niveles posdoctorales en Brasil, Europa y Estados Unidos. Por tanto, es una transdisciplina y profesión con una amplia cobertura internacional (tanto transdiscipinar como profesional) que con más de cien años de existencia en el mundo, albergando diferentes proyectos y programas universitarios con particularidades múltiples y diversas. Las dos raíces más determinantes en el desarrollo de la profesión, han sido la de origen europeo, de influencia Belga, Inglesa, Francesa, Alemana e Italiana, como por otro lado, y con diferencias sustantivas, se halla la tradición estadounidense, la cual ganó hegemonía posterior a la Segunda Guerra Mundial. No obstante, diversas formas de asistencialismo social han estado presentes en otros momentos históricos y por otras tradiciones culturales no occidentales.

El debate en Latinoamérica [editar]

Eduardo Galeano inicia su memorable obra: "Las venas abiertas de América Latina", con lo que puede ser considerado como una descriptiva pintura de la cruenta historia de América Latina: "La división internacional del trabajo consiste en que unos países se especializan en ganar y otros en perder. Nuestra comarca del mundo, que hoy llamamos América Latina, fue precoz: se especializó en perder desde los remotos tiempos en que los europeos del Renacimiento se abalanzaron a través del mar y le hundieron los dientes en la garganta. Pasaron los siglos y América Latina perfeccionó sus funciones. Este ya no es el reino de las maravillas donde la realidad derrotaba a la fábula y la imaginación era humillada por los trofeos de la conquista, los yacimientos de oro y las montañas de plata. Pero la región sigue trabajando de sirvienta. Continúa existiendo al servicio de las necesidades ajenas, como fuente y reserva del petróleo y el hierro, el cobre y la carne, las frutas y el café, las materias primas y los alimentos con destino a los países ricos que ganan consumiéndolos, mucho más de lo que América Latina gana produciéndolos[...] Es América Latina, la región de las venas abiertas. Desde el descubrimiento hasta nuestros días, todo se ha trasmutado siempre en capital europeo o, más tarde, norteamericano, y como tal se ha acumulado y se acumula en los lejanos centros de poder. Todo: la tierra, sus frutos y sus profundidades ricas en minerales, los hombres y su capacidad de trabajo y de consumo, los recursos naturales y los recursos humanos. El modo de producción y la estructura de clases de cada lugar han sido sucesivamente determinados, desde fuera, por su incorporación al engranaje universal del capitalismo".

El emergente asistencialismo social en la Latinoamérica contemporánea [editar]

Fechas de independencia de los países de Latinoamérica.

La conciencia histórico social de la dramática situación de las poblaciones latinoamericanas sumidas en la más profunda explotación, pauperización, pobreza y miseria, forja de manera dolorosa la identidad de los pueblos latinoamericanos. Es en este contexto que emerge el Trabajo Social en América Latina, desde sus "protoformas" asistencialistas, su praxis como servicios sociales, hasta su consolidación como diversos núcleos teóricos transdisciplinarios, que retroalimentan la praxis de "Trabajos Sociales", y permiten el surgimiento de sus propiedades transdisciplinarias y profesionales. Como una construcción histórico - subjetual, se consolida entonces, un Trabajo Social como una división del trabajo, a la vez que como una especialidad en el contexto de las ciencias histórico - subjetuales en su dimensión teorética y como una tecnología subjetual en su dimensión transformadora e interventora, en las estructuras y dinámicas sociales. Entonces, los procesos de consolidación transdisciplinaria, parten de identidades culturales locales por una parte, y que por otra parte, permiten establecer criterios de identidad disciplinaria transcultural en el contexto de las diversas praxis profesionales en las distintas naciones latinoamericanas.

No obstante, estos procesos han sido diversos, complejos, no lineales, caóticos; interrumpidos, no pocas veces, por los períodos de las dictaduras militares;[13] que grosso modo, se bifurcan hacia dos tendencias, una progresista, de la cual surgen expresiones de un trabajo social con aspectos nuevos en relación a una “intencionalidad transformadora, el rescate de la experiencia, la reconstrucción del tejido social, centrado en los movimientos sociales y orientado a un proyecto de sociedad” y otra tendencia con un perfil técnico, menos preocupada por cuestiones filosóficas, como el cuestionamiento ético, político y existencial; tendencia esta última, que por ser menos peligrosa políticamente, se profundiza en los gobiernos postdictadura, en el contexto de políticas económicas liberales (- neoliberales -), pero que a pesar de ello, genera una serie de contradicciones y tensiones entre los postulados éticos, la formación de los profesionales por una parte y la experiencia dinámica del trabajador social en situación, frente a los fenómenos manifiestos en la cuestión social,[14] por otra.

Servicio social y división del trabajo [editar]

Marilda V. Iamamoto[15] en: Servicio Social y División del Trabajo(1997), presenta su versión laxa de esta emergencia transdicisciplinaria en el contexto de la historia brasileña reciente: “el Servicio Social surge de la iniciativa de grupos y fracciones de clases dominantes que se expresan a través de la Iglesia, como una de las derivaciones del movimiento de apostolado lego”, describiendo la dimensión obviamente conservadora de esta tradición eclesiástica: “centro de un movimiento de cuño reformista-conservador”, prescribiendo como etapa consecuente un proceso de secularización y de tecnificación (-considerado de manera global y poco precisa como: "positivista" -): “el proceso de secularización y de ampliación del soporte técnico-científico de la profesión", considerando consecuentemente que el progreso de las ciencias sociales de fundamento empírico, tienen un basamento igualmente conservador: "bajo la influencia de los progresos alcanzados por las Ciencias Sociales en el contexto del pensamiento conservador, especialmente de su vertiente empirista norteamericana”[16] Perspectivas como las de M. V. Iamamoto, al ser consideradas por otras perspectivas teóricas de Trabajo Social como reduccionistas, han suscitado el debate contemporáneo en Latinoamérica en la segunda mitad el siglo XX, en particular en torno a las las concepciones teóricas, prácticas políticas e imaginarios en la corriente de Trabajo social surgida en Brasil, en el contexto de las transformaciones de la sociedad global y latinoamericana experimentadas en este lapso histórico.

El proyecto gramsciano y el movimiento de la reconceptualización [editar]

En pleno contexto de la denominada guerra fría, que de fría tuvo poco en Latinoamérica, surgen propuestas no tan conservadoras, como: un proyecto “gramsciano” iniciado a fines de los años 60 en Brasil, paralelo con el movimiento de reconceptualización que busca romper con la hegemonía del asistencialismo de inspiración católica, y que se profundizan durante los años setenta junto a la lucha de diversos movimientos sociales contra el régimen militar y después durante la transición democrática iniciada en 1984.

César A. Barrantes A. (1998-1999),[17] presenta una perspectiva crítica en torno a las concreciones de Trabajo Social en comunidades particulares de Trabajo Social en Latinoamérica, pero con un especial énfasis a las tendencias desarrolladas en Costa Rica. Barrantes desarrolla una perspectiva análoga a que había presentado Ezequiel Ander-Egg en su trabajo: "Achaques y manías del Trabajo Social Reconceptualizado",[18] sintetizando, su perspectiva sobre la Reconceptualización de Trabajo Social, de la siguiente manera: "la historia de La Reconceptualización y podremos recordar que ha sido la de la búsqueda, no siempre exenta de problemas existenciales de los Trabajadores Sociales, de una plataforma vocabular, categorial, definitoria de principios, postulados, fines, objetivos, metas e indicadores de nuestra específica y no siempre consciente práctica científico-política y tecnoprofesional; plataforma cuyo equívoco está en la creencia misma de que el nutriente científico le vendría insuflado desde “el más allá del Trabajo Social” representado por el resto de las disciplinas sociales. (...) ¿Cual es el objeto que el Trabajo Social nunca tuvo y, por lo tanto, dio por perdido?. Su carácter de Ciencia. ¿Cuál perdió después de haberlo tenido?. Su objeto de estudio e intervención: el individuo, el grupo, la comunidad (hoy podríamos hablar de la localidad) y los tres métodos clásicos a los que algunos colegas reconceptualizados intentaron construirles paradigmas o metateorías de corte estructural y objetivista, ajenas a las necesidades tanto de las heterogéneas realidades como de los Trabajadores Sociales, la mayoría de los cuales no se vio expresada en ellas o no se percataron de su existencia. (...) Este drama, inscrito en la lógica del itinerario de La Reconceptualización, viene a ser como la ventana a través de la que se ven, interpretan y organizan los significados, los sentidos de la realidad. Es el escenario al que la repetición nos conduce constantemente, como la lengua al diente que duele y duele precisamente porque no somos capaces de reconocer las potencialidades que tiene ni la estrategia conducente al objeto de estudio e intervención deseado."

El proyecto ético-político (PEPO) [editar]

Leonardo Boff uno de los más destacados defensores de la Teología de la liberación

Los cambios en la orientación política de la profesión en el caso de Brasil, se verifican ya en el Código de Ética profesional de Trabajo Social de 1986. Estos procesos se manifiestan, si bien ya conflictivamente, a partir de la promulgación de la Constitución de 1988, y durante los años noventa, que registra la incorporación en el Código de Ética de 1993 de una concepción teórica inspirada en algunas vertientes marxistas – fundamentalmente vinculadas a Georg.Lukács y A. Gramsci– en la forma de un “proyecto ético-político” que asume explícitamente su “compromiso con la clase trabajadora”. Esta implementación del proyecto original se realiza en los organismos profesionales y en las escuelas y facultades –fundamentalmente públicas – de enseñanza de Trabajo Social, con una propuesta de ocupación de espacios que tiene como objetivo el control de los cursos de postgraduación, por su potencial reproductor endogámico. Este proceso ha sido descrito, entre otras, en las obras de Marilda Iamamoto y José Paulo Netto.[19] Aplicando reflexivamente la teoría marxista en que se fundamenta supuestamente este proceso, y se puede ya indicar que, políticamente, fue hegemonizado por grupos vinculados a la izquierda – incluyese aquí la izquierda católica vinculada a la Teología de la Liberación - y al Partido Comunista Brasilero, y, socialmente, masivamente constituido por trabajadores sociales oriundos de los sectores medios y de la pequeña burguesía académica, operadores finales de los cambios que quebraron la hegemonía de los sectores católicos y conservadores en la profesión.

Perturbaciones en el proyecto-ético político (PEPO) [editar]

Se evidencian dos grandes perturbaciones que este proyecto experimenta a lo largo de su desarrollo:

1)Uno de ellas es la caída final del “socialismo real” entre 1989 - 91,[20] con las inevitables consecuencias centrífugas para la teoría y la práctica política. Se analiza la dificultad del movimiento para mantenerse dentro de la tradición marxista de la autocrítica, y su lento deslizamiento hacia posiciones postmodernas basadas en la fe, en conceptos religiosos o en el irracionalismo mesiánico. También, su dificultosa convivencia con el fin de los “mitos de totalidad”.[21]

2)Como consecuencia de lo anterior, la otra gran perturbación experimentada por el proyecto ético-político (PEPO) de la auto-denominada corriente hegemónica en el trabajo social (ADCHTS) en Brasil consiste en la sorprendente inercia y limitaciones de su marco teórico para interpretar las transformaciones ocurridas en la sociedad mundial y latinoamericanas en los últimos cuarenta años. La creciente complejidad de las sociedades contemporáneas, en un marco de globalización, multiculturalismo, y conflictivos procesos de universalización de los derechos, vuelve anacrónica, entre otras nociones, la tradicional distinción entre Estado y sociedad civil originada en el siglo XIX, así como la lectura de una sociedad de clases con la vista congelada en el siglo XIX o en los inicios del capitalismo monopolista del siglo pasado.

La emergencia de situaciones de riesgo e incertidumbre que eran apenas vislumbradas en su actual magnitud poco tiempo atrás, exige la adopción de marcos teóricos que sean capaces de incorporar nuevos conceptos para intentar el análisis de las formas de la modernidad presente.

La auto-denominada corriente hegemónica en el trabajo social (ADCHTS) [editar]

Es posible, a partir de las investigaciones realizadas por Emilio Enrique Dellasoppa ,[22] describir entonces "de la auto-denominada corriente hegemónica en el trabajo social (ADCHTS) en Brasil", en los siguientes puntos:

1. El proceso de cambio de hegemonía política-sindical-académica en el trabajo social brasileño está asociado a la participación política de trabajadores sociales, casi totalmente constituidos por mujeres, oriundos de clases o capas medias de la sociedad brasileña, fundamentalmente del sector público, de los servicios sociales y culturales y de la pequeña burguesía académica - profesores universitarios -, con militancia política y sindical.

2. Este proceso implica en la constitución de un imaginario político, cultural y social de estos actores provenientes de las clases medias. La búsqueda de sentido social, entendido como un lugar social, político, ideológico y cultural por parte de estos sectores de la pequeña burguesía se materializa paulatinamente en la formulación del proyecto ético-político (PEPO), concebido como una herramienta discursiva para la lucha política dentro de la profesión – tanto en los ámbitos académicos, sindicales como institucionales – y como una intervención en la realidad.

3. Como una característica que se desprende de las condiciones materiales de existencia de los partícipes de la corriente – exclusivamente pequeña burguesía - , se constituye un imaginario teórico ecléctico basado en múltiples interpretaciones de diversos marxismos y que, en última instancia, recurre a la fe como justificativa.

4. La incorporación a la práctica política de las concepciones de A. Gramsci sobre la “guerra de posiciones”[23] lleva a una intervención en la realidad que se traduce en la ocupación por parte de este Trabajo Social de la pequeña burguesía de espacios en lo académico, sindical y en las instituciones del estado, materializando la ascensión social dentro del imaginario construido. Se conforma de esta manera la autodenominada "corriente hegemónica" en el trabajo social de Brasil, y su expresión académica, la “dirección social del curso”.

5. Dentro de la corriente se adhiere a una posición historicista clásica en el marxismo ortodoxo: releer a la historia realizando una intervención que justifica las posiciones adoptadas en el presente. Aunque entre la última revisión curricular (los programas de las materias son de 1992) y el presente, el mundo ha sufrido muchos cambios, la corriente que estudiamos continúa viviendo los mismos condicionamientos intelectuales de los años setenta, con sus raíces firmemente asentadas el siglo XIX.

6. El final del “socialismo real’ en 1989 y de los “mitos de totalidad”, junto con la mundialización, la emergencia de las sociedades de riesgo y la declinación de las políticas de clase, aniquila la posibilidad de articular el discurso sobre lo real en torno al concepto de autocrítica, obligando al retorno final al ámbito de la fe: la sustentación del frágil imaginario ahora precisa de la impenitencia.

 

Expedientes de inmunización de la auto-denominada corriente hegemónica en el trabajo social (ADCHTS) [editar]

La primera verificación, por ende, es que la autocrítica se torna imposible, privada por la fragmentación de cualquier posibilidad de discurso unitario. Asimismo, la desaparición de los mitos de totalidad: el proletariado, la revolución y la sociedad socialista, transforma el recurso al historicismo en una simple cuestión de fe en una forma de intervención histórica sobre lo real.

Por eso, la cuestión no se puede analizar en términos de autocrítica: el referencial teórico interno del marxismo se encuentra fragmentado en innumerables corrientes, muchas ya corroídas por el olvido. La vieja colocación de Norberto Bobbio “Ni con Marx, ni contra Marx”,[24] puede ser entendida ahora en su exacta dimensión.[25] Frente a este cuadro, la última alternativa – única – es declararse "impenintente",[26] como parte de un proceso de “lavado de capital ideológico-político”.

