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Filosofía política y derecho5

FILOSOFÍA POLÍTICA Y DERECHO5: EL PRESIDENTE. Presidente (del latín praesidere, "sentarse al frente"), por lo general, es la designación utilizada para identificar a la persona que dirige una reunión, una sesión de trabajo o una asamblea. Actualmente, el término aislado se refiere al funcionario público, electo para un período determinado, que ostenta el poder ejecutivo de un estado nacional. Esta fórmula fue incorporada por primera vez en la Constitución de los Estados Unidos de América y actualmente se utiliza de manera generalizada. Al igual que otros sustantivos como vidente, paciente, etc, su forma femenina puede determinarse anteponiéndole el artículo femenino correspondiente (la vidente, la paciente, la presidente) o usando la palabra "presidenta" (aceptada por la Real Academia Española).

Presidente

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Para otros usos de este término, véase Presidente (desambiguación).

Presidente (del latín praesidere, "sentarse al frente"), por lo general, es la designación utilizada para identificar a la persona que dirige una reunión, una sesión de trabajo o una asamblea. Actualmente, el término aislado se refiere al funcionario público, electo para un período determinado, que ostenta el poder ejecutivo de un estado nacional. Esta fórmula fue incorporada por primera vez en la Constitución de los Estados Unidos de América y actualmente se utiliza de manera generalizada. Al igual que otros sustantivos como vidente, paciente, etc, su forma femenina puede determinarse anteponiéndole el artículo femenino correspondiente (la vidente, la paciente, la presidente) o usando la palabra "presidenta" (aceptada por la Real Academia Española).

También sirve para identificar a quien preside determinado órgano público colegiado, como los son en vía de ejemplo, los presidentes respectivos del Congreso, Senado, Cámara de Diputados, Corte Suprema, Tribunal Constitucional y otros.

De la misma manera y por extensión se denomina también, en algunos países, al máximo directivo de empresas privadas, universidades, cámaras empresariales, asociaciones e instituciones de diversa índole, públicas o privadas.

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Presidente de la República [editar]

La Casa Blanca, residencia oficial del Pdte. de los Estados Unidos.
Gran Palacio del Kremlin, residencia oficial del Pdte. de Rusia.
Palacio de Bellevue, residencia oficial del Pdte. de Alemania.

En los países con régimen de gobierno republicano, el Jefe de Estado o gobierno recibe el título de Presidente. Normalmente, los Jefes de Estado son elegidos por el pueblo, el congreso o parlamento por un período inferior a una década (4 a 8 años, según el país).

Los presidentes se pueden distinguir según sus funciones y poderes de la siguiente forma:

  • Cuando cumplen únicamente funciones de Jefe de Estado: esta es la forma como funcionan las repúblicas parlamentarias. En dichas formas de gobierno el Presidente designa al Primer Ministro de acuerdo al apoyo del parlamento y carece de funciones ejecutivas. Sólo firma la leyes y decretos aprobados por el Consejo de Ministros y tiene la capacidad de disolver el parlamento, previo acuerdo con el Primer Ministro. El Presidente cumple la función de representar el Estado y las funciones protocolares asociadas. Tiene exactamente el mismo papel que un rey constitucional al estilo de España, donde lo único que cambia es el nombre. Son electos por sufragio directo o de forma indirecta por el parlamento o una asamblea electoral formada para dicho propósito. Existen habitualmente en los países que han pasado de una monarquía a una república.

 

  • Cuando además de las funciones de jefe de Estado tiene algunas del poder ejecutivo que son de su exclusivo campo de acción o las comparte con el Primer Ministro: esta corresponde a formas de gobierno semipresidenciales o semiparlamentarias como en Francia. En estos sistemas, el Presidente tiene un importante rol en la dirección de las relaciones exteriores y la defensa nacional, la facultad de convocar a plebiscitos y disolver el parlamento por su iniciativa, y también es el garante del orden constitucional. Por lo general son electos por sufragio universal.

 

  • Cuando es a la vez Jefe de Estado y de gobierno: en este caso el Presidente nombra o designa a todos los integrantes del poder ejecutivo en forma exclusiva. Estos regímenes políticos se denominan presidencialistas. Existe una división de poderes y ellos no tienen la capacidad de disolver el congreso, aunque suelen ser también colegisladores. Surge en los Estados Unidos (1787) y es la forma de gobierno de los estados del continente americano, salvo en Canadá y gran parte del Caribe que tienen un régimen parlamentario. Son electos por sufragio directo en la mayoría de los países, como Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Ecuador, México y Uruguay, o indirectamente como en Estados Unidos, por medio de un colegio electoral.

Los Emiratos Árabes Unidos cuentan con la única presidencia de un Estado que es hereditaria, es decir una monarquía, al ostentar el emir de Abu Dabi la jefatura de este Estado que es una federación de emiratos.

Presidente del Gobierno [editar]

En algunos países con monarquía parlamentaria, el primer ministro recibe el título de Presidente del Gobierno (Jose Luis Rodriguez Zapatero). Ése es el caso de España.

