DEPORTES Y HOMBRES
¿Por qué a los hombres les gusta tanto el fútbol?
Una mayor actividad en ciertas zonas del cerebro vinculadas al placer y la identificación que genera este deporte con el padre, son algunas de las respuestas que entrega la ciencia.
1. LA RESPUESTA DE LA BIOLOGÍA
Un hombre piensa diariamente una vez cada 52 segundos en el sexo. ¿En el fútbol?. Cada un minuto, los más fanáticos. Y los menos vehementes, cada 12. La investigación de la Universidad de Hertfordshire en Gran Bretaña, realizada en 2007, es una de las tantas que durante los últimos años han intentado desentrañar la enigmática e irresistible atracción que ejerce este deporte sobre los hombres. La misma que suele irritar a las mujeres, cuando sus maridos no son capaces de desviar la vista de la pantalla aunque se esté cayendo el techo o que los lleva a instalarse frente al televisor para mirar una y otra vez los mismos goles.
Y una de las primeras respuestas proviene de la biología. Porque lo que ha descubierto la ciencia es, precisamente, que la anotación de un gol por el equipo favorito gatilla en el cerebro masculino un efecto tan intensamente placentero como el que genera el buen sexo.
Análisis realizados por el Instituto de Ciencias Neurológicas de la U. de Glasgow mostraron que durante todo el partido se enciende en el cerebro del hincha una zona conocida como corteza cingulada anterior, la misma que se activa durante la excitación sexual. Pero cuando la pelota ingresa en la red contraria, esta actividad alcanza su máxima intensidad. Es decir, casi un orgasmo, que se verificó con resonancia magnética. Para los científicos, eso también explicaría lo que sucede después de los partidos: este arrebato pasional dejaría a los hinchas, simplemente, cansados.
Otro argumento que fortalece la explicación biológica de esta atracción es el aumento de la testosterona que se produce con ocasión de un partido. En la final del Mundial de 1994, científicos de la Universidad de Georgia State (Estados Unidos) tomaron muestras de saliva a hinchas brasileños e italianos: su nivel de testosterona -hormona encargada de estimular la líbido masculina- subió 28% entre los sudamericanos.
Las cifras también lo corroboran: un estudio del Centro de Investigación en Asuntos Sociales de Europa (SIRC) señala que el 31% de los hinchas prefiere asistir a un partido de fútbol que tener sexo.
2. MOMENTO ÚNICO DE CATARSIS
Ya sea en el estadio, frente al televisor o escuchándolo por radio, un partido de fútbol parece ser la única instancia donde los hombres se sienten completamente libres de expresar lo que sienten.
Diversas encuestas realizadas en Europa lo demuestran. Como el estudio del SIRC, donde más de la mitad de los hinchas reconoce que es la única ocasión en sus vidas donde logran liberarse emocionalmente. De hecho, el 66% dice que ha llorado más de alguna vez durante un partido, pero el 49% acepta que se sentiría avergonzado de llorar frente a amigos en otras circunstancias.
La respuesta de los alemanes en este sentido es elocuente: el 93% dijo que "en el estadio eres totalmente libre. Todo lo que se ha acumulado en la semana puede ser liberado. Puedes soltar las presiones que no logras olvidar en tu vida diaria".
3. EL FUERTE LAZO QUE LOS UNE AL PADRE
Casi el ciento por ciento de los hinchas, también según el estudio del SIRC, asistió por primera vez al estadio junto a su padre. Un recuerdo que se marca a fuego en la mente de los hombres, dicen lo investigadores. De hecho, el 78% asocia el fútbol con cálidos recuerdos de la niñez y para un tercio de los encuestados, este deporte es parte esencial en el vínculo afectivo con su padre. Para quienes se han dedicado a estudiar este tema, este solo hecho sería clave para explicar por qué un hombre puede cambiar de pareja, de ciudad o de amigos, pero jamás su preferencia por un mismo equipo de fútbol.
"El traspaso de esta herencia futbolera se convierte en un rasgo tan fuerte en una persona que se podría decir que existe dentro de su código genético", dicen los autores del informe SIRC. Además, indican, las historias que cuentan los padres sobre grandes jugadores de antaño "sirve como un legado de tradiciones e historias que crea una mitología familiar y un lazo muy fuerte".
4. SIGLOS DE EVOLUCIÓN PARA UNA VERSIÓN MODERNA DE LA GUERRA
Los orígenes evolutivos también estarían presentes en este fervor de los hombres. Ese placer casi perverso que sienten los partidarios de Colo Colo y U. de Chile por ver humillado al rival en un clásico es la versión moderna de conductas masculinas que han evolucionado por miles de años. La agresión y la competencia por la comida que se desataba en los bosques de Europa entre los Neanderthales y los humanos modernos, hoy se ha trasladado a escenarios más sofisticados, como el Estadio Nacional en Chile.
En uno de los primeros estudios sobre el tema, Richard G. Sipes, antropólogo de la U. Estatal de Nueva York en Buffalo, planteó en los 70 que el fútbol es un deporte que canaliza el instinto combativo y el espíritu guerrero que -a diferencia de la mujer- ha marcado al hombre. Después de todo, es menos destructivo darse de patadas en una cancha que volar ciudades y, tal como afirma el escritor Paul Auster: "El fútbol es el milagro con el cual Europa aprendió a odiarse sin destrozarse".
Por este motivo, hoy las estrellas del fútbol alcanzan casi literalmente el rango de héroes o "semidioses" a los cuales se alaba más allá de cualquier raciocinio. En un país como España, el fenómeno es claro: 61% de los hinchas de ese país afirma que entre sus personajes más admirados están los futbolistas.
Todos los ingredientes del combate están presentes: las referencias a los otros equipos como "el enemigo", las camisetas, gorros y bufandas que operan como uniformes de facciones rivales y conductas de tribu como las que se dan en Londres, donde en varios pubs hay carteles que dicen "Sólo para fans de Arsenal". Incluso los cánticos marcan territorio, como señala un estudio publicado este año por Ian Collinson, del Departamento de Estudios Musicales de la U. de Nueva Gales del Sur, en Australia.
En ese país, la liga A fue establecida apenas en 2004, pero el espíritu de grupo surgió rápidamente de mano de la barra llamada The Cove, a través de cantos creados por ellos mismos que sirvieron para identificarse. "Esta práctica, en su forma más extrema, puede ser vista como una forma de violencia simbólica, una forma de encarar y desafiar a la oposición", señala.
Por eso, el fútbol suele presentarse en eventos de conflicto, tanto para apaciguarlos como para desatarlos. Mientras en 1914 alemanes e ingleses celebraron el armisticio de navidad con un partido (los germanos ganaron 3-2), los disturbios que se produjeron durante un encuentro entre Salvador y Honduras, en junio de 1969, llevó a la ruptura de relaciones entre los países y a la llamada "guerra de 100 horas", que dejó 2.000 muertos.
0 comentarios