Proyecto ético-político y estalinismo [editar]

Este proyecto ético-político de Trabajo Social de Brasil se encuentra en la difícil situación de tener que admitir la impenitencia explícita, aun en el caso de los crímenes cometidos por el estalinismo: la autocrítica – imposible – provocaría una implosión semejante a 1989, por la simple divulgación de los hechos y posiciones políticas. José Paulo Netto consideró y aparentemente considera – no se conoce ningún desmentido al respecto - la violencia del estalinismo “históricamente necesaria”, y esta situación no puede resolverse en el contexto de la intervención quirúrgica que interpreta la historia en función de las necesidades de la lucha política en el presente: "En verdad, por lo tanto, lo que entonces se realizó fue el establecimiento de la infraestructura necesaria para la transición socialista. Ahí reside el papel históricamente progresista de la autocracia estalinista: ella concretó la creación de las condiciones materiales indispensables para la edificación de una sociedad de nuevo tipo....Lo que debe ser cobrado al grupo dirigente capitaneado por Stalin, pues, no es esta violencia históricamente necesaria. Lo que debe ser puesto en su cuenta es la transformación de esas coacciones requeridas transitoriamente en normas constantes de dirección política....".[27] Esta no es una posición aislada. Este autor también consideraba Stalin un gran científico social, organizando un libro con sus obras en la colección "Grandes Científicos Sociales" , y mantiene aún hoy esta referencia en su currículo, en una elogiable actitud de honestidad intelectual y coherencia política. El prolongamiento de estas situaciones anacrónicas desde el punto de vista de la autocrítica es facilitado por las “bases materiales” constituidas por los alumnos que ingresan a la carrera de Trabajo Social en Brasil, de acuerdo a lo que colocamos arriba en base a los datos del censo estudiantil.

Stalin en una entrevista.

La fuente de las opiniones de José Paulo Netto sobre la violencia históricamente necesaria para la construcción del socialismo, se encuentra en György Lukács. Marco Baldino[28] ha señalado: "... Según Lukács con la revolución de octubre tendrían "...nacido los fundamentos materiales del marxismo para la real construcción científica tantas veces requerida por Engels y después también por Lenin en los Cuadernos Filosóficos. La inmensa culpa histórica del estalinismo está no sólo en haber dejado inutilizada esta construcción científica, sino en haberla hecho retroceder." Baldino continúa:[29] "En su esencia, la culpa histórica del estalinismo no estaría en los dieciséis millones de muertos de que habla, por ejemplo, Foucault, sino en el hecho de que Stalin (para Lukács)[...]"obstaculizó la tendencia que habría sido capaz de esta construcción científica". Las raíces políticas de los fundadores de la corriente y sus epígonos, están clavadas en los iconoclastas argumentos de M.Foucault,[30] iniciando con su perspicaz crítica al "marxismo de los partidos" [...] "definido por los partidos comunistas, que son los que deciden cómo usted ha de usar a Marx para lograr que ellos lo declaren marxista",[31] a partir de la cual, impugna el denominado "stalinismo post-stalinista, que al excluir del discurso marxista todo aquello que no sea una repetición temerosa de lo ya previamente dicho, no permite develar dominios inexplorados [...]. El precio que los marxistas pagaron por su fidelidad al viejo positivismo fue el de una sordera radical a toda una serie de cuestiones planteadas por la ciencia",[32] concluyendo que: "La concepción del papel de la violencia estalinista es paradigmática. No estoy descubriendo nada. Sólo informando de una realidad que es conocida en el mundo todo hace mucho tiempo".[33]

Solzhenitsyn con Vladimir Putin.

Estos juicios de Foucault, han sido fielmente corroborados en las narraciones realizadas por Aleksandr Solzhenitsyn, escritor, historiador y Premio Nobel de Literatura ruso,[34] develando los horrores del genocidio estalinista, en su obra: "Archipiélago Gulag",en la cual analiza el sistema de prisiones soviético, el terrorismo y el papel de la policía secreta. Solzhenitsyn enumeraba las atrocidades de un Estado enfrentado demencialmente a su propio pueblo casi desde sus inicios. En uno de los momentos de mayor esplendor del gulag, hacia 1936, había unos cinco millones de prisioneros que componían lo que Franz Kafka hubiera llamado " la colonia penitenciaria". Un número que aumentó año tras año hasta la muerte de Stalin, en 1953. En total, entre 1928 y el fallecimiento del "Padre de los pueblos", entre 40 y 50 millones de personas fueron enviadas a cumplir condenas en lo que metafóricamente denominó Solzhenitsyn archipiélago de campos de trabajo repartidos por toda la URSS. Aproximadamente la mitad de ellas nunca regresaron.

Fracaso del proyecto-ético político [editar]

Emilio Enrique Dellasoppa,[35] ha señalado que: "La “intención de ruptura” de los integrantes de este proyecto ético político puede ser cuestionada en este punto: nunca consiguió generar cualquier “intención de ruptura” para romper con el estalinismo, el utopismo mesiánico y las verdades congeladas en el siglo XIX". Concluye Dellasoppa: "Por lo tanto, la fe y la impenitencia son las únicas alternativas para el futuro de esta corriente."

Mitos y manías del denominado: "Trabajo Social de la Liberación" [editar]

El discurso ético - político, que ha sido desarrollado por Iamamoto y Netto, que contextualiza su programa de investigación y sus seguidores como un: "Trabajo Social de la Liberación", es un impositivo "discurso de de poder", que se traduce en un "dispositivo"[36] que invalida la naturaleza inquisitiva misma de la epistemología, y que les inmuniza frente a los espectros del talante crítico y desideologizador,[37] para pasar así a desautorizar así cualquier programa, enfoque o teoría que no se encuentre dentro de la línea genealógica de la "ortodoxia" de K.H. Marx y G. Luckács[38] y no responda, a su propia concepción arbitraria de ontología ( - una nebulosa ontoteología,[39] que pretende ser naturalizada por una especie de magia verbal[40] -), con un perfil reificante y con atributos esencialistas anacrónicos, e incluso evidencia una incomprensión de la naturaleza comprensivo - hermenéutica de la ontología, es decir, trivializan el complejo proceso de la ontología hermenéutica para lograr la comprensión del ser.[41] De la misma manera, se sigue a pie juntillas, la noción "lukácsiana" de "ontología del ser social",[42] que aunque la convierte en una eufonía llamativa y con una carga emotiva propia de un mitin político, conceptualmente es una expresión sin sentido. El ente (óntico), adquiere su dimensión ontológica por medio del proceso comprensivo - hermenéutico superlativo y exclusivo de un ser comprendente. Por lo tanto, hacer una ontología del ser social, es darle propiedades de sujeto, propiedades subjetivas, propiedades comprensivas, propiedades hermenéuticas a las acciones simbólicas y transformativas del conglomerado social, como si fuera un sujeto con sus características cognoscentes propias e individuales; en vez de identificarlo como un constructo conceptual en el nivel gnoseológico - cognoscitivo, sin referente óntico individualizado; que a todas luces, hace evidente lo débiles que son los fundamentos epistemológicos y metodológicos de este proyecto ético político. Ese intento de Lukács, - partiendo desde sus presupuestos éticos -, de fundar una "ontología del ser social"; se convierte en un claro remanente, que lo vincula a la visión de mundo, de la era más dura del autoritarismo estalinista-hitleriano,[43] cuando Martin Heidegger, en su eufórica pretensión de convertirse en "Führer del Führer",[44] evidenciada en su obra "Ser y Tiempo", explicita que: "el Dasein (-Ser ahí, o simplemente el Ser -)auténtico debe ser entendido como Comunidad (Gemeinschaft), como Pueblo, y que éste debe elegir él mismo "a su Héroe" con el fin de "volverse libre para la continuación del combate".[45] Además, Heidegger acuña también el término: "Volk Sein"(-ser del pueblo-), expresión de la que es posible encontrar múltiples similitudes con diversos conceptos de Lukács; tanto con la noción "conciencia de clase"' [46] en la etapa temprana de su obra, como la noción de "ser social" en su última etapa.[47] Esta subjetivación de las complejas interacciones sociales, Heidegger la expresa en varios de sus discursos políticos, como el realizado en Leipzig en 1931: "Eso no significa darle la espalda a la comunidad de los pueblos. Al contrario, nuestro pueblo, gracias a este paso, se coloca bajo la autoridad de esta ley esencial para toda existencia humana, a la cual todo pueblo debe primero obediencia si quiere seguir siendo un pueblo (-su ser-)"(Volk sein).[48] Realizando un rastreo conceptual de antecedentes, no es difícil encontrar los vínculos conceptuales entre las ideas políticas de Heidegger, el Nacional socialismo obrero y el romanticismo nacionalista alemán, que alcanza su dimensión superlativa en Georg Wilhelm Friedrich Hegel, en la Fenomenología del espíritu (Phänomenologie des Geistes) ,[49] quien incorpora en su holismo idealista, la expresión: "Volksgeist" (Espíritu del pueblo), concepto filogenéticamente vinculado con la expresión heidegeriana de "Volk Sein" (Ser del pueblo) y la neohegeliana noción de Lukács: "conciencia de clase" .[50] Jürgen Habermas llegó a considerar como obsceno este abuso semántico de Heidegger,[51] con evidentes fines de exaltación del nazismo y que también resultan análogos a los fines de Lukács, de sustentar conceptualmente el "estalinismo", en su época más totalitaria, aunque haya sido un "amor no correspondido" .[52] Se hace manifiesto entonces, el discurso de poder desarrollado en el contexto de este "Trabajo Social de la liberación", que promulga resguardar la integridad y la ortodoxia del marxismo (-algo que ni el mismo Marx hizo[53] -), evitando cualquier eventual metamorfosis, y sacan un expediente de inmunización en contra de cualquier teoría que amenace tal ortodoxia y defendiéndose enérgicamente contra cualquier mezcla o heterodoxia y que pudiese producirle preñeces indeseables. De allí que para mantener su pureza verdadera, se arremete contra el fantasma que supuestamente recorre América Latina: el eclecticismo. José Pablo Netto, de manera transversal en sus obras, arremete una cruzada contra el sincretismo de la praxis profesional, y en contra del eclecticismo teórico en Trabajo Social. Pero lo que muestra en su quijotesca pretensión, es que se encuentra luchando en contra de sus propios fantasmagóricos espectros, pues bajo su discurso antieclectizante, lo que se evidencia es una lucha contra las arbitrariedades teóricas y metodológicas, ausentes de una fundamentación epistemológica robusta; ausencias que no solo se encuentran manifiestas en su obra, sino que también fomentan un espectro nebuloso sobre la naturaleza transdisciplinaria de Trabajo Social, que termina por socavar diversos esfuerzos rigurosos por lograr convergencias metodológicas, entre diversas áreas específicas, de distintos enfoques, provenientes de distintas disciplinas histórico - subjetuales, con propósitos legítimos de encontrar estrategias concretas, para resolver problemas presentes, en el contexto de una amplia gama de fenómenos manifiestos de la cuestión social .

Tradiciones de Trabajo Social en Costa Rica. UCR[54]

Entonces, la adopción de las directrices de este "Trabajo Social de la Liberación", establecidas grosso modo por sus grandes gurúes: M. Iamamoto y J.P. Netto, en algunas tradiciones y escuelas de grado y postgrado de instituciones universitarias de Latinoamérica, especialmente en diversos países de Suramérica, como: Argentina, Uruguay[55] y en el mismo Brasil, y en otros países de Centroamérica, particularmente en Costa Rica,[56] muestra una fijación a preceptos decimonónicos, que más que favorecer a una praxis profesional innovadora de esta transdisciplina, favorece los privilegios de ciertas "tribus universitarias" o "capitanes (as) de la erudición"(-como los denominaba irónicamente: Thorstein Veblen-), que defienden una visión conservadora de la sociedad, ya sea desde una óptica heredera del escolasticismo católico por una parte o por otra en un marxismo anacrónico de perfil decimonónico. Quedando pendiente las tareas ineludibles de marcar una ruptura y una discontinuidad en la reproducción del conservadurismo y tradicionalismo esclerotizado del "status quo"; a pesar que estas discontinuidades, se hacen manifiestas en los sistemas sociales óntico fácticos concretos, y que se muestra en la vertiginosa dinámica presente en las sociedades del siglo XXI, tanto en los aspectos políticos, económicos, sociales e incluso en los efervescentes mundos de la vida cotidiana y que el trabajo social en su praxis profesional descubre cotidianamente, más allá del normativismo de los capitanes de la erudición de las tribus universitarias. Quedan pendientes las tareas de abrir nuevos odos deconstructivos de los complejos y multidimensionales rostros, caretas, máscaras, de la naturaleza humana individual y social.

Observar las tendencias de apariencia crítica y progresista en este "Trabajo Social de la Liberación", como práctica hegemónica de burguesías universitarias, que bajo sus pieles académicas, se mantienen en el más profundo conservadurismo,[57] sin marcar ninguna discontinuidad, ni deconstrucción de los grilletes económicos, políticos, sociales y morales del capitalismo tardío en el contexto de los estados de derecho burgués; es análogo a como Foucault observó que Marx con toda su habilidad dialéctica en materia de análisis de la forma fenoménica de los bienes, hizo poco más que suministrar una "exégesis" del valor enlodado en los supuestos del siglo XIX. Foucault señaló que la crítica formulada por Marx contra la teoría capitalista del valor[58] no podía refutar al capitalismo porque se basa en los mismos fundamentos metafísicos, el mismo orden del conocimiento basado en un mundo de cosas y objetos:[59] "Al nivel más profundo del conocimiento occidental, el marxismo no introdujo ninguna discontinuidad real; encontró su lugar sin dificultad como una forma plena, tranquila, confortable y satisfactoria para una época (la suya), dentro de un arreglo epistemológico que la recibió con gusto (ya que de hecho era este arreglo lo que le estaba haciendo campo) y que, por su parte, no tenía ninguna intención de perturbar y, sobre todo, no tenía poder para modificar, ni siquiera una tilde, porque descasaba enteramente sobre este arreglo. El marxismo existe en el pensamiento del siglo XIX como un pez en el agua, es decir, no puede respirar en ninguna otra parte. Aun cuando se opone a las teorías "burguesas" de la economía, y aunque está oposición lo lleva a utilizar el proyecto de una inversión radical de la historia como un arma contra ellas, ese conflicto y ese proyecto no tienen como condición la posibilidad de la reformulación de toda la Historia, sino un suceso que cualquier arqueología puede situar con precisión, y que prescribió simultáneamente la economía revolucionaria del mismo siglo. Es posible que sus controversias hayan agitado unas cuantas olas y provocando unas cuantas ondulaciones superficiales, pero no son más que tormentas en un vaso de agua"(Foucault, M. The Order of Things: An Arqueology of the Human Sciences,[60] 1973,pp.261-263).

Deconstrucción de los mitos y manías del Trabajo Social de la Liberación [editar]

En este sentido, el programa de investigación "Trabajo Social de la Liberación", es análogo a otras propuestas procedentes de la "Teología de la Liberación", "Filosofía de la Liberación", "Pedagogía de la liberación", "Psicología de la Liberación", y no representa una discontinuidad con las concepciones y valores sustentadores de las supraestructuras políticas, religiosas, morales y jurídicas del Estado de derecho burgués.

Basis und Überbau. (Infraestructura y superestructura.)