Listas de presidentes [editar]

Pte. Barack Obama de los Estados Unidos.
Pte. del gobierno José Luis Rodríguez Zapatero de España.
Pte. Hu Jintao de la República Popular China.
Pte. Felipe Calderón Hinojosa de México.
Pta. Michelle Bachelet de Chile.
Pte. Álvaro Uribe Vélez de Colombia.
Pte. Horst Köhler de Alemania.
Pte. Nicolas Sarkozy de Francia.
Pte. Dmitri Medvédev de Rusia.
Pte. Hugo Chávez de la República Bolivariana de Venezuela.

*: Estados desaparecidos
**: El Presidente de los Emiratos Árabes Unidos es un monarca
***: El Presidente en España es jefe de gobierno

Véase también [editar]

FILOSOFÍA POLÍTICA Y DERECHO5: EL MONARCA O EL REY FRENTE A LOS NACIONALISMOS Y "AUTONOMÍAS". En las monarquías, el monarca (comúnmente llamado rey o reina) es el jefe de estado de un país (de no haberlo, estamos hablando de una República). El sistema de gobierno encabezado por un monarca se llama monarquía. Aunque usualmente han actuado como autócratas (en el sentido de concentrar en su persona todo el poder político y económico del país, caso del Zar de Rusia o de los Emperadores Bizantinos), también han podido ser figuras de carácter ceremonial sin ningún poder real (caso del Emperador de Japón), con el poder restringido a sus territorios patrimoniales (caso del Sacro Emperador Romano-Germánico o el Rey de Francia en la Edad Media), o con unos poderes más o menos limitados por una constitución, en cuyo caso se habla de monarca constitucional (caso del Estatúder en los Países Bajos, el Rey de Polonia o el Rey de Inglaterra).

Monarca

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Para otros usos de este término, véase Rey (desambiguación).
Palacio Real de Madrid, residencia oficial del rey de España Juan Carlos I de Borbón.

En las monarquías, el monarca (comúnmente llamado rey o reina) es el jefe de estado de un país (de no haberlo, estamos hablando de una República). El sistema de gobierno encabezado por un monarca se llama monarquía. Aunque usualmente han actuado como autócratas (en el sentido de concentrar en su persona todo el poder político y económico del país, caso del Zar de Rusia o de los Emperadores Bizantinos), también han podido ser figuras de carácter ceremonial sin ningún poder real (caso del Emperador de Japón), con el poder restringido a sus territorios patrimoniales (caso del Sacro Emperador Romano-Germánico o el Rey de Francia en la Edad Media), o con unos poderes más o menos limitados por una constitución, en cuyo caso se habla de monarca constitucional (caso del Estatúder en los Países Bajos, el Rey de Polonia o el Rey de Inglaterra).

Habiendo estado extendidos por casi todo el globo, el origen de los distintos regímenes monárquicos es a veces un tanto incierto, sobre todo por la antigüedad de muchos de ellos y por la carencia de fuentes relevantes que lo refieran; en estos casos, es relativamente común que la monarquía se asocie a alguna leyenda de carácter mítico, usualmente asociada a una intervención divina,(caso del emperador en Japón, supuesto descendiente de la diosa Amateratsu; y también de los Emperadores Julio-Claudios de Roma, que decían descender de la diosa Venus). En muchos otros casos, existen abundantes fuentes documentales que describen la aparición de la monarquía, como por ejemplo en el advenimiento del régimen imperial romano y de su directo descendiente el Imperio Bizantino, en el establecimiento de Sacro Imperio Romano-Germánico,... De todas formas, dentro del contexto de las monarquías cristianas (que van desde el Bajo Imperio Romano y el Imperio Bizantino hasta los Reyes de Francia, Inglaterra,...) se extendió, a modo de justificar el régimen, el concepto de monarquía divina, en virtud del cual el Rey lo era por la gracia de Dios, lo cual confería un carácter sagrado a la monarquía. Conceptos parecidos se empleaban en el Imperio Chino, donde el emperador (el 'Hijo del Cielo'), ostentaba el llamado "mandato del Cielo", que lo habilitaba para gobernar.

Palacio de Amalienborg, residencia oficial de la reina Margarita II de Dinamarca.
Palacio de Buckingham, residencia oficial de la reina Isabel II del Reino Unido.

La monarquía es mayoritariamente hereditaria y presuntamente perpetua, excepto en casos excepcionales como en la Ciudad del Vaticano, donde el monarca es elegido por inspiración divina, de entre un grupo cerrado de personas que conforman el Colegio Cardenalicio, que son a su vez los electores. El modo de herencia más común ha sido el de padres a hijos por línea paterna; las monarquías matrilineales han sido algo excepcional. En algunas dinastías, las mujeres han podido gobernar, bien porque no hubiera ningún hermano varón, bien porque ellas fueran las primogénitas; ello, empero, dependía de las tradiciones de la propia dinastía: por ejemplo, la dinastía Capeto de Francia, se regía por la Ley Sálica que impedía gobernar a las mujeres, mientras que la Casa de Trastámara de Castilla no lo hacía, y algunas mujeres pudieron llegar al poder.