En el contexto de este "Trabajo Social de la Liberación", José Pablo Netto -, en su obra: "Capitalismo Monopolista y Servicio Social, pretende desde su deontología no explícita, normativizar el rol del "Servicio Social Profesional", partiendo de un conservadurismo que resulta a todas luces, pasmoso: "El pensamiento religioso puede compatibilizar con los principios éticos de la profesión, como puede también compatibilizar con la actividad política ciudadana en cualquier emprendimiento de carácter progresista". Paradójicamente, Netto propone una "ecléctica e incluso sincrética conciliación entre marxismo y cristianismo", y llega a considerar que: "tanto los cristianos católicos como los protestantes tienen méritos históricos como movimientos revolucionarios que fueron, y que continúan siendo, parte de ellos, para integrarse a la lucha general por el progreso humano. Ellos cuentan hoy con grandes representantes, incluso desde dentro de la Iglesia Católica"; una reivindicación evidente del impenitente J.P. Netto, al aparataje ideologizante religioso, - que ha sido, es y seguirá siéndolo en tanto coexistan parasitariamente -, sustentador del conservadurismo de los estados de derecho burgués y en contra de una de las más preclaras y persistentes luchas que realizó el propio K. Marx,[61] contra la alienación religiosa, como el "Opio del pueblo". En las vehementes palabras del propio Marx: "La alineación religiosa es una alineación de segundo grado. Expresa en forma de teoría justificativa lo absurdo que la hace nacer. La alineación religiosa tiene su origen en la alineación económica y no podrá superarse mientras no se supere esta. La lucha contra la religión es la lucha contra aquel mundo cuyo aroma espiritual es la religión. La miseria religiosa, es, por una parte, la expresión de la miseria real y, por otra, la protesta contra ella. La religión es el suspiro de la criatura oprimida, el corazón de un mundo sin corazón, el espíritu de una situación carente de espíritu. Es el opio del pueblo.".[62]

Asimismo, la perspectiva de Netto del surgimiento del Servicio Social es linealmente simplista cuando reconoce su pasaje de la “protoforma” a la profesionalización, y que si se deconstruye[63] la inmanente pluralidad de significantes subdiscursivos de su normativizante discurso, son diseminados una nutrida variedad de estos, como lo es su adhesión filial a una perspectiva conservadora de una historia lineal y teleológica, que es común a las doctrinas soteriológicas.[64]

Por otra parte, se diseminan deconstructivamente significantes subdiscursivos, con un perfil evidentemente falogocéntricos,[65] pues cuando Neto hace referencia a la "cuestión del Género Femenino",[66] ha mostrado en su universo - discurso, que existe una preferencia de las mujeres por la actividad de la asistencia social, asignándole rasgos de subalternidad a la praxis profesional de la disciplina; cuando este rasgo hace referencia al rol de la mujer en una sociedad falogocéntrica y que en nada define el "estatus óntico - ontológico" de la praxis profesional de Trabajo Social. Su alienante perspectiva falogocéntrica,[67] incuestionable desde su condición de varón, le obnubila la posibilidad de comprender que confunde estos dos fenómenos, que tienen un vínculo indubitablemente, pero no son reducibles el uno al otro. Además, el método de trabajo de Netto, consiste en mostrar contradicciones y analizarlas con las más simples lógicas formales, lineales, binarias, sin comprender los conjuntos dialécticos que están en juego.

Teresa Porzecanski, haciendo un análisis sobre esta obra de Netto: "Capitalismo Monopolista y Servicio Social",[68] expresa que "Netto no aporta, como pretende, claridad sobre el tema básico del rol profesional, sino más bien provee confusión. No valora a la inteligencia de los profesionales, que sí saben de qué se trata su trabajo y cuáles son sus responsabilidades en la difícil hora que vive hoy la humanidad y saben bien de qué lado están en la lucha planteada". Entonces, el rol del profesional se enmarca de una manera no muy clara, en desempeñar una "resistencia" a lo interno de las instituciones sustentadoras del "status quo" del capitalismo monopólico, como solución a las situaciones de explotación en el contexto de las tensiones de capital - trabajo; reduciendo de esta manera a los y las profesionales en Trabajo Social en una especie de "guerrilleros institucionales" o en el mejor de los casos en beligerantes líderes sindicalistas o ecologistas, que sin una estrategia clara, sin una formación técnica sólida, sin una propuesta que rompa con la visión ética de mundo conservadora, terminan o por ser expulsados (as) o por ser asimilados (as) por los sistemas institucionales concretos. Por lo tanto, si se propone la "resistencia" como solución, es porque institucionalmente los capitanes de la erudición de las tribus universitarias, no han sido capaces de deconstruir[69] las fisonomías espectrales de su propio conservadurismo, por lo que sus propuestas surgidas en el contexto de una endogamia académica, - y continuando con la metáfora de Foucault -, terminarán: " provocando unas cuantas ondulaciones superficiales, pero que no son más que tormentas en un vaso de agua".

El trabajo social de la liberación: una aproximación genética [editar]

Herencias conceptuales del marxismo [editar]

El programa de investigación de "Trabajo Social de la Liberación", desarrollado en Latinoamérica, propone dimensionar el desenvolvimiento histórico de la disciplina, por lo que su propuesta se orienta a un tipo de reconstrucción racional de la emergencia genética de, los diversos núcleos teóricos, sus aplicaciones propuestas, realizadas por distintas comunidades de trabajadores sociales en distintos momentos históricos y ubicaciones geográficas.

El núcleo duro de las teorías ensambladas en el contexto de este Trabajo Social de la liberación, tiene herencias conceptuales de diversas variantes de materialismo histórico y de materialismo dialéctico. Tienen particular peso para su ensamblaje teórico, las primeras obras de K. H. Marx en su etapa hegeliana, los marxismos neohegelianos como los de G. Lukács y A. Gramsci y de algunas vertientes de la sociología económica neomarxista, a partir de posturas como la de Paul Baran y Paul M. Sweezy en su obra. Capital monopolista[70] y Harry Braveman en su obra: Trabajo y capital monopolista. La degradación del Trabajo en el siglo XX.[71]

Así el programa de investigación de Trabajo Social de la liberación, ensambla en su núcleo teórico, algunos encapsulamientos conceptuales, heredados y adaptados a partir del núcleo teórico del materialismo histórico. Uno estos encapsulamientos conceptuales heredados, es que cualquier dinámica social puede ser explicada en los profundo de sus relaciones o estructuras económicas. La denominada ideología: la política, la religión, la filosofía, reproduce conceptualmente lo sustentado por las relaciones de producción que se encuentran en su infraestructura o base económica. En este sentido Karl H. Marx, en su obra: "Prólogo de la Contribución a la crítica de la economía política", lo sintetizó de la siguiente manera: "Mi investigación desemboca en el resultado de que, tanto las relaciones jurídicas como el estado (y sus políticas), no pueden comprenderse ni por sí mismas no por la llamada evolución del espíritu humano (las ideas), sino que deben explicarse por las condiciones materiales de vida que Hegel resume como sociedad civil, cuya anatomía hay que buscar en la economía política".[72] No obstante, la investigación original de K. H. Marx, sobre las estructuras y procesos económicos, estaba sustentado en el modo de producción de su tiempo, que él mismo denominó como: "capitalismo", de perfil competitivo. Este tipo de capitalismo contaba con industrias relativamente pequeñas, que competían entre sí, pero que ninguna industria particular tenía las condiciones materiales para crecer de tal manera que pudiera ejercer un control total sobre las actividades del mercado. No obstante, a fines del siglo XIX e inicios del siglo XX, aun cuando el modo de producción general no cambió, las relaciones particulares de producción capitalista, sí cambiaron, por lo que se tiene una mutación del capitalismo competitivo al capitalismo oligopólico y monopólico. La emergencia de este nuevo estilo de capitalismo, el monopolista u oligopolista, está determinado porque una pequeña cantidad de capitalistas controlan sectores específicos de la economía (v.g.: materias primas, industrias), por lo que es posible evitar la competencia e incluso suspender los principios de oferta y demanda, en los que se sustentaba las teorías del mercado en la economía liberal clásica. Al anularse la competencia, las grandes compañías o firmas surgidas, controlan el mercado y por ello se concentran en la optimización de ingentes ganancias, por medio de ventas masivas, promovidas por sofisticados medios publicitarios, que atraigan a los consumidores potenciales y que terminen de crear toda una cultura de consumismo conspicuo.[73]

Orígenes históricos de Trabajo Social de acuerdo al Proyecto Ético Político [editar]

El Trabajo Social, puede ser dimensionado genéticamente como sub-producto del capitalismo, modo de producción que rige la mayor parte del planeta, por lo que su condición histórica está articulada a sus transformaciones, cuando este abandona especialmente sus rasgos de competitividad y se configura hacia el monopolio.[74] Con respecto a lo anterior y en forma puntual, se valida que:

  • El trabajo social es resultado de las transformaciones del capitalismo, cuando este alcanzó su estadio monopolista.
  • Las tareas asignadas al Estado en este escenario histórico, lo lleva a demandar cuadros profesionales operativos para la “neutralización” y control de la “cuestión social”.
  • Por medio de políticas sociales, el Estado opera en función de los intereses del capital, de los capitalistas. Este tipo de maniobras promulgadas desde los poderes estatales, busca la manipulación de las demandas de los diversos estratos sociales, en especial de la clase trabajadora. Este tipo de ingeniería social, requiere ejecutar procesos por etapas, partiendo del diseño planificado de las políticas sociales, de su implementación y de su control permanente. Para lograr esto se demanda recurso humano especializado, y este es el rol que se le asigna a la disciplina de Trabajo Social, haciendo un énfasis en su dimensión de tecnología subjetual, que se convierta en sus profesionales en in tipo de ingenieros sociales, que diseñen y ejecuten la planificación de las políticas sociales requeridas por un Estado que se sustenta en una economía capitalista monopólica.
  • Entre los cuadros profesionales demandados en relación con las políticas sociales y con la “cuestión social”, se reconoce al Trabajo Social, profesión que históricamente había sido configurada por ciertas prefiguraciones, las cuales son capturadas por el Estado, u organizaciones privadas de formación, donde se tecnifica, normatiza, sanciona y encomienda a ciertas labores esencialmente interventivas.
  • Los profesionales de esta área se encuentran al igual que otras personas trabajadoras -especialmente mujeres- dentro de las dinámicas de la tensión: capital - trabajo, manifiestas en las condiciones de explotación y asalariamiento. Entonces, este tipo de recurso humano, como tecnólogos subjetuales, participan en la reproducción del capital, en especial como práctica mediatizadora para extraer de plusvalía, moralización, control y “refuncionalización”.

En Iamamoto(1992)[75] se establece el estudio de la profesión del Trabajo Social inserta en la división sociotécnica del trabajo; por lo que la profesión de Trabajo Social se caracteriza por:

1.Ser reconocida en la división social del trabajo, y tiene como referente el desarrollo capitalista industrial y la expansión urbana.

2.Sus protoformas fueron centralizadas, racionalizadas (influye aquí desde luego la racionalidad lógico formal abstracta) y, por ende, tecnificadas, incluida posteriormente como carrera de nivel superior.

3.Su aparición responde a las modificaciones en la “cuestión social”, y de las demandas de la clase trabajadora (y poblaciones desempleadas), que presentan diversas configuraciones.

4.El profesional en Trabajo Social es una persona con formación intelectual, pero que ha adolecido de producción de conocimiento científico.

5.Específicamente se ha caracterizado por ser una profesión volcada a la intervención - especialmente hacia la “cuestión social” - que se apoya en el conocimiento construido por otras áreas de las llamadas "ciencias subjetuales" e "histórico - subjetuales", especialmente, para fundamentar su "aplicabilidad".

Otra perspectiva sobre el mismo fenómeno, es presentado por Montaño (1998),[76] para quien es posible reconocer insumos para la discusión especialmente acerca de la naturaleza de la profesión, que es entendida en relación con la legitimación del orden y el aumento de la acumulación capitalista y tiene, según él, una naturaleza y una funcionalidad política y económica y no altruista como en sus protoformas. Para Montaño (1998),[77] se puede estimar que:

1.Para profundizar en la génesis-reproducción del Trabajo Social, hay que tener un referente de totalidad.

2.El Estado genéticamente es el primer y potencial empleador de trabajadores sociales y, por lo tanto su principal legitimador.

3.Hay una articulación genética entre la profesión del Trabajo Social y las políticas sociales, que en sus inicios se constituyó en operador terminal.

4.Es frecuente que sus agentes fueran en su mayoría mujeres, provenientes de clase alta y media alta, reclutadas muchas veces por instituciones de caridad y filantropía, y posiblemente tuvieron relación con la Iglesia.

5.Las particularidades de los agentes en sus protoformas, se han incorporado en la aprehensión de su ámbito profesional en función de estos, o sea, se ha llegado a considerar que la profesión es lo que son sus profesionales.

Por su parte, Martinelli (1997)[78] se manifiesta acerca de la génesis-reproducción del Trabajo Social, para su conceptualización histórica, se puede contribuir a la discusión que se viene planteando con lo siguiente:

1. Entre las variables que le son subyacentes a la génesis y reproducción al Trabajo Social se encuentran la alienación, la contradicción y el antagonismo.

2.Sus orígenes están marcados por el matiz que dieron sus protoformas con rasgos de humanitarismo y que el Estado protegió dentro de su lógica, para proyectarla como una profesión con “deseo de servir”.

3. El Trabajo Social no ha tenido una identidad construida por sus agentes, sino que se le atribuyó por parte de su contratista (especialmente el Estado, quien reconoció y validó la profesión), donde se identifica la alienación.

4.La Iglesia Católica jugó un papel de protección en los inicios de la profesión, en algunos países.

Todo ello, permite establecer la conceptualización del ejercicio del Trabajo Social que en este análisis permitió una mayor aprehensión histórica, por lo tanto: la categoría Trabajo Social es aprehendida como una profesión que se moviliza entre las mediaciones que se confrontan en la ontología del ser social y, por ende, en las políticas sociales, como espacio predominante de intervención, y que forma parte constitutiva de un proyecto económico (el capitalismo), -en su edad monopólica-, por lo que viene a ser partícipe de la racionalidad predominante en la vertiente que le da génesis (positivismo), bajo la cual actúa y orienta su intervención, debido a que es fundamentalmente una profesión interventiva en la “cuestión social”.

La captura por parte del Estado, especialmente, de las protoformas “de la” profesión, que posteriormente tecnifica, normatiza, sanciona y direccionaliza, coloca a los profesionales en condiciones de explotación y asalariamiento, e igualmente que otras personas -en especial mujeres-, participan en la producción y consumo (y reproducción) capitalista.

Las variables subyacentes en el escenario que le dio origen han sido entre otras la alienación, la contradicción y el antagonismo, incidiendo en su identidad profesional que es mediada por el mismo modo de producción que le da génesis.

Como profesional que es, se constituye en persona intelectual, y se particulariza en la historia por la ausencia de producción científica, y se apoya en el conocimiento generado desde otras disciplinas.

Su constitución histórica ha sido eminentemente femenina, en sus orígenes quienes la conformaban provenían de clases medias, y altas, y respondían al “encargo” socialmente esperado a las mujeres en el patriarcado.

Orígenes de la dimensión profesional de Trabajo Social de acuerdo con el P.E.P.O. [editar]

En relación con la génesis del Trabajo Social, desde la perspectiva del proyecto ético - político, el estudio de la categoría profesional desde este enfoque, pierde sentido si no es enlazada a las condiciones históricas que le dan origen, Netto (1992)[74] y Iamamoto (1992)[79] son dos de los autores que han direccionado especialmente este análisis de la contextualidad histórica en que se gesta y reproduce la profesión.

Para Netto (1992)[80] ya han existido estudios, que sin ser, relacionan el surgimiento del Trabajo Social con las carencias propias al orden burgués, y las secuelas necesarias de los procesos que se presentan en la constitución y en la reproducción del capitalismo, en especial aquellos concernientes al binomio industrialización y urbanización.

Subraya el autor, que si a este señalamiento no le siguen determinaciones más detalladas, la particularidad de la profesión tiende a diluirse planteándose como una emergencia inmediata y directa de ese contexto, que postula entonces que por el desarrollo capitalista, aparece una configuración profesional, que se distingue apenas institucional y formalmente de la tradición de sus protoformas.

Es, según Netto (1992),[81] en el entrelazamiento del Servicio Social con las peculiaridades de la “cuestión social”, en el ámbito de la sociedad burguesa fundada en el capitalismo monopolista, que se da su determinación fundamental.

Es, entonces, específicamente en el capitalismo monopolista que la “cuestión social” se establece como blanco de políticas sociales de manera sistemática. Iamamoto (1992)[82] establece que aprehender la “cuestión social” en el capitalismo monopolista y el significado de la asistencia, son requisitos previos para los profesionales en Trabajo Social, lo que les permite analizar las nuevas demandas que los escenarios actuales exigen, donde dicho análisis deberá resaltar el carácter del Estado en sus relaciones con las clases sociales, especialmente en relación con las implicaciones del nuevo patrón de dominación. Es mediante la política social que el Estado burgués, en el capitalismo monopolista, procura administrar las expresiones de la “cuestión social”, de forma tal que atienda las demandas del orden monopolista, por la adhesión que recibe de categorías y sectores cuyas demandas incorpora, sistemas de consenso variables, pero operantes.[74] La funcionalidad de la política social en este escenario del Estado burgués, en el capitalismo monopolista se expresa en los procesos referentes a la preservación y al control de la fuerza de trabajo, para que los monopolistas no requieran inversión en ese sentido, entonces el gasto es asumido por el Estado.

Se apunta, además, que estas ofrecen un mínimo de respaldo efectivo a la imagen del Estado como “social”, como mediador de intereses conflictivos , pero la presenta de manera fragmentada y parcializada, pues si se toma, dice Netto (1992),[83] como problemática configuradora de una totalidad procesual específica, se remite concretamente a la relación capital trabajo en su totalidad.

En la fragmentación de la “cuestión social” esta es atacada en sus refracciones y en sus secuelas aprehendidas como problemáticas cuya naturaleza totalizante, si es asumida consecuentemente, impediría ser intervenida, desde esa fragmentación

Debe recalcarse que la política social, en el ámbito del capitalismo monopolista, no equivale a ser considerada como “una derivación” del Estado burgués capturado por el monopolio, pues estas son gestadas, fundamentalmente, de la capacidad de movilización y organización de la clase obrera y del conjunto de personas trabajadoras, pero no acaban ahí, debido a que son resultantes extremamente complejas de un complicado juego entre protagonistas y demandas que están atravesadas por contradicciones, enfrentamientos, conflictos y asimetrías, sean de etnias, de género, de edades, clases sociales, lugares de residencia.

En el ámbito de las políticas sociales debe retomarse la necesidad de comprender que la intervención sistemática sobre la "cuestión social" en el marco del estado burgués, no se realiza ni inmediata ni directamente, porque puede señalar en su procesamiento conquistas de los sectores de presión.

En la edad del monopolio, las políticas sociales no retiran el componente individualista del liberalismo, que comprende a la persona como responsable de su destino, y es la persona quien debe asumir la responsabilidad de su éxito y su fracaso, por lo que los problemas sociales son convertidos en problemas individuales y privados.

En el monopolio capitalista, el capital domina estratégicamente la circulación y el consumo, y articula una inducción de comportamientos para penetrar la totalidad de la existencia de los agentes sociales particulares y, por ende, administrarlos (o gerenciarlos); esto es posible por medio de la psicologización de la vida social.

En otro espacio -y no separado del anterior-, es que se reconoce una de las médulas del desarrollo de la intervención social del Estado en la “cuestión social”, lo cual es el estilo de pensar lo social al tener al positivismo como norte de análisis, y se entiende, en este caso, el positivismo, como algo más que una escuela sociológica; es la autoexpresión ideal del ser social burgués, mediado, desde luego, por la metafísica. Permitiendo ocultar la específica ontología de las dinámicas sociales intersubjetivas, al ecualizar la forma de entender la sociedad en relación con la naturaleza, pues al naturalizar “lo social”, se establece nítidamente la ineptitud de las personas de dirigir la sociedad según sus proyectos, al plantearla como una realidad ontológicamente ajena a ellas y al aceptar una supuesta “evolución” , sea cual fuera su sentido. En palabras de Netto al naturalizar la sociedad, la tradición en cuestión es forzada a buscar una especificación del ser social que sólo puede ser encontrada en la esfera moral (Netto, 1992: 36).[80] Al establecer la “psicologización” de vida social, esta no se comprende como resultado de las instituciones que componen la sociedad, sino de un conjunto de dilemas mentales y morales, que deshistorizan y deseconomizan la “cuestión social”, para dar una conversión de los problemas sociales en patologías sociales. En otro orden, el autor recalca que la historia no es un mero proceso de requisiciones económicas y sociales que convocan respuestas automáticamente necesarias, sino que ha sido construida por protagonistas históricos, quienes en su curso se confrontan con proyecciones y estrategias propias y diferenciadas por fuerzas políticas y proyectos específicos. El proletariado y la burguesía, como protagonistas históricos, no agotan el entendimiento de la realidad en que se alcanza el monopolismo capitalista, parece imposible, por una parte negar la presencia de otros sectores y el reconocer que es indiscutible detectar proyectos únicos en cada uno de sus territorios.

Con los argumentos anteriores que definen de manera significativa, pero no agotan las relaciones sociales, es indispensable para un estudio histórico crítico el reconocer y validar el Trabajo Social como profesión inscrita en la división sociotécnica del trabajo, en el estudio del capitalismo monopolista, en las modificaciones en la “cuestión social”, y las particulares de las políticas sociales, lo que también aporta para desvendar el significado social de esa institución y de las prácticas desarrolladas en su ámbito por agentes especialmente cualificados, como son los profesionales en Trabajo Social.[84] Siguiendo con la autora citada, debe reconocerse que el Trabajo Social reproduce intereses contrapuestos que conviven en tensión, tal y como los son las clases sociales, así como otros protagonistas ahí presentes. Dicha profesión responde tanto a demandas del capital como del trabajo y solo puede fortalecer uno u otro polo por la mediación de su opuesto, a pesar de muchos discursos que se orientan por intentar volver capitalistas a todas las personas de la sociedad. El Trabajo Social, además, participa tanto de los mecanismos de dominación y explotación como también, al mismo tiempo y por la misma actividad, da respuesta a las necesidades de sobrevivencia de las clases trabajadoras y de la reproducción del antagonismo en esos intereses sociales, donde refuerza las contradicciones que constituyen el móvil básico de la historia, la lucha de clases, que es donde debe ser aprehendido el Trabajo Social como profesión.

Notas y referencias [editar]

  1. Federación Internacional de Trabajadores Sociales.Definición de Trabajo Social. Aprobado por la Asamblea de la FITS, Montréal, Canada, en Julio de 2000
  2. Congreso internacional de Trabajadores sociales, Santiago de Cuba.24-29/IX/2001.Debe considerarse que esta definición, no es aceptada por todos los gremios profesionales de Trabajo Social.
  3. El Comité MERCOSUR de Organizaciones Profesionales de Trabajo Social o Servicio Social, ha considerado no adscribirse a la definición de la FITS(IFSW) y reelaborar tanto los aspectos formales como materiales del sentido de Trabajo Social. El comité en mención, ha considerado que la definición de la FITS(IFSW), asume una adscripción a tipo de programa de investigación funcionalista, y desconoce las condiciones históricas del surgimiento de diversos enfoques de Trabajo Social, en particular en Latinoamérica. En virtud de esta tensión entre los enfoques funcionalistas de los países anglosajones y europeos, y aquellos enfoques herederos del materialismo histórico en Latinoamérica, se ha desarrollado un apartado dedicado al surgimiento de un Trabajo Social latinoamericano
  4. F. Engels: El origen de la familia, la propiedad privada y el estado
  5. El estudio científico del ser humano, ha sido etiquetado con expresiones como "ciencias del espíritu" o "ciencias humanas" o "ciencias sociales". Cada una de ellas, representa algún tipo de restricción o ambigüedad conceptual. En este sentido la distinción de los estudios científicos del ser humano entre aquellos que enfatizan los aspectos ontogenéticos: las ciencias subjetuales, y aquellos que enfatizan los aspectos filogenéticos: ciencias histórico sujbetuales; pretende dar mayor precisión terminológica para una explicación taxonómica
  6. La distinción entre los óntico y lo ontológico, se deriva de tradiciones teóricas provenientes de la ontofenomenología hermenéutica, desarrollada por algunos pensadores como: Martin Heidegger y Hans George Gadamer en la primera parte del siglo XX. Esta tradición ha tenido importante influencia sobre los estudios teóricos de la sociedad, en torno a los "mundos de la vida" (-término acuñado originalmente por el padre de la Fenomenología: Edmund Husserl (lebenswelt), que dan cuenta de la subjetividad de la vida cotidiana, en el contexto del universo discurso en disciplinas como: la "sociofenomenología", desarrollada por Alfred Schütz. En este artículo y con objetivos de precisión terminológica, se refina esta distinción de A. Schütz, por medio de la distinción entre ontologicidad (ontológico), entendida esta como el modo en que los sujetos construyen la realidad social y ónticidad (óntico), entendida esta como: la realidad social y cultural concreta, heredada y que precede históricamente al sujeto en el mundo social
  7. El sentido de la eufonía: "óntoergónico" es derivado etimológicamente por una parte del lo vocablo griego: "ontos": ser, existencia, ente, la referencia a lo que existe a lo real y por otra del de: "ergon", que denota acción, obra, trabajo, empresa. Entonces el estudio de las propiedades ontoergónicas del ser humano, es ensamblado teóricamente por la disciplina denominada como: ontoergología ( - añadiendo el sufijo: "logos", que denota: palabra, discurso, razón, tratado -), que se convierte análogamente a Trabajo Social, en una transdisciplina, que emerge de la convergencia teórica de otras disciplinas, y en su conjunto, se orientan a la dimensión ontológica del trabajo, a la acción transformadora del mundo, como crisol de la quididad humana, en cuanto a sus presupuestos teóricos, condicionantes sociohistóricos, niveles de organización, modos y relaciones de producción, factores de desarrollo, rendimiento y valoración. La ontoergología permite un ensamblaje teórico - conceptual, que comparte de muchos de los principios heurísticos de Trabajo Social y cuya validación ontológica se establece en la intersubjetividad de acciones comunicativas. Análogamente se puede especializar en componentes de aplicación como: el biológico ( - v.g.: medicina, fisiología e higiene del trabajo-), el psicológico ( - v.g.: psicología laboral, organizacional, industrial o de la producción - ) y el sociológico ( - v.g.: economía, gestión administrativa, derecho, sociología, etnología y ética laboral - ). La ontoergología, se dimensiona como una teoría comprensivo - explicativa - transformativa, que intenta a la vez, interpretar, dar cuenta de los seres humanos individualmente y grupalmente, tanto desde su aspecto filogenético, como en su dinámica ontogenética
  8. La distinción entre subjetual y subjetivo, parte de la analogía de las distinción entre óntico(realidad social y cultural concreta) y ontológico(el modo en que los sujetos construyen la realidad social)
  9. Definidr el "quiditas"(esencia) humano a partir de su dimensión ontoergónica del ser humano, es análogo a definir la esencia humana a partir de las acciones transformadoras del mundo por medio del trabajo, tal como hizo K.H. Marx.Ver un texto sobre la naturaleza de la condición humana por medio del trabajo en:Justo Soto Castellanos: "La condición humana en Hanna Arendt", agosto de 2006
  10. Rodolfo J. Rodríguez-R.: ¿Cuál ciencia?: La transdisciplinaria
  11. Rodolfo J. Rodríguez-R.: Antropogogía: Teoría agógica general
  12. La noción de tecnología subjetual, es refinamiento del concepto de de M. Foucault de "Tecnologías del yo". Análogo a las tecnologías objetuales o ingenieriles, las tecnologías subjetuales, son procedimientos de intervención sobre la objetualidad o realidad, por medio del ensamblajes de modelos de aplicación teóricamente guiados. La diferencia en este caso, es que la intervención se realiza sobre objetos-sujetos, o sobre la subjetualidad(una realidad social y cultural concreta) y la subjetividad(el modo en que los sujetos construyen la realidad social) en el contextos de dispositivos o redes sociales complejas y comportamientos caóticos,no predecibles
  13. Ver "Operación cóndor", de las dictaduras de Suramérica
  14. Para un análisis de diversas aproximaciones al tema de la cuetión social ver: Alfredo Juan Manuel Carballeda: "La Cuestión Social como cuestión nacional, una mirada genealógica"
  15. Vídeo con exposición de Marilda Iamamoto
  16. Iamamoto, M. I.,Servicio Social y División del Trabajo, 1997. pp. 159 y sigs
  17. César A. Barrantes A.¿Qué es eso que llaman Trabajo Social.Revista de Servicio Social Vol 1, Nº 3, Diciembre 1998 - Junio 1999
  18. Ezequiel Ander-Egg: Algo más sobre: Achaques y manías del Trabajo Social Reconceptualizado
  19. Ver vídeo de José Pablo Netto
  20. Freddy Quezada: El interregno postimperialista
  21. Minor E. Salas: La Falacia del todo. Claves para la crítica del holismo metodológico en las ciencia sociales y jurídicas. Revista Telemática de Filosofía de Derecho. No. 10 2005/2007
  22. Emilio Enrique Dellasoppa
  23. Mabel Thwaites Rey: La noción gramsciana de hegemonía. Acerca de las bases materiales del consenso
  24. Bobbio, N. Ni com Marx ni contra Marx,2000
  25. Norberto Bobbio
  26. Netto, José Paulo. Marxismo Impenitente, 2004
  27. Netto,José Paulo: Lo que es el Estalinismo,1981
  28. Marco Baldino citado en: Emilio E. Dellasoppa: A fé e a pós-modernidade: parceiros na crise da auto-denominada “corrente hegemônica” no Serviço Social no Brasil
  29. Marco Baldino citado en: Emilio E. Dellasoppa: A fé e a pós-modernidade: parceiros na crise da auto-denominada “corrente hegemônica” no Serviço Social no Brasil
  30. Enciclopedia_esquematica: http://www.sacredchaos.com/ M. Foucault.Cfr.M. Foucault Power/Knowledge,1980
  31. Biblioteca Virtual de Filosofía..Foucault,1980:53
  32. Foucault,1980:93
  33. Cfr.Foucault,1980. Jorge Luis Acanda:De Marx a Foucault: poder y revolución
  34. Aleksandr Solzhenitsyn: Nobel Lecture in Literature 1970
  35. Emilio Enrique Dellasoppa
  36. M. Foucault, en sus últimas obras, en las que se concentra genealogía de saber, como en: "Historia de la sexualidad", con la intención de explicar los entramados reticulares del "biopoder", desarrolla la teoría del "dispositivo". Ver: Paul Antonio Córdoba Mendoza:Michel Foucault: Los dispositivos de poder en el capitalismo. En: Ciencias Sociales centroamericanas
  37. Jaques Derridá: Espectros de Marx: Conjurar el marxismo
  38. Apologética de Jose Pablo Netto a G.Lukács
  39. Paco Vidarte:Deconstrucción: Derrida. En Filosofías del siglo XX. Capítulo 9: Filosofías de la diferencia, Madrid, Síntesis, 2005, p. 258-266.
  40. Minor E. Salas:Magia verbal: La manipulación del lenguaje en el discurso político, jurídico y social
  41. Hans George Gadamer:Verdad y método. Fundamentos de una hermenéutica filosófica Sígueme, Salamanca, 1988, pp. 318-330
  42. Ver de Antonino Infranca y Miguel Vedda: György Lukács. Ontología del ser social: el trabajo, en: Herramienta.Revista de debate y crítica marxista
  43. Andrea Robles:El Pacto Hitler y Stalin y el debate sobre el carácter de la URSSEn C.E.I.P. León Trosky
  44. Adolfo Vásquez Rocca:El pensamiento político de Martin Heidegger
  45. Martin Heidegger: Sein und Zeit, 1926
  46. G.Lukács:Historia y conciencia de clase
  47. Ver:Antonino Infranca: Fenomenología y ontología en el marxismo de Lukács En:Archivo Chile
  48. Das ist nicht Abkher von der Gemeinschaft der Völker, im Gegenteil: Unser Volk stellt sich mit diesem Schritt unter jenes Wesengsgesetz menschlichen Seins, dem jedes Volk zuvörderst Gefolgschaft leisten muB, will es noch ein Volk sein
  49. G.W.F.Hegel:Fenomenología del espíritu,1807
  50. cfr. en.wikipeida:History and Class Consciousness
  51. Jürgen Habermas: Heidegger: Socavación del racionalismo occidental en términos de crítica a la metafísica, El discurso filosófico de la modernidad, Taurus, Buenos Aires, 1990, págs. 163-195
  52. Nicolás Tertulian: G. Lukács y el estalinismo
  53. Pepe Gutiérrez-Álvarez:¿De qué hablamos cuando decimos revisionismo?.En kaosenlaret.net
  54. Escuela de Trabajo Social. Universidad de Costa RicaEn Costa Rica, la Escuela de Trabajo Social de la Universidad de Costa Rica, manifiesta una tendencia dominante hacia esta variante de "Trabajo Social de la Liberación"
  55. Porzecanski:Algunas cuestiones disciplinares en el Trabajo Social en el Uruguay Contemporáneo
  56. Ver un caso típico en: Esquivel Corella, Freddy : El aporte de Jose Pablo Netto al Trabajo Social
  57. Estas prácticas hegemónicas de burguesías universitarias, hubiese despertado la más profunda desconfianza e indignación en el mismo Marx y que lo harían repetir su expresión: "si eso es marxismo, yo no soy marxista"
  58. Ver: K. H. Marx: El Capital: Tomo I
  59. En qué se equivocó Marx.Entrevista con Michel Foucault
  60. M. Foucault:Las palabras y las cosas.Una arqueología de las ciencias humanas
  61. Juan B. Justo: Ideario de K. H. Marx y F. Engels sobre la religión
  62. Karl H. Marx: "Die Religion ist der Seufzer der bedrängten Kreatur, das Gemüt einer herzlosen Welt, wie sie der Geist geistloser Zustände ist. Sie ist das Opium des Volkes." - Zur Kritik der Hegelschen Rechtsphilosophie. Einleitung. MEW 1, S. 378, 1844. Versión en castellano: En torno a la crítica de la filosofía del Derecho de Hegel, Deutsch-Französische Jahrbücher, 1844. México: FCE
  63. Miguel Ángel Huamán: Claves para la deconstrucción
  64. Wikipedia: Soteriología. Rama de la teología y la religión
  65. Jacques Derrida: Tener oído para la filosofía
  66. Rosa María Rodríguez Magda: El género como estrategia transmoderna
  67. Entrevista con Jacques Derrida, por Cristina de Peretti
  68. Teresa Porzecanski: Debatiendo con Paulo Netto: Análisis crítico de su libro “Capitalismo monopolista y Servicio Social
  69. Miguel Ángel Huamán: Claves para la deconstrucción
  70. Baran, Paul y Paul M. Sweezy, 1996, Monopoly Capital: An Essay on the American Economic and Social Order, Nueva York: Monthly Review Press
  71. Braveman, Harry, 1974, Labor and Monopoly Capital: The Degradation of Work in Twentieth Century. New York: Monthly Review Press
  72. K. H. Marx: Prólogo de la Contribución a la crítica de la economía política
  73. El término consumismo conspicuo fue acuñado por el economista estadounidense Thorstein Veblen, en referencia al fenómeno del consumo opulento de la sociedad estadounidense, observado desde finales del siglo XIX e inicios del siglo XX Ver sentido de la expresión en: en.Wikipedia
  74. a b c Netto, José Paulo. (1992). Capitalismo Monopolista y Servicio Social. São Paulo, Brasil: Editora Cortez
  75. Iamamoto, Marilda. (1992).Servicio Social y División del Trabajo. São Paulo, Brasil: Editora Cortez
  76. [Montaño, Carlos. (1998). La Naturaleza del Servicio Social: Un ensayo sobre su génesis, su especificidad y su reproducción. São Paulo, Brasil: Editorial Cortez.
  77. Montaño, Carlos. (1998). La Naturaleza del Servicio Social: Un ensayo sobre su génesis, su especificidad y su reproducción. São Paulo, Brasil: Editorial Cortez
  78. [Martinelli, María. (1997). Servicio Social: Identidad y Alineación. São Paulo, Brasil: Editora Cortez.
  79. Iamamoto, Marilda.(1992). Servicio Social y División del Trabajo. São Paulo, Brasil: Editora Cortez
  80. a b Netto, José Paulo. (1992). Capitalismo Monopolista y Servicio Social. São Paulo, Brasil: Editora Cortez.
  81. Netto, José Paulo. (1992).Capitalismo Monopolista y Servicio Social. São Paulo, Brasil: Editora Cortez.
  82. Iamamoto, Marilda. (1992). Servicio Social y División del Trabajo. São Paulo, Brasil: Editora Cortez
  83. Netto, José Paulo.(1992).Capitalismo Monopolista y Servicio Social. São Paulo, Brasil: Editora Cortez.
  84. Iamamoto, 1992 Servicio Social y División del Trabajo. São Paulo, Brasil: Editora Cortez