Los monarcas pueden recibir distintos títulos, como rey / reina, emperador / emperatriz, gran duque / gran duquesa, príncipe/princesa, papa (con dignidad religiosa), rara vez caudillo; en las civilizaciones americanas cacique (sobre todo de carácter tribal), Pishin (en las culturas mayas), Inca (en el imperio inca),... En castellano, además, hay términos específicos para los monarcas de algunos estados, derivados de los idiomas locales, como zar (de Rusia), faraón (de Egipto), sah (de Persia), kan (o Khan, para los pueblos tártaros). Los monarcas de los estados gobernados por la ley islámica eran llamados sultanes, y si estaban investidos de la suprema autoridad religiosa, califa (que significa algo así como comendador de los creyentes). En la Antigua Grecia, los monarcas recibían el título de tirano o basileo; éste último fue retenido por los emperadores bizantinos. Los términos príncipe y princesa provienen del latín princeps, primer ciudadano; fue el título empleado durante el Alto Imperio Romano por los Emperadores (a su vez, emperador viene del latín imperator, título militar equivalente a mariscal de campo). Algunos monarcas soberanos, sobre todo de Italia, mantuvieron el título de Príncipe, y en ciertos países como en Francia fue empleado como título nobiliario; en otros casos se destinó a los hijos, descendientes o herederos del monarca (Príncipe de Asturias, Príncipe de Gales, Príncipe de Orange,...). Nótese que en algunos países europeos, asiáticos y africanos un "rey" es el jefe de estado de una nación-estado, pero en otros países el rey puede que lo sea de una tribu y esta por tanto no se corresponde con un estado.

Antiguamente, y aún en algunas naciones monárquicas actuales, suelen atribuirse al monarca poderes divinos (los monarcas ungidos de Israel, Francia e Inglaterra podían, supuestamente, curar a los enfermos imponiendo las manos, por ejemplo), muestra de que es el elegido o enviado de Dios para gobernar. Salvo en los casos más excepcionales, el cargo de Rey ha ido acompañado de grandes beneficios materiales, habitando en suntuosas residencias y rodeados de una lujosa Corte; en muchos casos, su estilo de vida contrastaba con el de su pueblo, a costa de cuya miseria podía el monarca mantener su estilo de vida.

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Sucesión [editar]

Salón del Trono, lugar donde gobierna un rey

El sistema de sucesión al trono no es igual en todas las monarquías. Tradicionalmente, lo más común es que el sucesor de un rey sea su hijo primogénito varón; en caso de que no los tuviera, le sucedería su hija mayor o algún familiar de sexo masculino, dependiendo de si la monarquía permite a las mujeres reinar, e incluso que la sucesión pase por una rama femenina del linaje.

Algunas monarquías han abolido esta preferencia por los hombres, y es el hijo primogénito del monarca, varón o mujer, quien sucede al rey.

En España, fue abolida en 1789 la ley sálica que impedía reinar a las mujeres, pero sigue existiendo una preferencia por los hombres en la sucesión al trono. El príncipe Felipe sucederá al rey Juan Carlos I, a pesar de tener dos hermanas mayores que él.

También han existido algunos monarcas electos, como los Papas, los Reyes de Polonia, y dictadores que se han declarado líderes de una monarquía autoproclamada.[cita requerida]

Monarcas Actuales [editar]

Los monarcas actuales son (ordenados según antigüedad del título):

  1. Bhumibol Adulyadej de Tailandia (1946)
  2. Reina Isabel II de Antigua y Barbuda, Australia, Bahamas, Barbados, Belice, Canadá, Granada, Jamaica, Nueva Zelanda, Papúa Nueva Guinea, San Cristóbal y Nieves, Santa Lucía, San Vicente y las Granadinas, Islas Salomón, Tuvalu y el Reino Unido (1952)
  3. Sultán Muda Hassanal Bolkiak de Brunéi (1967)
  4. Sultán Qaboos ibn Sa'id Al 'Bu Sa'id de Omán (1970)
  5. Reina Margarita II de Dinamarca (1972)
  6. Rey Carlos XVI Gustavo de Suecia (1973)
  7. Rey Juan Carlos I de España (1975)
  8. Reina Beatriz de los Países Bajos (1980)
  9. Rey Mswati III de Suazilandia (1986)
  10. Emperador Akihito de Japón (1989)
  11. Príncipe Hans-Adam II de Liechtenstein (1989)
    1. Príncipe Alois, Regente de Liechtenstein (2004)
  12. Rey Harald V de Noruega (1991)
  13. Rey Alberto II de los Belgas (1991)
  14. Emir Hammad al-Thani de Qatar (1995)
  15. Rey Letsie III de Lesoto (1996)
  16. Rey Abdalá II de Jordania (1999)
  17. Rey Mohammed VI de Marruecos (1999)
  18. Gran Duque Enrique I de Luxemburgo (2000)
  19. Rey Hamad bin Isa al Khalifa de Bahréin (2002)
  20. Copríncipes de Andorra: Joan Enric Vives Sicília (2003) y Nicolas Sarkozy (2007)
  21. Rey Norodom Sihamoni de Camboya (2004)
  22. Presidente Khalifa bin Zayed Al Nahayan de los Emiratos Árabes Unidos. Emir de Abu Dabi (2004)
    1. Emir Hamad ibn Muhammad ash-Sharqi de Fujairah, Emiratos Árabes Unidos (1974)
    2. Emir Rashid ibn Ahmad Al Mu'alla de Umm al Qaywayn, Emiratos Árabes Unidos (1981)
    3. Emir Humayd ibn Rashid Al Nuaimi de Ajman, Emiratos Árabes Unidos (1981)
    4. Emir Emir Sultan III ibn Muhammad al-Qasimi de Sharjah, Emiratos Árabes Unidos (1987)
    5. Emir Mohammed bin Rashid Al Maktoum de Dubai, Emiratos Árabes Unidos (2006)
  23. Príncipe Alberto II de Mónaco (2005)
  24. Papa Benedicto XVI. Monarca del Estado de la Ciudad del Vaticano (2005)
  25. Rey Abdullah de Arabia Saudí (2005)
  26. Emir Sabah Al-Ahmad Al-Jaber Al-Sabah de Kuwait (2006)
  27. Rey Taufa'ahau Tupou V de Tonga (2006)
  28. Yang di-Pertuan Agong (Rey de Malasia) Mizan Zainal Abidin (2006). Sultán de Terengganu (1998)
    1. Sultán Tuanku Abdul Halim de Kedah, Malasia (1958)
    2. Sultán Ahmad Shah de Pahang, Malasia (1974)
    3. Sultán Ismail Petra de Kelantan, Malasia (1979)
    4. Sultán Iskandar de Johor, Malasia (1981)
    5. Rajá Tuanku Syed Sirajuddin de Perlis | Daniela Pérez Valdéz, Malasia (2000)
    6. Sultán Sharafuddin Idris Shah de Selangor, Malasia (2001)
  29. Rey Jigme Khesar Namgyal Wangchuck de Bután (2006)
  30. Rey Dör Theatenn Ügan de Europa (2009)
  31. Rey Luciano Malumbres Ward o' Telabes de Constantinopla de la Frontera (2010)

Monarcas que no ostentan la Jefatura de un Estado Soberano [editar]

Cronologías de monarquías reinantes [editar]

América [editar]

África [editar]

Asia [editar]

Europa [editar]

Oceanía [editar]

Véase también [editar]

FILOSOFÍA POLÍTICA Y DERECHO5: REGIONALISMO Y NACIONALISMO EN ESPAÑA. En España existen diferentes movimientos nacionalistas, unos defienden la unidad y existencia de la «nación española» y otros sostienen que España es un Estado formado por diversas naciones. La mayoría de estos últimos reclaman el derecho de autodeterminación para sus territorios,[1] [2] [3] [4] con mayor implantación en las comunidades autónomas de Cataluña, Galicia, País Vasco y Navarra, y en menor medida en, Canarias, Aragón, Andalucía y Valencia, por ese orden. También existe el regionalismo, que defiende la identidad regional sin renunciar por ello al carácter nacional de España, con mayor implantación en las comunidades autónomas de Cantabria, Navarra y La Rioja.

Regionalismo y nacionalismo en España

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Grado de identidad propia en las comunidades autónomas del estado español. Mapa obtenido combinando los niveles de regionalismo y nacionalismo.
Apoyo electoral de los partidos nacionalistas en España por comunidades autónomas. Datos de las elecciones autonómicas de 2006 (Cataluña), 2008(Andalucía), 2009 (Galicia y País Vasco) y 2007 (resto del estado).
Apoyo electoral de los partidos regionalistas en España por comunidades autónomas. Datos de las elecciones autonómicas de 2006 (Cataluña), 2008(Andalucía), 2009 (Galicia y País Vasco) y 2007 (resto del estado).

En España existen diferentes movimientos nacionalistas, unos defienden la unidad y existencia de la «nación española» y otros sostienen que España es un Estado formado por diversas naciones. La mayoría de estos últimos reclaman el derecho de autodeterminación para sus territorios,[1] [2] [3] [4] con mayor implantación en las comunidades autónomas de Cataluña, Galicia, País Vasco y Navarra, y en menor medida en, Canarias, Aragón, Andalucía y Valencia, por ese orden. También existe el regionalismo, que defiende la identidad regional sin renunciar por ello al carácter nacional de España, con mayor implantación en las comunidades autónomas de Cantabria, Navarra y La Rioja.

Dependiendo de la implantación de estas ideologías o de la singularidad de la región, en ocasiones no es fácil distinguir entre movimientos regionalistas o nacionalistas, especialmente en aquellas zonas donde dichos movimientos están menos desarrollados o tienen menor presencia política.

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Nacionalismo español [editar]

Bandera de España constitucional, utilizada por sectores moderados y constitucionalistas del nacionalismo español
Bandera bajo el régimen de Franco, usada hoy en día por sectores ultraderechistas del nacionalismo español
Artículo principal: Nacionalismo español

El nacionalismo español es una ideología política que afirma la existencia de una nación española, que se identifica con el actual Estado español en su totalidad territorial, defendiendo así la unidad de España en ocasiones mediante el centralismo político.