SOCIOLOGÍA2: Gemeinschaft y Gesellschaft. Gemeinschaft (pronunciado gəˈma͡ɪnʃaft) y Gesellschaft son categorías sociológicas introducidas 1887 por el sociólogo alemán Ferdinand Tönnies para dos tipos normales de asociación humana.

Gemeinschaft y Gesellschaft

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Gemeinschaft (pronunciado gəˈma͡ɪnʃaft) y Gesellschaft son categorías sociológicas introducidas 1887 por el sociólogo alemán Ferdinand Tönnies para dos tipos normales de asociación humana.

(Un tipo normal como fue acuñado por Tönnies es una herramienta puramente conceptual para construir de forma lógica mientras que un tipo ideal, acuñado por Max Weber, es un concepto formado acentuando los principales elementos de un cambio histórico/social)

Los conceptos de Gemeinschaft y Gesellschaft de Tönnies se separan conceptualmente de forma estricta entre sí, como se desarrolla en su obra “Gemeinschaft und Gesellschaft” de 1887.

El antagonismo de estos dos términos fue muy utilizado por los intelectuales alemanes anteriores a 1933 y ha sido frecuentemente mal comprendido.

Contenido

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Gemeinschaft [editar]

Gemeinschaft (frecuentemente traducido como comunidad), es una asociación en la cual los individuos se orientan hacia la comunidad tanto o más que hacia su propio interés. Los individuos en el Gemeinschaft se regulan por reglas o creencias comunes sobre el comportamiento apropiado y la responsabilidad de los miembros para con los demás individualmente y para con la comunidad. La comunidad se marca como Unidad de Voluntad (Tönnies, 22).

Tönnies vio a la familia como la expresión más perfecta de Gemeinschaft; en cualquier caso, esperaba que la Gemeinschaft pudiera estar basada en un lugar compartido o creencia común tanto como en el parentesco e incluyó comunidades religiosas dispersas como posibles ejemplos.

Los Gemeinschafts se caracterizan por una moderada división del trabajo, unas relaciones personales fuertes, familias unidas e instituciones sociales relativamente simples. En estas sociedades, raramente hay necesidad de reforzar el control social de forma externa, debido a un sentimiento colectivo de lealtad individual hacia la sociedad.

Gesellschaft [editar]

En contraste, Gesellschaft (traducido como sociedad, sociedad civil o asociación), describe asociaciones en las cuales, para el individuo, la asociación mayor nunca tiene más importancia que el interés individual y carece del nivel de reglas compartidas. Gesellschaft se mantiene a través de individuos que actúan en su propio interés.

Un buen ejemplo es un negocio moderno, donde los trabajadores, jefes y propietarios pueden tener muy poco en común en cuanto a orientaciones o creencias compartidas, pueden no darle mucha importancia en el proceso de fabricación del producto de la fábrica, pero en interés de todos está el ir a trabajar para ganar dinero y eso es lo que hace que el negocio continúe.

De forma distinta a Gemeinschaften, Gesellschaften enfatiza las relaciones secundarias más que los lazos comunidades o familiares y hay menos lealtad a la sociedad. La cohesión social en las Gesellschafts deriva de una división del trabajo más elaborada. Estas sociedades se consideran susceptibles a conflictos clasistas, raciales y étnicos.

 

Referencias [editar]

  • Ferdinand Tönnies (ed. Jose Harris), Community and Civil Society, Cambridge University Press (2001), hardcover, 266 pages, ISBN 0-521-56119-1; trade paperback, Cambridge University Press (2001), 266 pages, ISBN 0-521-56782-3
  • Ferdinand Tönnies, Ferdinand Tönnies Gesamtausgabe {TG}, critical edition, 24 vols., ed. Lars Clausen, Alexander Deichsel et al., Berlin/New York (Walter de Gruyter): 1998- ), see external weblink Verlagsinformationen.

Véase también [editar]

SOCIOLOGÍA2: LINGÜÍSTICA. La lingüística es el estudio científico tanto de la estructura de las lenguas naturales como del conocimiento que los hablantes poseen de ellas.

Lingüística

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La lingüística es el estudio científico tanto de la estructura de las lenguas naturales como del conocimiento que los hablantes poseen de ellas.

El campo de la lingüística puede dividirse, en la práctica, en términos de tres dicotomías:

Una descripción sincrónica de una lengua describe la lengua tal y como es en un momento dado; una descripción diacrónica se ocupa del desarrollo histórico de esa lengua y de los cambios estructurales que han tenido lugar en ella. Aunque en sus inicios científicos la lingüística del siglo XIX se interesó ante todo del cambio lingüístico y la evolución de las lenguas a través del tiempo, el enfoque moderno se centra en explicar cómo funcionan las lenguas en un punto dado en el tiempo y como los hablantes son capaces de entenderlas y procesarlas mentalmente.

El objetivo de la lingüística teórica es la construcción de una teoría general de la estructura de la lengua o de un sistema teórico general para la descripción de las lenguas; el objetivo de la lingüística aplicada es la aplicación de los descubrimientos y técnicas del estudio científico de la lengua a una variedad de tareas básicas como la elaboración de métodos mejorados de enseñanza de idiomas.

Los términos microlingüística y macrolingüística aún no están bien establecidos. El primero se refiere a un más estrecho y el segundo a un más amplio punto de vista en el ámbito de la lingüística. Desde el punto de vista microlingüístico, las lenguas deben analizarse en provecho propio y sin referencia a su función social, ni a la manera en que son adquiridas por los niños, ni a los mecanismos psicológicos que subyacen en la producción y en la recepción del habla, ni en la función estética o comunicativa del lenguaje, etc. En contraste, la macrolinguística abarca todos estos aspectos de la lengua. Varias áreas de la macrolingüística han tenido un reconocimiento terminológico como, por ejemplo, la psicolingüística, la sociolingüística, la lingüística antropológica, la dialectología, la lingüística matemática, la lingüística computacional y la estilística.

Contenido

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[editar] Historia

Artículo principal: Historia de la lingüística

[editar] Lingüística precientífica

La ciencia que se ha constituido en torno de los hechos del lenguaje ha pasado por tres fases sucesivas antes de reconocer cuál es su verdadero y único objeto.

Se comenzó por organizar lo que se llamaba la gramática. Este estudio, inaugurado por los griegos y continuado especialmente por los franceses, estaba fundado en la lógica y desprovisto de toda visión científica y desinteresada de la lengua misma; lo que la gramática se proponía era únicamente dar reglas para distinguir las formas correctas de las formas incorrectas; se trataba de una disciplina normativa, muy alejada de la pura observación y su punto de vista era, por lo tanto, necesariamente reducido.

Después apareció la filología. Ya en Alejandría existía una escuela filológica, pero este término se asocia sobre todo con el movimiento científico creado por Friedrich August Wolf a partir de 1777, que continúa hasta nuestros días. La lengua no es el único objeto de la filología, que quiere sobre todo fijar, interpretar, comentar los textos. Este primer estudio lleva también a la historia literaria, de las costumbres, de las instituciones, etc.; en todas partes usa el método que le es propio, que es la crítica. Si aborda cuestiones lingüísticas, es sobre todo para comparar textos de diferentes épocas, para determinar la lengua particular de cada autor, para descifrar y explicar inscripciones redactadas en una lengua arcaica u oscura. Sin duda estas investigaciones son las que se prepararon para lingüística histórica: los trabajos de Ritschl sobre Plauto pueden ya llamarse lingüísticos, pero, en ese terreno, la crítica filológica falla en un punto: en que se atiene demasiado servilmente a la lengua escrita, y olvida la lengua viva. Por lo demás, la antigüedad grecolatina es la que la absorbe casi por entero.

El tercer período comenzó cuando se descubrió que las lenguas podían compararse entre sí. Este fue el origen de la filología comparada o gramática comparativa. En 1816, en una obra titulada Sistema de la conjugación del sánscrito, Franz Bopp estudió las relaciones que unen el sánscrito con el germánico, el griego, el latín, etc. y comprendió que las relaciones entre lenguas parientes podían convertirse en una ciencia autónoma. Pero esta escuela, con haber tenido el mérito indisputable de abrir un campo nuevo y fecundo, no llegó a constituir la verdadera ciencia lingüística. Nunca se preocupó por determinar la naturaleza de su objeto de estudio. Y sin tal operación elemental, una ciencia es incapaz de procurarse un método. (Fragmento del capítulo I "Ojeada a la historia de la lingüística" de la Introducción del Curso de lingüística general. Ferdinand de Saussure)

[editar] Lingüística moderna

La lingüística moderna tiene su comienzo en el siglo XIX con las actividades de los conocidos como neogramáticos que, gracias al descubrimiento del sánscrito, pudieron comparar las lenguas y reconstruir una supuesta lengua original, el protoindoeuropeo. Esto animó a los lingüistas tratar a crear una ciencia positiva en la que incluso se llegó a hablar de leyes fonéticas para el cambio lingüístico.

No será, sin embargo, hasta la publicación póstuma del libro Curso de lingüística general (1916), del suizo Ferdinand de Saussure, que se convierte la lingüística en una ciencia integrada en una disciplina más amplia, la semiología, que a su vez forma parte de la psicología social, y defina su objeto de estudio. La distinción entre lengua (el sistema) y habla (el uso) y la definición de signo lingüístico (significado y significante) han sido fundamentales para el desarrollo posterior de la nueva ciencia. Sin embargo, su perspectiva —conocida como estructuralista y que podemos calificar, por oposición a corrientes posteriores, como de corte empirista— será puesta en cuestión en el momento en que ya había dado la mayor parte de sus frutos y, por lo tanto, sus limitaciones quedaban más de relieve.

En el siglo XX el lingüista estadounidense Noam Chomsky creó la corriente conocida como generativismo. Con la idea de solventar las limitaciones explicativas de la perspectiva estructuralista, se produjo un desplazamiento del centro de atención que pasó de ser la lengua como sistema (la langue saussuriana) a la lengua como proceso de la mente del hablante, la capacidad innata (genética) para adquirir y usar una lengua, la competencia. Toda propuesta de modelo lingüístico debe, pues —según la escuela generativista—, adecuarse al problema global del estudio de la mente humana, lo que lleva a buscar siempre el realismo mental de lo que se propone; por eso al generativismo se le ha descrito como una escuela mentalista o racionalista. En esta perspectiva la lingüísta es considerada como una parte de la psicología o más exactamente la ciencia cognitiva.

Tanto la escuela chomskiana como la saussureana se plantean como objetivo la descripción y explicación de la lengua como un sistema autónomo, aislado. Chocan así —ambas por igual— con una escuela que toma fuerza a finales del siglo XX y que es conocida como funcionalista. Por oposición a ella, las escuelas tradicionales chomskiana y saussuriana reciben conjuntamente el nombre de formalistas. Los autores funcionalistas —algunos de los cuales proceden de la antropología o la sociología— consideran que el lenguaje no puede ser estudiado de forma autónoma descartando el "uso" del lenguaje. La figura más relevante dentro de esta corriente tal vez sea el lingüísta holandés Simon Dik, autor del libro Functional Grammar. Esta posición funcionalista acerca la lingüística al ámbito de lo social, dando importancia a la pragmática, al cambio y a la variación lingüística.

La escuela generativista y la funcionalista han configurado el panorama de la lingüística actual: de ellas y de sus mezclas arrancan prácticamente todas las corrientes de la lingüística contemporánea. Tanto el generativismo como el funcionalismo persiguen explicar la naturaleza del lenguaje, no sólo la descripción de las estructuras lingüísticas.

[editar] Niveles de estudio

Nos podemos aproximar al estudio de la lengua en sus diferentes niveles, por un lado, como sistema, atendiendo a las reglas que la configuran como código lingüístico, es decir, lo que tradicionalmente se conoce como gramática y, por otro lado, como instrumento para la interacción comunicativa, desde disciplinas como la pragmática y la lingüística textual.