Otros elementos que el nacionalismo español defiende, aunque no exclusivamente, son la lengua española, así como la bandera, escudo e himno españoles.

El nacionalismo español, que en ocasiones es considerado como una ausencia de nacionalismo (especialmente en los territorios donde existe un nacionalismo periférico), se opone a los nacionalismos periféricos y se manifiesta, tanto histórica como actualmente, en partidos de diverso signo, pertenecientes a la izquierda o el progresismo (algunos sectores del PSOE), el centro (UPyD), la derecha (PP), e incluso la extrema derecha (Fuerza Nueva, Falange Española, etc.), y adopta formas muy diversas, desde un nacionalismo moderado e integrador, hasta uno radical y excluyente.

El más moderado alude al artículo número 2 de la Constitución Española de 1978 que menciona la indisoluble unidad de la Nación española, patria común e indivisible de todos los españoles. Sin embargo, el más excluyente rechaza la constitución porque reconoce y garantiza el derecho a la autonomía de las nacionalidades y regiones que la integran y la solidaridad entre todas ellas.

Históricamente, el nacionalismo español surgió con el liberalismo y en la guerra contra Napoleón. Sin embargo, debido a la apropiación de los símbolos y del concepto mismo de nacionalismo español llevado a cabo por la dictadura franquista, el concepto de "nacionalismo español" suele asociarse en la actualidad con las facciones más radicales, como la ultraderecha, en muchos casos herederas o nostálgicas de dicho régimen, y que suelen realizar una defensa extrema y a veces violenta de los postulados de este nacionalismo.

Actualmente, la mayoría de la población de todas las comunidades autónomas españolas se siente identificada con España[5]

El panhispanismo es el movimiento ideológico que defiende la unidad de los pueblos de habla o cultura hispana, especialmente hispanoamericanos, no sólo en el ámbito cultural, sino social, económico e incluso político. Con el nombre de panhispanismo se identifica también, en ocasiones, al imperialismo español, surgido tras la crisis de 1898 defendiendo una vuelta a los valores tradicionales y espirituales de la España imperial. La idea de imperio le hace ser más bien universalista que localista, lo que lo hace singular entre algunos nacionalismos, pero más próximo a otros (sobre todo al fascismo).

Nacionalismos periféricos [editar]

Movimientos nacionalistas en las nacionalidades históricas [editar]


Verde oscuro: Nacionalidades consideradas como tal por haber tenido un estatuto de autonomía aprobado durante la II república.
Verde claro:
Nacionalidades que en la actualidad se consideran como tal, pero no tuvieron estatuto durante la república.

Según la Constitución Española, se consideran como nacionalidades históricas aquellas comunidades autónomas con una identidad colectiva, lingüística o cultural diferenciada del resto del Estado; también se fija el mecanismo de acceso a la autonomía de éstas, siendo el artículo 151 el considerado para aquellas que en el pasado hubieran votado algún proyecto de Estatuto de Autonomía: éstas son Cataluña, Euskadi, Galicia y la Comunidad Valenciana, siendo esta última un caso especial, al encontrarse su gobierno autónomo[6] (1937) en un contexto revolucionario.

Actualmente, además de las cuatro comunidades autónomas citadas, gozan también de la condición de nacionalidad Andalucía, Aragón y las Islas Canarias, las cuales han incorporado la definición en sus respectivos estatutos de autonomía. El resto de comunidades autónomas se autodenominan como región o región histórica y en el caso de Asturias y Cantabria, comunidad histórica.

Por su parte, Navarra tiene la consideración de Comunidad Foral, con ciertas especificidades propias. Cabe destacar el caso de Cantabria y Aragón, territorios en los que durante la Segunda República se realizó un proyecto de estatuto federal, quedando éste truncado con el comienzo de la Guerra Civil.Por otra parte en el año 1883 se celebró en la ciudad riojana de Haro una asamblea presidida por el político federalista Juan Sayol en la que se aprobó la "Constitución Republicana Federal del Estado Riojano", desvinculando así a los republicanos federales de La Rioja del proyecto federal castellano.

Nacionalismo vasco [editar]

Artículo principal: Nacionalismo vasco
Ikurriña, bandera vasca
Arrano beltza («Águila negra»), sello del rey Sancho el Mayor y actualmente usada por la izquierda abertzale
Estandarte de los monarcas de Navarra desde 1212 y símbolo utilizado por navarristas vasquistas

El nacionalismo vasco, desarrollado, entre otros, por Sabino Arana a finales del siglo XIX, es una ideología política que aboga por la unidad y defensa de la entidad política de los territorios que entiende que configuran la nación vasca y que actualmente se reparten entre dos Estados: España y Francia, por lo que su extensión territorial se corresponde con la del territorio definido tradicionalmente como Euskal Herria o Vasconia. Dicho territorio comprende la actual comunidad autónoma del País Vasco y la comunidad foral de Navarra, el condado de Treviño (provincia de Burgos), Valle de Villaverde (Cantabria) y parte del departamento francés de Pirineos Atlánticos (los tres territorios históricos que conforman el País Vasco francés: Baja Navarra, Labort y Sola).

El nacionalismo vasco, encabezado por el "Partido Nacionalista Vasco" es el principal movimiento político del País Vasco desde principios del siglo XX. Desde el inicio de la democracia ha obtenido mayorías parlamentarias en el Parlamento Vasco y ha dirigido el Gobierno Vasco tanto en la Segunda República Española como en la Transición y hasta la actualidad. Representó el 53,44% de los votos de las elecciones vascas de 2005.

Un sector nacionalista radical y minoritario dentro de esta ideología, aboga por el uso y practica métodos violentos y terroristas para la consecución de sus objetivos (ETA).

En la Comunidad Foral de Navarra, que mantuvo la condición de reino hasta 1841, con mayor fuerza en el norte que en el sur, la presencia electoral del nacionalismo vasco y el "navarrismo vasquista" es menor que en la Comunidad Autónoma del País Vasco. Históricamente liderado por Herri Batasuna, el voto nacionalista se encontraba disperso a partir del año 2003, siendo que en los comicios forales del 2007, los partidos nacionalistas Aralar, EA, PNV y el partido vasquista Batzarre formaron en Navarra para dichas elecciones la coalición Nafarroa Bai, que es la segunda fuerza política de la Comunidad Foral, constituyendo el nacionalismo vasco una cuarta parte del Parlamento de Navarra con un 23,7% de los votos válidos y un 27,67% de los votos totales emitidos (de los cuales el 5,2% fueron nulos). La lista de EAE-ANV (vinculada judicialmente al entorno terrorista de ETA) fue anulada, por lo que desde este sector se alentó a realizar voto nulo.

Los partidos nacionalistas también se reivindican como una de las tendencias existentes en el Navarrismo, opuesta al "navarrismo españolista" de tendencia regionalista.

Las Comunidades autónomas del País Vasco y Navarra conservan una pervivencia de sus antiguos derechos históricos forales reconocida constitucionalmente, manteniendo entre otros aspectos una autonomía fiscal respecto al Gobierno central; ambas mantienen relaciones culturales, sociales y económicas, aunque en la actualidad existen un gran distanciamiento institucional entre sus respectivos gobiernos.

La actual Constitución española prevé la unión de ambas comunidades mediante un complicado proceso, sin que hasta la fecha se haya hecho uso de este mecanismo.

En los territorios de Euskal Herria existen diferentes partidos políticos de ideología nacionalista vasca:

Nacionalismo catalán [editar]

Estelada blava («estrellada azul»), símbolo del independentismo catalán republicano
Estelada vermella («estrellada roja»), símbolo del independentismo catalán de izquierdas
Artículo principal: Nacionalismo catalán

El nacionalismo catalán es una corriente ideológica basada en el supuesto de que Cataluña es una nación, en base a su historia, a su lengua y al derecho civil catalán.

Esta corriente de pensamiento se conformó ideológicamente en la primera década del siglo XX, como una variante del Catalanismo, surgido como movimiento cultural en la década de los años 1830, y articulado como movimiento político en las últimas décadas del siglo XIX.

Es una corriente de pensamiento transversal que aglutina tanto a partidos políticos y ciudadanos de izquierdas como de centro y de derechas. Pueden distinguirse básicamente dos corrientes en el nacionalismo catalán y son dos los partidos principales, ya que el resto de las formaciones nacionalistas no alcanza el 1% de voto.

La primera, la liderada por la coalición Convergència i Unió, de carácter mayoritario y más autonomista que la segunda, que defiende que Cataluña sea reconocida como nación, obtenga mayores cuotas de autogobierno y sea reconocido el derecho a la autodeterminación, en el que los catalanes puedan decidir el permanecer integrados en España, entendido como un estado «plurinacional» y federal, o independizarse. CiU es la primera fuerza política del parlamento con un 31,52% de los votos y 48 escaños.

La independentista (y autodenominada como no-nacionalista[cita requerida]), encabezada por Esquerra Republicana de Catalunya, es un movimiento más minoritario (la mitad de apoyo electoral que CiU), que defiende la idea de la independencia de Cataluña a través del derecho a la autodeterminación. ERC es la tercera fuerza parlamentaria con un 14,06% de los votos y 21 escaños.

El nacionalismo catalán constituye mayoría parlamentaria en el parlamento catalán (51% de la representación y porcentaje de voto similar).[7] Participa actualmente en la Generalidad de Cataluña a través de ERC.

Independentismo catalán [editar]

También Soberanismo, como "Soberanía i Progrés" o "Plataforma per al Dret a Decidir"

Esta ideología, que puede considerarse que varía del nacionalismo, constituye asimismo una oposición a ésta al tener un proyecto diferenciado, más allá del reconocimiento nacional o la potenciación del poder de Cataluña. ERC se define ideológicamente como una opción independentista no nacionalista.[8]

Dentro del Independentismo catalán, además encontramos la Esquerra Independentista, en la que se incluyen organizaciones juveniles como Maulets o CAJEI, y partidos políticos como las Candidaturas de Unidad Popular. Esta opción aboga por una ruptura unilateral con el estado español, teniendo equivalencia en su discurso el independentismo y el socialismo revolucionario. Sus postulados coinciden mayoritariamente con los de la Izquierda Abertzale del País Vasco, pero aplicados a la realidad catalana.