Desde el punto de vista de la lengua como sistema, los niveles de indagación y formalización lingüísticas que convencionalmente se distinguen son:

  • Nivel fonético-fonológico que comprende:
    • Fonología: estudio de los fonemas de una lengua.
    • Fonética: estudio de la realización alofónica individual de dichos fonemas. Los alófonos son sonidos del habla, realizaciones diferenciadas de un mismo fonema.
    • Aunque no son campos estrictamente lingüísticos, ya que intervienen factores culturales e históricos también se suele considerar dentro de este nivel el estudio la Grafémica, la Ortología y la Ortografía.
  • Nivel morfosintáctico que comprende:
    • Morfología: estudio de la mínima unidad con significado (el morfema), la palabra y los mecanismos de formación y creación de palabras.
    • Sintaxis: estudio de la combinatoria sintagmática, en dos niveles: el suboracional, que corresponde al propio de los llamados sintagmas, y el oracional que estudia las relaciones específicas sintagmáticas de los signos lingüísticos que conforman, a su vez, el signo lingüístico gramatical superior del sistema de la lengua.
  • Nivel léxico, que comprende:
    • Lexicología: estudio de las palabras de una lengua, su organización y sus significados.
    • Lexicografía: se ocupa de los principios teóricos en que se basa la composición de diccionarios.
  • Nivel semántico, que, aún no siendo propiamente un nivel, puesto que afecta a todos, excepto al fonético-fonológico, (en realidad el fonológico si tiene contenido semántico, ver pares mínimos) comprende:
    • Semántica: estudio del significado de los signos lingüísticos.

Desde el punto de vista del habla, como acción, se destaca:

  • Texto: unidad superior de comunicación.
  • Pragmática: estudia la enunciación y el enunciado, la deixis, las modalidades, los actos de habla, la presuposición, la estructura informativa del enunciado, el análisis del discurso, el diálogo y la lingüística textual.

Dependiendo del enfoque, el método y los componentes de análisis varían, siendo distintos, por poner un ejemplo, para la escuela generativista y para la escuela funcionalista; por tanto no todos estos componentes son estudiados por ambas corrientes, sino que una se centra en algunos de ellos, y la otra en otros. Del estudio teórico del lenguaje se encarga la Lingüística general o teoría de la lingüística, que se ocupa de métodos de investigación y de cuestiones comunes a las diversas lenguas.

[editar] Escuelas lingüísticas

[editar] Estudios interdisciplinarios de la lingüística

[editar] Temas de estudio lingüístico

[editar] Centros de investigación lingüística

  • CELIA Centre d'Études des Langues Indigènes d'Amérique
  • CUSC - Centre Universitari de Sociolingüística i Comunicació, Universitat de Barcelona, http://www.ub.edu/cusc
  • PROEL Promotora Española de lingüística
  • SIL Summer Institute of Linguistics
  • CLiC Centre de Llenguatge i Computació

[editar] Lingüistas destacados

[editar] Lenguas del mundo

Se conocen alrededor de unas 6000 lenguas aunque el número de lenguas actualmente habladas es difícil de precisar debido a varios factores:

  • En primer lugar, no existe un criterio universal que permita decidir si dos hablas con cierto grado de inteligibilidad mutua, deben considerarse dialectos de un mismo idioma histórico o dos lenguas diferentes.
  • En segundo lugar, existen áreas del planeta insuficientemente estudiadas como para precisar si los grupos humanos presentes en ellas hablan realmente la misma o mismas lenguas que otros grupos humanos más conocidos. Esto se aplica especialmente a Nueva Guinea; ciertas áreas del Amazonas donde existe constancia de más de 40 tribus no contactadas; el sureste del Tíbet, oeste de Nepal y norte de Birmania y una de las islas Andamán.
  • En tercer lugar, de tanto alguna lengua se descubren hablantes o personas que recuerdan alguna lengua que se presuponía extinta, y que son capaces de emplearla en su vida cotidiana.

Sin embargo, el elevado número de lenguas mutuamente ininteligibles, la lingüística histórica ha podido establecer que todas esas lenguas derivan de un número mucho más reducido de familias de lenguas. Ese hecho sirve habitualmente de base para la clasificacion filogenética de las lenguas del mundo. Además de ese tipo de clasificación también se pueden hacer diversos tipos de clasificación tipológica, referidas al tipo de estructuras presentes en una lengua más que a su origen histórico y su parentesco con otras lenguas.

[editar] Lista de familias y lenguas del mundo

  • Listado de idiomas: lenguas del mundo organizadas por orden alfabético.
  • Familias de lenguas: Clasificación filogenética de las lenguas, de acuerdo a su relación la relación genética y origen histórico.
  • Anexo:Mapas lingüísticos nacionales: listado por orden alfabético de distintos países en el que se tiene acceso a la descripción de diversas lenguas habladas en cada país.
  • ISO 639: códigos para lenguas y grupos o familias de lenguas.

[editar] Distribución geográfica

La distribución de las lenguas por continentes es muy desigual, Asia y África tienen cerca de 1900 lenguas cada uno por lo cada uno de esos continentes tiene contiene un 32% de la diversidad lingüística total del planeta, mientras que Europa tiene sólo un 3% de las lenguas del planeta, siendo el continente con menor diversidad lingüística. En América existen alrededor de 900 lenguas indígenas (15% de las lenguas del planeta) y en Oceanía y las regiones adyacentes unas 1100 (18%).[1]

La región lingüísticamete más diversa del planeta es Nueva Guinea y la menos diversa es Europa. En la primera región hasta el siglo XX poco no existió ninguna entidad estatal, mientras que en Europa la existencia desde antiguo de grandes estados restringió la diversidad cultural produciéndose un efecto uniformizador en la diversidad lingüística importante.

[editar] Lenguas por número de hablantes

Las lenguas del mundo presentan una gran dispersión en cuanto al número de hablantes. De hecho unas pocas lenguas mayoritarias concentran la mayoría de hablantes de la población mundial. Así las 20 lenguas más habladas, que suponen alrededor de un 0,3% de las lenguas del mundo, concentran casi el 50% de la población mundial, en número de hablantes. Mientras que el 10% de las lenguas menos habladas apenas concentran al 0,10% de la población mundial. Y aunque el número medio de hablantes de una lengua terrestre está entorno a 1 millón de hablantes, el 95,2% de las lenguas del mundo tienen menos de 1 millón de hablantes. Esto significa que las lenguas más habladas acumulan un número de hablantes desproporcionadamente alto y por eso la media anterior es engañosa respecto a la distribución.

[editar] Referencia

  1. [www.scribd.com/doc/934369/Words-and-Worlds Words And Worlds: World Languages Review], 2005, p. 48

[editar] Bibliografía

[editar] Enlaces externos

Wikilibros

[editar] Véase también

SOCIOLOGÍA2: ANTROPOLOGÍA FILOSÓFICA. El propósito de la antropología filosófica es identificar las características de la especie humana, tomando en cuenta todos los aspectos de la realidad: material, biológica, económica, histórica, cultural, etc. Pero esto no significa que sea el producto de una combinación o síntesis de diversas disciplinas. En este sentido, la antropología filosófica no es una ciencia social, sino que está más cerca a la Filosofía. Como disciplina filosófica, no abandona su pretensión de comprender al hombre más allá de los límites de las distintas ciencias.

Antropología filosófica

De Wikipedia, la enciclopedia libre

La antropología filosófica (del griego άνθρωπος, ánthropos, "hombre", y λόγος, logos, "razonamiento" o "discurso"), es una escuela de pensamiento fundada en Alemania en los años 1920 y 1930, de filósofos, antropólogos y sociólogos; este movimiento tuvo una influencia decisiva en el panorama intelectual alemán del siglo XX.

«Nunca en la historia, tal como la conocemos, el hombre ha sido más que un problema en sí» —Max Scheler.

La antropología filosófica marca un punto de inflexión en la filosofía antropológica (crítica de la tradición idealista y del dualismo cartesiano con una concepción del hombre como una unidad física y psíquica), y fue también una respuesta a la teoría del historicismo Alemán.

La base de su planteamiento consistía en utilizar las enseñanzas de las ciencias naturales (biología, zoología, etología, paleoantropología, etc.) y las ciencias humanas para tratar de identificar las características de la especie humana, su posición específica en el mundo en el entorno de los reinos mineral, vegetal y animal.

Sus principales representantes son Max Scheler (1874-1928), Helmuth Plessner (1892-1985) y Arnold Gehlen (1904-1976).

También, cerca de esta corriente, destacan: Gotthard Günther (1900-1984), Helmut Schelsky, Erich Rothacker y Peter Sloterdijk.

Contenido

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Introducción [editar]

El propósito de la antropología filosófica es identificar las características de la especie humana, tomando en cuenta todos los aspectos de la realidad: material, biológica, económica, histórica, cultural, etc. Pero esto no significa que sea el producto de una combinación o síntesis de diversas disciplinas. En este sentido, la antropología filosófica no es una ciencia social, sino que está más cerca a la Filosofía. Como disciplina filosófica, no abandona su pretensión de comprender al hombre más allá de los límites de las distintas ciencias.

La antropología filosófica se pregunta, en primera instancia, por el origen del ser humano. Su proceso de aparición y asentamiento en el conjunto de la realidad. Esta cuestión puede condensarse en la pregunta: ¿Cómo surgió el hombre?

Además, se pregunta por la naturaleza del ser humano, se pregunta lo que diferencia al ser humano de todos los demás seres, cómo se define a través de su existencia histórica, etc. Tales interrogantes fundamentales de la Antropología Filosófica pueden ser condensadas en una pregunta radical: ¿Qué es el hombre?

Problema de la naturaleza del hombre (esencia) [editar]

Podemos empezar enumerando tres tesis: "Naturalista o Monismo", "Esencialista o Dualista", y las contribuciones de la Filosofía hermenéutica.

Naturalista o monismo antropológico [editar]

No hay una diferencia esencial entre el hombre y el animal, sino diferencias de grado, de modo que la vida superior del hombre resulta ser una forma más desarrollada, perfeccionada o evolucionada de la serie animal. Las formas más altas de la vida humana (pensamiento, lenguaje, arte, etc.) no son más que las resultantes genéticas de procesos inherentes a las manifestaciones más elementales. Las dos variantes de esta teoría son:

  • la concepción mecánico-formal:
    • el materialismo, que reduce los fenómenos vitales y psíquicos a fenómenos físicos-químicos;
    • el sensualismo, que considera que todas las formas de fenómenos psíquicos son formas más complejas de los datos sensibles.
  • la concepción vitalista: que explica al hombre en su integridad por la vida: el hombre se convierte en el último producto de la evolución vital. Esta concepción se diversifica según qué se considere como decisivo en la variedad de los impulsos vitales. Algunos le dieron importancia a los impulsos nutritivos, otros a los impulsos de poder y otros a los impulsos sexuales.

Esencialista o dualista [editar]

Estas afirman que el hombre se distingue esencialmente no puramente de grado, de los demás seres vivos pues en él hay un principio que le pertenece en exclusividad y que entraña la posibilidad de una separación radical entre el hombre y el animal. El principio que diferencia al hombre puede concebirse de distintas maneras: segun Oscar Sierra el hombre es el que razona al animal, en cambio el animal por no tener raciocinio no puede razonar al hombre

Hermenéutica [editar]

El hombre no es algo que viene dado “esencialmente”, sino que se configura a través de sus relatos, mitos, narraciones, saberes, creencias, construcciones culturales. En todo esto tiene una importancia capital el lenguaje, que le brinda la posibilidad de expresión y de “sentido”, pero también le muestra sus límites.

El hombre no está “atado” a algo fijo o estático, sino que se va configurando. El ser humano se debe a un desarrollo temporal (historia) y a la vez a un “proyecto” que le configura como alguien en desarrollo, nunca acabado. En esta historicidad, el hombre no es un espectador imparcial de los fenómenos, sino que se ubica frente a los mismos desde presupuestos “heredados” (tradición) que le orientan.

Bibliografía [editar]

Enlaces externos [editar]

SOCIOLOGÍA2: GEOGRAFÍA CULTURAL. El término aparece en los EEUU a comienzos del siglo XX, aunque con un sentido diferente. Se trataba de la contraposición en los mapas de la representación de la naturaleza y de los elementos creados por el hombre: poblaciones, vías de comunicación, cultivos, etc.

Geografía cultural

De Wikipedia, la enciclopedia libre

El concepto de geografía cultural ha estado en boga como si fuese una novedad en la geografía anglosajona y francesa, sin embargo en la geografía hispana y alemana es un concepto consustancial a la Geografía humana.

El término aparece en los EEUU a comienzos del siglo XX, aunque con un sentido diferente. Se trataba de la contraposición en los mapas de la representación de la naturaleza y de los elementos creados por el hombre: poblaciones, vías de comunicación, cultivos, etc. Tras la Primera Guerra Mundial en Alemania aparecerían ideas muy similares, con una concepción más acusada de la transformación humana del medio. La geografía cultural deja de lado los condicionamientos biológicos para considerar únicamente los que proceden de la actividad humana. Una actividad que, por otro lado, se desarrolla en el tiempo histórico.

En EEUU su máximo representante, en los años 20 y 30, será Carl O. Sauer,y sus alumnos de la escuela californiana. En 1931 Sauer publica el ensayo: «Cultural Geography», donde define que; “La geografía cultural se interesa, por tanto, por las obras humanas que se inscriben en la superficie terrestre y le imprimen una expresión característica…la geografía cultural implica, por tanto, un programa que está unificado con el objetivo general de la geografía: esto es, un entendimiento de la diferenciación en áreas de la Tierra. Sigue siendo en gran parte observación directa de campo basada en la técnica sencilla del análisis morfológico”».

En Alemania, sobre todo tras la Segunda Guerra Mundial, la idea se asume con naturalidad. Los máximos representantes son Schultze y Bobek. En Italia destacan Biasutti y Sestini, en Francia desde Max Sorre a Paul Michotte, Philippe Pinchemel y Paul Claval. Pero ya Max Sorre superaba los conceptos de Geografía cultural para apostar decididamente por la Geografía humana.

Véase también [editar]

El contenido de este artículo incorpora material de una entrada de la Enciclopedia Libre Universal, publicada en español bajo la licencia Creative Commons Compartir-Igual 3.0.

SOCIOLOGÍA2: SUPERSTICIÓN. Superstición es una creencia de que los individuos pueden alterar el destino o la suerte propia, o de la de otras personas.

Superstición

De Wikipedia, la enciclopedia libre

Superstición es una creencia de que los individuos pueden alterar el destino o la suerte propia, o de la de otras personas.

Contenido

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La superstición y el método científico [editar]

Imagine que una tribu remota llama a una de estas dos formas buba y a la otra kikí; trate de adivinar cuál es cuál y consulte al final de este artículo (en la sección de notas) para valorar su respuesta[1]
Cartel de la película The Birth of a Nation (‘El nacimiento de una nación’), visión pseudohistórica estadounidense llena de prejuicios, donde aparece la organización del Ku-Klux-Klan.

Las supersticiones, no fundamentadas o asentadas de manera irracional en el ser humano, pueden estar basadas en tradiciones populares, normalmente relacionadas con el pensamiento mágico. El supersticioso cree que ciertas acciones (voluntarias o no) tales como rezos, ensalmos, conjuros, hechizos, maldiciones u otros rituales, pueden influir de manera trascendental en su vida.

Se consideran supersticiones aquellas disciplinas que la comunidad científica llama pseudociencias, tales como:

Lo que distingue a las supersticiones de la sabiduría y el sentido común es que se afirma una relación causal entre los acontecimientos debido a fuerzas supranormales:

Esta manera de proceder es contraria a la razón, que analiza las relaciones desde las causas inmediatas e intenta descubrir las leyes naturales que rigen las proporciones (o que, sin encontrar relaciones causa-efecto, explica los fenómenos a través de correlaciones, es decir, a través de la frecuencia en la que dos eventos se presentan simultáneamente).

Con el pensamiento de la ciencia moderna, algunas de las pseudociencias dieron paso al nacimiento de ciencias. Es el caso de la astrología de la que surgió la astronomía, de la alquimia surgió la química, etc.

En el pensamiento mágico y la magia se considera posible producir resultados que a la razón resultan contrarios a las leyes naturales conocidas valiéndose de ciertos rituales, en los que intervienen entes considerados en dicha creencia.