Actualmente, el Independentismo no aspira a la expansión nacional, sino a la consecución democrática de la soberanía y del libre derecho de decidir. Además de mantener un enorme contenido social y de preservación de la sociedad y de sus derechos como colectivo, a diferencia del nacionalismo.

Pancatalanismo [editar]
Artículo principal: Pancatalanismo

Dentro del nacionalismo e independentismo catalanes, existe un consenso tácito acerca de la extensión de la «nación catalana», si bien se hace mayor o menor hincapié en este concepto según de qué organización se trate. Esta nación englobaría las actuales comunidades autónomas de Cataluña, Valencia e Islas Baleares, la franja oriental de Aragón (la llamada Franja de Poniente), Andorra, la denominada Cataluña Norte (conocida también como la región del Rosellón) y el municipio sardo del Alguer, constituyendo así los denominados Países Catalanes o Comunidad Catalánica, en base a la unidad cultural y linguística de dichos territorios. Sobre la voluntad de consecución política de un estado único para los Países Catalanes, existe también disparidad de opiniones, si bien todas las opciones coinciden en considerar este horizonte como algo lejano, dada la situación minorizada del nacionalismo catalanista en el resto de comunidades autónomas implicadas.

El término «pancatalanismo» es utilizado mayoritariamente por los grupos opuestos ideológicamente al mismo, como los grupos españolistas o los regionalistas valencianos. [cita requerida]

Esta corriente está representada principalmente por Esquerra Republicana de Catalunya, teniendo un apoyo importante en Cataluña (21 diputados en el Parlamento autonómico y tercera fuerza en esta autonomía) y un apoyo irregular y muy minoritario en la Comunidad Valenciana (Elecciones autonómicas: 0,32% en 2003,[9] 0,49% en 2007;[10] Elecciones generales: 0,50% en 2004,[11] 0,24% en 2008[12] ).

Presentándose en Baleares en coalición con otras fuerzas dentro del BLOC per mallorca, donde actualmente forma gobierno junto al PSIB y Unió Mallorquina. Asimismo, las diversas organizaciones de la Esquerra Independentista que se encuentran distribuidas por las comunidades autónomas asumen de forma unívoca los Países Catalanes como marco nacional[13] [14] [15]

Nacionalismo gallego [editar]

Artículo principal: Nacionalismo gallego
«Estreleira», bandera nacionalista gallega de izquierdas.

El nacionalismo gallego es una corriente ideológica (con sus dimensiones cultural y política) que aboga por el reconocimiento de Galicia como nación. Dentro del nacionalismo gallego se pueden encontrar dos corrientes ideológicas principales:

  • Una, la mayoritaria, que aboga por una amplia autonomía, o por la transformación de España en un estado federal o confederal.
  • Otra, la de la izquierda independentista, muy minoritaria (extraparlamentaria), que apuesta por la ruptura con España y con el modelo de sociedad capitalista.

Estas dos corrientes, sin embargo, tienen puntos en común, como son la defensa de la lengua (defendiendo algunos el reintegracionismo) y cultura gallega, el reconocimiento de Galicia como nación. Al contrario de lo que sucede en el País Vasco y Cataluña y al igual que en Navarra, en Galicia predomina el nacionalismo de izquierdas, desde posiciones que van desde la izquierda radical (Primeira Linha) hasta posiciones moderadas de centro-izquierda (BNG).

Uno de los máximos logros del nacionalismo gallego fue obtener el gobierno de la Junta de Galicia en coalición con el PSOE, en el año 2005. En las últimas elecciones autonómicas (2009), el BNG consiguió el 16% de los votos y 12 escaños, lo cual, junto con la caída del PSOE, les hizo perder la gobernabilidad en favor del PP.

Nacionalismo valenciano [editar]

Artículo principal: Nacionalismo valenciano
Estrelada o señera nacionalista valenciana.
Bandera preautonómica, reclamada como propia.

El nacionalismo valenciano, o valencianismo, es una corriente de pensamiento político que aspira al máximo nivel de autogobierno de la actual Comunidad Valenciana, como consecuencia de su consideración como nación política, denominada País Valenciano o Nación Valenciana.[16]

En la actualidad, se pueden distinguir tres corrientes dentro del valencianismo, con diverso grado de aceptación y apoyo.