La superstición y la psicología [editar]

En el campo de la psicología, se entiende la superstición como el resultado de la manera prejuiciosa de juzgar la información que tiene nuestro cerebro. Un prejuicio cognitivo (del inglés cognitive bias, ‘predisposiciones cognitivas’ o ‘sesgo cognitivo’, en español), es una distorsión cognitiva en el modo en el que los humanos perciben la realidad. Algunos de estos procesos han sido verificados empíricamente en el campo de la psicología, otros están siendo considerados como categorías generales de prejuicios.

En algunas sociedades humanas se aprecia un proceso de decaimiento de las supersticiones. Sin embargo, este proceso no es lineal, como lo demuestra el auge que están teniendo la quiromancia y los exorcismos en Italia y Europa. Para el individuo supersticioso, la superstición cumple un papel positivo de estabilidad para la psiquis, por medio de los mecanismos de defensa. Los actos apotropaicos, como decir «¡Jesús!» tras un estornudo para rechazar la mala suerte, tocar madera, cruzar los dedos o santiguarse, tienen esa función de «curar» la mente.

Otros temas importantes en relación con las supersticiones son: el estudio del llamado pensamiento mágico, de la religión como un tipo de creencia supersticiosa (ver más abajo), los trastornos obsesivo-compulsivos y la esquizofrenia como enfermedad mental.

Prejuicios cognitivos [editar]

El pensamiento mágico base de la superstición, es una forma de pensar y razonar que genera opiniones carentes de fundamentación lógica robusta o estricta. Creencias carentes de lógica. Suele estar basado en percepciones psíquicas subjetivas del individuo/colectivo, pudiendo haber sido condicionado por otras personas que haya conocido o aceptando de algún modo las teorías de dichos individuos con esas creencias.

En psiquiatría, varias enfermedades mentales y trastornos de personalidad se caracterizan por diversos grados de pensamiento mágico. Se utiliza el llamado método científico para remarcar lo endeble y arbitrario de las convicciones basadas en lo sobrenatural.

Bruce Hood, profesor de Psicología del Desarrollo en la Universidad de Bristol, llevó a cabo un experimento para demostrar la inutilidad de los esfuerzos por combatir las creencias irracionales, ya que sostiene que el cerebro humano tiende a funcionar de manera supersticiosa. Para demostrar su teoría, el profesor Hood les preguntó a los miembros del público de un festival de ciencias, si estaban dispuestos a probarse una chaqueta azul a cambio de una gratificación de 10 libras esterlinas. Después de que no pocos voluntarios levantasen la mano, dijo entonces que la chaqueta había pertenecido a Fred West, un asesino múltiple. Al oír esto, la mayoría de los voluntarios bajaron la mano como acto apotropaico o de defensa o rechazo del agüero.

En realidad, la chaqueta no había pertenecido a Fred West. El experimento mostró que esta creencia, a personas que se consideran racionales (ya que asisten a un festival de ciencias), les hacía sentirse incómodas.

Escrúpulos similares y creencias comparables, explican, por ejemplo, por qué pocas personas estarían dispuestas a cambiar su anillo de boda por una réplica idéntica. La diferencia entre conceder importancia sentimental a los objetos y creer en la religión, la magia o lo paranormal, es sólo de grado, según el profesor Hood.

Según el profesor Hood, debido a que los humanos operamos intuitivamente, instar a las personas a abandonar su sistema de creencias, no tiene éxito, porque ese componente irracional opera a un nivel tan fundamental, que ninguna cantidad de evidencias racionales puede erradicarlo, de igual modo que no podemos erradicar un instinto.

Supersticiones y creencias populares [editar]

Existe diferencia entre las supersticiones específicas y las pseudociencias. Las pseudociencias tienen un definido ámbito concreto de creencias donde no cabe todo sino de acuerdo a sus bases. Otra diferencia es que los creyentes de supersticiones pueden ser personas de cualquier tipo raza, status social, región mundial... y no tienen porqué creer en pseudociencias, del mismo modo que un adepto de una pseudociencia no tiene porqué creer en las supersticiones populares.

Existen supersticiones relacionadas con los diferentes ámbitos de la vida del ser humano, desde los acontecimientos importantes para las personas (por ejemplo el matrimonio, la menstruación femenina, la botadura de barcos, el levantarse de la cama), los acontecimientos relacionados con los oficios (por ejemplo: ordeñar en la ganadería), los acontecimientos temporales (por ejemplo: fechas de siembra en la agricultura, el solsticio de la noche de San Juan, las fases de la Luna), los relacionados con objetos o elementos o con procesos: el hierro, por ejemplo, tiene poderes mágicos, protege a su propietario contra las brujas y los malos espiritus.

Hay muchas supersticiones relacionadas con tijeras, cuchillos, espadas, agujas...

Muchos escoceses creían que dormir con un cuchillo bajo la almohada evitaría que las brujas se los llevasen mientras dormían. En muchos países se considera fatídico regalar un arma blanca. El mango del cuchillo, al caer, apunta en la dirección de donde provendrá la buena suerte o los amigos. Si el cuchillo queda con el filo hacia arriba, se espera mala suerte, pues los espíritus se cortarán los pies.

Supersticiones que generarían desgracia [editar]

Gato negro.
  • Doblar la servilleta usada, o guardar una servilleta en su servilletero al final de una comida quebrantará la amistad.
  • Mencionar o formular verbalmente cualquier cosa no deseable o desgraciada (ver maldición).
    • Para contrarrestar la desgracia, inmediatamente se debe tocar madera.
  • Romper un espejo.
  • Pasar debajo de una escalera apoyada contra una pared, la escalera con las superficies del suelo y la pared forman un triángulo, representación de la Trinidad. Por lo tanto, cruzarla era atentar contra dicho dogma, o también representa una puerta de entrada al mundo de los espíritus.
  • Cruzarse con un gato negro.
  • Derramar sal: la sal, en la Antigüedad, representaba riqueza. Al parecer, este mito tiene su origen en el hecho de, una vez que Roma conquista y arrasa con la ciudad de Cartago, los soldados romanos vertieron sal sobre los restos de la ciudad, para que ninguna planta volviera a crecer en ella; o en que en la Antigüedad era común dar paga con la sal, (de ahí surge el salario) lo cual, al derramar este producto era considerado un desprecio hacia el dinero y por ende suponía la futura falta del mismo.
  • Derramar aceite.
  • Poner el pan invertido en la mesa.
  • Limpiar la mesa con papel, y no con un paño de tela, trae pérdidas económicas, porque representa un desprecio al papel moneda.
  • Escuchar el nombre de una persona que transmite «mala suerte» (persona que está «salada», jetattore, un mufa, aojador, gafe, cenizo)
    • Para contrarrestar la maldición, a la persona se la margina y se la menciona como «el/la innombrable».
    • En Argentina los varones se tocan el testículo izquierdo, y las mujeres el pecho izquierdo.
  • Ser víctima de un «trabajo» de vudú o magia negra.
  • Rezar con las piernas cruzadas.
  • Pisar en primer lugar con el pie izquierdo al levantarse de la cama (Véase el artículo zurdo).
  • Casarse o embarcarse un martes 13: en los países anglófonos se refieren al viernes 13.
  • Bautizar a un barco con el mismo nombre que tiene otro barco.
  • Sentarse a comer 13 personas a la mesa, por la Última Cena de Cristo con sus discípulos (ver triscaidecafobia).
  • Estornudar, por temor a perder el alma, sólo durante la Edad Media.
    • El riesgo se minimizaba cuando otra persona respondía de manera apotropaica «¡Jesús!».
  • Abrir un paraguas bajo techo, dentro de una casa.
  • Que se cayeran las tijeras con el pico abierto, o dejarlas a posta abiertas encima de la mesa de alguien, o dejarlas abiertas entre dos o más personas, supuestamente produce riña por el entrechocar de las espadas.
  • Poseer un solo vaso de una colección en la que se han ido rompiendo todos los demás.
  • Mirar fijamente a una persona, mal de ojo o aojamiento, que desde entonces sufre mala salud periódicamente o muere. Esta superstición se documenta desde la época romana.
  • Decir «¡por Dios!» ante cualquier suceso: según el mandamiento de la ley mosaica, no debía tomarse el nombre divino en vano.
  • Cuando una persona se ríe mucho es que le espera alguna desgracia o disgusto.[2]
  • El acostarse del lado del corazón ocasiona malos sueños.[2]
  • Cortarse las uñas en los días que tienen erre (martes, miércoles y viernes) genera padrastros.[2]
  • Matar a las golondrinas: porque una leyenda (no bíblica) dice que le extrajeron las espinas a Cristo en el Calvario.[2]
  • Toparse con un tuerto al salir de casa por la mañana.[2]
  • Que un artista (actor, cantante, músico, etc.) salga al escenario con una prenda amarilla.
  • Que el novio vea a la novia vestida de tal antes de la ceremonia.
  • En México (especialmente en el estado de Jalisco), pisar un mango echado a perder.
  • Cortar muy seguido, usando la tijera, se dice que corta los caminos.
  • Barrer los pies a alguien, dicen que quita la fortuna
    • Para revertir, la persona cuyos pies fueron barridos debe pisar la escoba

Supersticiones contra el mal o contra la mala suerte [editar]

Determinadas acciones son tradicionalmente consideradas como conjuros o actos contra el mal, los malos espíritus, las brujas y la mala suerte, y se realizan para protegerse, desviarlos, evitarlos o rechazarlos:

  • Poseer amuletos u objetos que protegen de la mala suerte o de las brujas, como llevar siempre una castaña recogida el día o la Noche de San Juan, o
  • En Aragón, ponerles pendientes hechos con ramitas de enebro a las ovejas.
  • Echar sal detrás del hombro, para aplacar a los malos espíritus que están tras la persona.
  • Tocar un objeto de madera al oír algo que se considera inauspicioso, pues algunas culturas creen que poseen propiedades mágicas o se puede pedir un deseo.
  • Cuando las ratas abandonan un barco es por que se va a hundir.
  • Cuando lo animales abandonan un lugar es por que viene un desastre.
  • Tener en el hogar un altar con estampitas de santos y vírgenes.
  • Encender una vela a un santo, en una iglesia católica o en el hogar.
  • Hacer una "limpieza" mediante magia blanca con una bruja o curandera.
  • "Tirar el cuerito" es un tipo de masaje shamánico relacionado con la piel de la cintura o el abdomen.
  • Decir «¡Jesús!» cuando se estornuda, ya que se consideraba antaño signo de mal agüero o de mal augurio.
  • Santiguarse al oír algo que proporciona mala suerte.
  • Hacer el conjuro de la taza de agua y las gotas de aceite para evitar el mal de ojo o aojamiento.
  • Golpear ligeramente las copas antes de beber su contenido, espanta a los malos espíritus y evita que entren al momento de abrir la boca.
  • Encontrar un trebol de 4 hojas.
  • Ponerle una cinta roja a los bebes, o en la panza de la mama embarazada.
  • Si se cae azucar, ponerse un poco de la azucar derramada, en la frente que es fortuna
  • Usar la ropa interior al revés, es decir, la parte de afuera hacia adentro, alejando los malos conjuros de brujas.

Supersticiones de buena suerte [editar]

Herradura puesta con el propósito de atraer la buena suerte.
  • Derramar el vino predice buena suerte o trae alegría.
  • Encontrarse por casualidad una herradura con 7 agujeros para los clavos es un buen augurio en Algeciras, o la sola posesión de una herradura.
  • Tener la pata de un conejo, frotarse y acariciarse con ella.
  • El número Siete
  • Para ganar la lotería se debe apoyar el billete en la espalda de un jorobado o en el vientre de una embarazada.
  • Tener amuletos, como una pata de conejo, estampitas de santos, alguna piedra especial o semipreciosa, etc.
  • Tener la bendición de los padres al casarse.
  • La mujer soltera que —durante una fiesta de casamiento— atrape el ramo de la novia cuando ésta realiza el rito de tirarlo violentamente por encima del hombro será la siguiente en casarse (en la Edad Media era primordial que una mujer se casase).
  • Cuando una persona debe pasar una prueba o realizar un examen académico, debe encender (ella misma u otra persona) una o varias velas en su casa o en una iglesia católica.
  • El feng shui chino y el vastu de la arquitectura hindú poseen conceptos parecidos y hasta equivalentes, que analizan qué lugares y fechas son las mejores para construir un edificio o iniciar una empresa o negocio o una relación de pareja.
  • En México se dice cada Viernes Santo hay un aguacate que en vez de carozo contiene un huevo de paloma. Hay que sostener el huevo en la mano y rezar un Padre Nuestro. El huevo se abrirá, y saldrá volando un polluelo, que es el Espíritu Santo. El lugar donde el polluelo se pose estará bendito incorruptiblemente hasta la llegada del Fin del mundo.
  • Pisar excremento que esté en el suelo, da buena suerte durante 7 años.

Supersticiones que auguran el futuro [editar]

  • Cuando a un difunto se le quedan los ojos abiertos es señal de que pronto le seguirá algún individuo de la familia.[2]
  • No deben echarse las cáscaras de los huevos en el fuego, porque se les secará el ano a las gallinas y no pondrán más huevos.[2]
  • Quien duerma en una cama con los pies hacia la calle morirá.[2]
  • Cuando se tira al suelo una cerilla encendida, y ésta no se apaga, es el augurio de una muerte próxima.[2]
  • Una mujer, durante la menstruación, no puede hacer mantequilla, mayonesa, tocar o preparar la leche o productos lácteos, regar las plantas, dar de comer a los animales... la mantequilla o mayonesa no ligarán, la leche se cortará, las plantas se secarán, los animales morirán, especialmente crías o bebés ajenos, o se les estropeará la comida, o se arguellarán. Esta superstición está relacionada con la pureza y la impureza de la mujer, y coincide con supersticiones afines del mundo islámico actual.
  • "Dineros o palos". Si se siente comezón o picazón en la palmas de las manos, es que se va a recibir dinero, o se van a recibir palos.
  • La mujer que siga el vuelo de una mariquita dará con el hombre ideal.
  • Una mariposa que vuela alrededor de una persona augura buenas noticias si es blanca, y malas noticias si es negra.[2]
  • Cuando una pulga pica en el dorso de la mano, es señal de que se va a recibir dinero (en la Edad Media había pulgas en todas las casas).[2]
  • Cuando una persona sueña con toros, es que le tocará la lotería, si es que ha jugado.[2]
  • Cuando a una persona soltera se le barren los pies, no se casa.[2]
  • Pisar accidentalmente el excremento de un animal traerá buena suerte.
  • Todos los 2 de febrero, la estatua de la Virgen María sale en procesión ritual por las calles cercanas al templo. Si vuelve a entrar con la vela encendida, será buen año.[2]
  • Las roscas y roscones, comidas en fechas señaladas, San Valero, Reyes Magos... coincidentes con las fiestas paganas de la siembra, la recolección, la primavera etc., suelen llevar una o dos sorpresas. Una solía ser una moneda o regalo favorable, y la otra, habitualmente desfavorable que trae pagar el roscón consiste generalmente en una semilla de haba, relacionada con el glande masculino.
  • En México, cuando un cuchillo cae y se clava en el suelo, augura la llegada de una visita.
  • En Aragón (España), cuando una persona, sin darse cuenta, se pone una prenda del revés (por ejemplo, la camiseta con la espalda al frente), es que se va a producir una sorpresa, un imprevisto bueno o malo.
  • En Aragón (España), «Soñar con muertos, saber de vivos»: cuando se sueña con personas que han muerto, sobre todo familiares, es que se van a recibir nuevas noticias de, o se va reunir uno con, amigos o parientes.

Religión y superstición [editar]

Casi cada religión posee rituales, ceremonias o ensalmos que pondrían a la persona en relación con las fuerzas espirituales, y que las personas que no pertenecen a esa religión pueden considerar supersticiones, como el degollamiento de una gallina, la señal de la cruz, el bautismo, la misa, etc.

Se acepta que es más probable encontrarse con alguien que profesa una religión supersticioso que con un agnóstico o con un ateo supersticioso.[cita requerida]

La diferencia entre superstición y fe religiosa estriba, en primer lugar, en la manera de comprender globalmente la realidad. En la superstición, la fuerza supranatural que actúa es arbitraria y disgregada de las demás, mientras que una religión tiene un sistema teológico organizado que afirma la existencia de un ser (o varios) o una causalidad superior general, que actúa(n) en el todo. En segundo lugar, de cada religión se deriva, además de la espiritualidad, una moral, mientras que en numerosas supersticiones sólo se condiciona la actuación del individuo hacia la adquisición o pérdida de la suerte o la desgracia. Y en tercer lugar, en muchas religiones, como el cristianismo, no se encuentra contradicción entre la racionalidad, que examina las causas inmediatas, y la creencia religiosa, con la consecuente coexistencia de ambas actitudes.

El cristianismo considera la superstición como contraria al primer mandamiento.[3]

Desde esta perspectiva, se comprende que, según el diccionario de la Real Academia Española, la superstición es una ‘creencia extraña a la fe religiosa y contraria a la razón’.

La supersticón no tiene por objeto el conocimiento de la realidad que yace tras dicha creencia, se da por supuesto su veracidad. Su objeto es mantenerse alerta en las situaciones diarias para evitar o incidir en las acciones que conducen de modo oportuno a la base de la creencia. La religión tiene por objeto de un modo básico, adquirir la gracia del ente o entes objeto de adoración a base de cumplir los mandamientos (véase ascética) y rechazar las prohibiciones que dicta su credo.

La inofensiva culebra bastarda.

Algunas religiones y cosmovisiones esotéricas herméticas han considerado los estados de conciencia alterados como una prueba más de la existencia de sus creencias. Su conocimiento parte de premisas y fuentes totalmente diferentes a las de la ciencia, la técnica y la filosofía científicas (de nuestro tiempo). Sería fruto del desarrollo de capacidades en el individuo que trascenderían los límites de la percepción sensorial normal. Mediante técnicas: meditativas, autosugestión, privación del sueño, ayuno, deshidratación, drogas, intoxicaciones... los sujetos experimentan una realidad más allá del umbral de la normalidad y perciben un nivel de realidad diferente y subjetivo a sí mismo.

Orígenes de la idea de superstición [editar]

Etimología del término: la palabra española «superstición» corresponde al verbo latino super-stare (‘permanecer sobre’, que para los romanos tenía el sentido figurado de «ser testigo» o «sobrevivir»). De acuerdo con Cicerón, y después Isidoro de Sevilla,[4] la idea de trascender y perpetuarse a través de la realización constante de rituales subyacía en el uso de esta palabra:

Se llama supersticiosos a quienes rezan u ofrecen sacrificios todos los días para que sus hijos les sobrevivan
Cicerón: De natura deorum (II, 72)

Por otra parte, en la antigua Roma los adivinos eran calificados frecuentemente como superstitiosus, lo que de por sí no habría constituido una valoración necesariamente peyorativa. Pero a veces sí se dio un sentido desfavorable a la palabra y las acciones que designaba, entendidas como una manifestación exagerada, y por tanto superflua y desordenada, de religiosidad. Esta idea resulta más comprensible si se considera que religio, la religión, significaba precisamente lo contrario para los romanos. Según el mismo Cicerón, religio viene de re-legere (‘reagrupar, ordenar’). Por lo mismo, dentro de la preocupación romana de realizar el culto dentro de normas rígidas, una exageración, como hacer sacrificios todos los días, podía llegar a ser entendido como un defecto.[5] Para los romanos, el supersticioso podía llegar a ser o bien un tartufo o una persona afectadamente religiosa.

Evolución del concepto cristiano de superstición [editar]

En las primeras versiones en latín del Nuevo Testamento cristiano se utiliza sólo 3 veces la palabra «superstición», siempre a la manera romana:

  • En Hechos (17.22), sin un sentido peyorativo explícito, cuando san Pablo alaba a los atenienses por tener un altar reservado «al dios desconocido». Entonces, refiriéndose a que son «extremadamente religiosos», los calificó de «quasi supertitiores».
  • En Hechos (25, a. C.19), en un sentido literal y ambiguo, cuando los judíos acusan al mismo Pablo de supersticioso por creer que Jesucristo está vivo (que «ha sobrevivido»), siendo que ya ha fallecido.
  • En Colosenses (2, a. C.21), refiriéndose a una manera afectada de religiosidad, cuando nuevamente Pablo exhorta a sus lectores a dejar el formalismo ritual judío y así no caer «in supertitione».

Pero después de décadas, o incluso siglos, los primeros cristianos comenzaron a cambiar el sentido de la palabra «superstición».

Lactancio: Religión versus superstición [editar]

En el siglo III, Lactancio refutó las etimologías clásicas de Cicerón, buscando interpretaciones más útiles desde el punto de vista cristiano. Para él, religio ya no viene de relegere (‘reagrupar’ o ‘reordenar’), sino de re-ligare (‘volver a unir’), lo que resultaba muy consonante con el sentido mesiánico y salvífico del cristianismo, que proclama una «nueva alianza» entre la divinidad y el ser humano. El cristianismo era, pues, para Lactancio una religión.

Siguiendo con esta línea argumentativa, el mismo autor cambiaba el significado de la etimología de supertitio. Ésta ahora asimilaba el concepto a idolatría y culto equivocado; superstición equivalía a divinización pagana de los muertos:

...los supersticiosos no son aquellos que esperan que sus hijos les sobrevivan —eso lo esperamos todos—, sino quienes veneran la memoria de los difuntos para que sobreviva a ellos, o incluso aquellos que mediante imágenes de sus padres rinden culto como lo hacen con sus dioses penates...
Lactancio: Institutiones divínae

Para Lactancio, entonces, religión era igual a culto verdadero, mientras que superstición era un falso culto.

Agustín de Hipona: Cristianismo contra superstición [editar]
Según san Agustín, la superstición es pagana y demoníaca.

En el siglo IV Agustín de Hipona volvió a modificar la explicación del significado de la etimología de supertitio, buscando establecer un nuevo concepto más acorde con su situación histórica. Para él, las supersticiones eran las «supervivencias» de la idolatría pagana que subsistían tras el triunfo político y espiritual del cristianismo, producto de la conversión del emperador Constantino. Y, más específicamente, supertición era todo resto de veneración a una criatura —ser creado— fuera éste ídolo, hombre, demonio, animal, planta, astro u objeto.[6]

Es supersticioso aquello instituido por los hombres para crear ídolos y venerarlos o rendir culto a una criatura o parte de una criatura como si se tratase de Dios, o para consultar a los demonios y sellar a través de ciertos acuerdos (pactos) una comunicación con ellos.
Agustín de Hipona: De doctrina christiana

De estas afirmaciones, que fueron retomadas por Tomás de Aquino, proviene el concepto cristiano de superstición vigente durante los siglos siguientes, y aun en el presente. Éste se puede resumir en dos afirmaciones:

  • Toda creencia sobrenatural ajena al cristianismo es superstición.
  • La superstición es una manera de relación con el demonio.

La segunda idea implicaba que, por ejemplo, si el estremecimiento o tembladera de un miembro (un brazo, por ejemplo) era considerado un mal augurio, era porque para el supersticioso era una especie de signo convencional o clave secreta, mediante la cual recibía un mensaje del demonio.[cita requerida]

La nueva definición de superstición se extendió rápidamente.

Como ejemplo de la idea cristiana de que lo no cristiano es supersticioso, ya en el siglo V se encuentran textos eclesiásticos que hablan de las «supersticiones judaicas».[7] Si los judíos no creían en Cristo, sus rituales debían por fuerza ser supersticiosos y mal inspirados.

Véase también [editar]

Notas [editar]

  1. En este experimento psicológico ideado por Wolfgang Köhler, se pide al sujeto que diga cuál de estas figuras se llama buba y cuál kikí. Del 95% al 98% de las personas le asigna el nombre kikí a la figura angular de color naranja, y buba a la figura redondeada de color violeta. Se piensa que esto tiene implicaciones en el desarrollo del lenguaje; es decir, que el mecanismo de poner nombres a los objetos no es totalmente arbitrario. Otra explicación sería que la forma redondeada suele recibir el nombre de buba porque los labios adoptan una figura redondeada para producir el sonido. En cambio, los labios adoptan una figura más angulosa al pronunciar kikí. Además, el sonido de las k es más forzado que el de las b. Por otra parte, en el alfabeto romano, las letras b y a tienen un dibujo más redondeado que k e í.
  2. a b c d e f g h i j k l m n Sergio Hernández, «Supersticiones populares», en El folk-lore frexnense y bético-extremeño, 1883-1884 (págs. 135-136). Badajoz y Sevilla: Diputación Provincial y Fundación Antonio Machado.
  3. Catecismo de la Iglesia Católica
  4. Isidoro de Sevilla; Etimologías (X, 244).
  5. Schmitt, Jean-Claude; Historia de la superstición. Barcelona: Crítica, 1992.
  6. Jean-Claude Schmitt: Historia de la superstición. Barcelona: Crítica, 1992.
  7. Estatutos de la Iglesia primitiva. Galia, 475.

SOCIOLOGÍA2: PAREMIA. La paremia es un enunciado breve, sentencioso e ingenioso que transmite un mensaje instructivo, incitando a la reflexión intelectual y moral. Hay muchos tipos de paremias, como los adagios, aforismos, axiomas, proverbios, refranes y wellerismos. El tipo más común es el refrán. El estudio de las paremias se denomina paremiología.

Paremia

De Wikipedia, la enciclopedia libre

La paremia es un enunciado breve, sentencioso e ingenioso que transmite un mensaje instructivo, incitando a la reflexión intelectual y moral. Hay muchos tipos de paremias, como los adagios, aforismos, axiomas, proverbios, refranes y wellerismos. El tipo más común es el refrán. El estudio de las paremias se denomina paremiología.

Enlaces externos [editar]

  • Revista Paremia [1]

Referencias [editar]

  • Pedrosa, José Manuel y Nieves Gómez López (2003). Las voces sin fronteras: didáctica de la literatura oral y de la literatura comparada. Almería: Universidad de Almería. ISBN 84-8240-682-5.
  • Sevilla Muñoz, Julia (1988). Hacia una aproximación conceptual de las paremias francesas y españolas. Madrid: Editorial Complutense. ISBN 84-7491-270-9.

SOCIOLOGÍA2: PAREMIOLOGÍA. La paremiología (del griego paroimía, proverbio + logos, tratado) es la ciencia que estudia los refranes, los proverbios y demás enunciados cuya intención es transmitir algún conocimiento tradicional basado en la experiencia. La paremiología comparada establece relaciones entre los refranes y demás enunciados sentenciosos de diferentes idiomas y culturas.

Paremiología

De Wikipedia, la enciclopedia libre

La paremiología (del griego paroimía, proverbio + logos, tratado) es la ciencia que estudia los refranes, los proverbios y demás enunciados cuya intención es transmitir algún conocimiento tradicional basado en la experiencia. La paremiología comparada establece relaciones entre los refranes y demás enunciados sentenciosos de diferentes idiomas y culturas.

La paremiología aprovecha para extraer de los proverbios la información acumulada a través de cientos de años de historia. Esta información puede ser de muchos tipos: sociológica, gastronómica, meteorológica, histórica, literaria, zoológica, cinegética, toponímica, lingüística, lexicográfica, religiosa, agronómica... Con frecuencia un refrán nace como condensación de un chascarrillo o cuentecillo tradicional, y expresa las creencias y supersticiones populares con más fidelidad que otras formas literarias. En otras ocasiones, por el contrario, posee un origen culto que deriva de los sermones que durante la Edad Media se pronunciaban en lengua vernácula. Posee una particular retórica, en la que se cruzan el ritmo, el paralelismo, la antítesis, la elipsis y los juegos de palabras.

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Los estudios paremiológicos en España [editar]

En España son muy antiguos los compendios de refranes. Aparecen en el siglo XV, como muestra del interés del humanismo por la cultura popular que pretenden ennoblecer al ponerlo en paralelo con los apotegmas grecolatinos. Erasmo de Rotterdam hizo una colección de adagios latinos, y del siglo XV epañol se conserva un Seniloquium y una colección de refranes atribuida a don Íñigo López de Mendoza, Marqués de Santillana: los Refranes que dicen las viejas tras el fuego.

En el siglo XVI Pedro de Vallés escribió un Libro de refranes compilado por el orden del ABC, en el cual se contienen quatro mil y trezientos refranes, Zaragoza, 1549. El riojano Juan de Espinosa trabajó una colección de seis mil proverbios vulgares, que no dio a la imprenta; Blasco de Garay publicó en el siglo XVI una extensa carta en refranes. Juan de Mal Lara imprimió su Philosophia vulgar en 1568. Hernán Núñez, el gran humanista conocido como "el Comendador Griego", escribió sus Refranes o proverbios en romance que nuevamente coligió y glosó el comendador Hernán Núñez de Guzmán, Salamanca, 1555. Juan Lorenzo Palmireno compuso dos refraneros bilingües. Los refranes esmaltan además la lengua de La Celestina y el habla de Sancho en las dos partes de Don Quijote, correspondientes ya al siglo XVII.

En el siglo XVII destacan especialmente Sebastián de Covarrubias con su Tesoro de la lengua castellana o española (1611), diccionario que incluye la explicación de muchos refranes y frases hechas, y el maestro Gonzalo Correas o Korreas con su Vocabulario de refranes y frases proverbiales y otras fórmulas comunes de la lengua castellana. También es muy importante Jerónimo Martín Caro y Cejudo con su Refranes y modos de hablar castellanos. En 1616 Juan Sorapan de Rieros, médico de Granada, coleccionó 254 refranes sobre higiene y los explicó con ingenio.

En el siglo XIX destacan especialmente Joaquín Bastús y su La sabiduría de las naciones o Los Evangelios abreviados, Barcelona, 1862-1867 y el clérigo José María Sbarbi y Osuna, que se consagró exclusivamente a este menester, dejando cuatro obras magistrales sobre el tema y otros muchos opúsculos: el Florilegio o ramillete alfabético de refranes y modismos de la lengua castellana (1873), El refranero general español (1874-1876), Monografía sobre los refranes, adagios y proverbios castellanos (1891), para terminar con el póstumo Gran diccionario de refranes de la lengua española, Buenos Aires, 1943.

En tiempos ya más actuales, dedicaron sus esfuerzos al refranero español Luis Martínez Kleiser compiló un formidable refranero temático con decenas de miles de refranes, el Refranero general ideológico español, Madrid, 1953. José Gella Iturriaga estudió el refranero del mar y el alusivo a temas italianos. Gabriel María Vergara Martín compiló los refranes referidos al clero en Cantares, refranes, adagios referentes a curas, monjas, frailes y sacristanes, publicado en Madrid en 1929 bajo el seudónimo de Ganevar. Luis Montoto y Rautenstrauch publicó un erudito Personas, personajes y personillas que corren por las tierras de ambas Castillas, Sevilla, 1921 tomo I, 1922 tomo II, y escribió además en 1888 Un paquete de cartas de modismos, locuciones, frases hechas, frases proverbiales y frases familiares. José María Iribarren realizó varios trabajos, del cual el más valioso es quizá El porqué de los dichos, sucesivamente ampliado desde su primera edición de 1954 hasta la cuarta. Francisco Rodríguez Marín dedicó a la paremiología tres o cuatro títulos de su caudalosa bibliografía. En la actualidad, existe una revista, Paremia, creada por Julia Sevilla Muñoz en 1993 y consagrada sólo a este tipo de estudios. En los últimos decenios, la Paremiología española ha sufrido una renovación y está viviendo una época de desarrollo y esplendor iniciada en torno a 1980 especialmente por los filólogos Pedro Peira Soberón, Jesús Cantera Ortiz de Urbina y Julia Sevilla Muñoz.

Referencias [editar]

Sevilla Muñoz, Julia (1996, 3, pp. 641-672). "Sobre la Paremiología española", Euskera. Bilbao: Euskaltzaindia, Real Academia de la Lengua Vasca.

Véase también [editar]

Enlaces externos [editar]