La más popular y denominada coloquialmente como tercera vía, que defiende la creación de una constitución soberana del País Valenciano que le permita organizarse en forma de República Valenciana, y la plena normalización del valenciano, el cual se reconoce como perteneciente al mismo sistema lingüístico que el catalán, pero conservando sus rasgos diferenciales. Los movimientos de la tercera vía están integrados en el Bloc Nacionalista Valencià, el único partido valencianista con apoyo electoral. El BLOC cuenta con una diputada provincial por Castellón y es la tercera fuerza municipal con 300 regidores y 21 alcaldes.[17] [18] En 2007 se coaligó a Izquierda Unida en la coalición Compromis País Valencià, para las elecciones autonómicas en las que obtuvo 7 escaños[19] en las Cortes Valencianas y participó sin coalición en las municipales donde obtuvo el 4,29% de los votos.[18]
En febrero de 2009, el BLOC afrontó su quinto congreso nacional, donde se votó una nueva ponencia política, en la cual la organización aceptará los símbolos estatutarios como propios, sin prejuicio del resto de símbolos del valencianismo histórico.[20] [21]

El valencianismo pancatalanista, que integra al País Valenciano en el marco nacional catalán, en base a la unidad linguistica y cultural de dichos territorios. Es defendido por partidos minoritarios, como ERPV y el PSAN, que en conjunto obtuvieron menos de un 0'5% de los sufragios tanto en las elecciones municipales como en las autonómicas de 2007. Véase pancatalanismo

Y por último el valencianismo secesionista, que defiende alcanzar las mayores cotas de independencia para la Nación Valenciana (nombre con el que se designaría el territorio contenido en la actual Comunidad Valenciana), negando la unidad de la lengua catalana y postulando que el valenciano es una lengua distinta. A diferencia del blaverismo, sí reivindican el derecho de autodeterminación del pueblo valenciano. Actualmente, esta opción está representada por Opció Nacionalista Valenciana y Esquerra Nacionalista Valenciana, integrados en la coalición UxV. Es el movimiento más minoritario, habiendo obtenido en suma un 0'11% de los votos.[22]

Nacionalismo canario [editar]

Artículo principal: Nacionalismo canario

El nacionalismo canario es una corriente ideológica que pretende la consideración de las Islas Canarias como nación.

Como nacionalistas se definen un gran número de partidos y organizaciones políticas y sociales canarias, que van desde el independentismo hasta posiciones más moderadas de tipo federalista o simplemente de caracter autonomista. La principal formación política que se autodefine como nacionalista es Coalición Canaria, partido que ostenta la presidencia de la Comunidad Autónoma de Canarias desde 1993, aunque siempre de la mano de otros partidos. En la actualidad el presidente de Canarias es el nacionalista Paulino Rivero. En las últimas elecciones autonómicas de 2007 más de un tercio del electorado canario votó por formaciones que se definen como nacionalistas, como Coalición Canaria, Nueva Canarias, Centro Canario, Partido de Independientes de Lanzarote u otras de izquierda independentista como Alternativa Popular Canaria. Fuera del ámbito partidista destaca el sindicato Intersindical Canaria y la organización juvenil Azarug.

Los orígenes del nacionalismo canario se remontan a finales del siglo XIX y comienzos del XX. El nacionalismo tuvo especial relevancia entre las comunidades canarias emigradas a países como Venezuela y Cuba. En este período vive Secundino Delgado, considerado padre del nacionalismo canario, y se funda en La Habana el Partido Nacionalista Canario.

En los años finales del franquismo y durante la Transición española el nacionalismo canario cobra una pujanza sin precedentes. En 1964 se funda en Argelia el Movimiento para la Autodeterminación e Independencia del Archipiélago Canario (MPAIAC), liderado por Antonio Cubillo, partidario de la lucha armada, y cuyas tesis soberanistas fueron apoyadas por la Unión Africana. Dicho reconocimiento por parte de la OUA, que llego a apoyar una intervencíon en la ONU a favor de la independencia del Archipélago, intervención que no se llevo a cabo por culpa de un Intento de asesinato a Antonio Cubillo por parte de las gobierno español en 1978. Al líder independentista se le adjudica la creación de la bandera nacionalista canaria, con siete estrellas verdes, reconocida en la actualidad por la mayoría de las formaciones nacionalistas canarias, incluída Coalición Canaria.

Desde finales de los años 80, tras la desintegración de Unión del Pueblo Canario, partido que llegó a ser el tercero más votado del Archipiélago y consiguió un acta de diputado en las Cortes españolas, el nacionalismo canario se ha visto mayoritariamente representado por las formaciones que desde principios de los 90 han confluído en torno a Coalición Canaria.

Nacionalismo andaluz [editar]

Artículo principal: Nacionalismo andaluz
Bandera nacionalista andaluza.

El nacionalismo andaluz es un movimiento político y social que defiende el reconocimiento de Andalucía como una nación dentro de Europa.

Los principales partidos políticos que representan al nacionalismo andaluz son el Partido Andalucista (PA), el Partido Socialista de Andalucía (PSA) y otros partidos más minoritarios e independentistas, como Nación Andaluza (NA), Asamblea Nacional de Andalucía (ANA). También se debe nombrar al Sindicato de Obreros del Campo (SOC) y al Bloque Andaluz de Izquierdas (BAI), así como a otros grupos como la organización juvenil Jaleo!!!, organización independentista y socialista.

El conjunto de votos andalucistas fue de un 8,46% en las elecciones al Parlamento de Andalucía de 2004. El Partido Andalucista fue el único partido nacionalista andaluz que tenía representación parlamentaria (5 diputados en el Parlamento de Andalucía) entre 2004 y 2008, pero los perdió en las elecciones autonómicas de 2008.

No obstante el nacionalismo andaluz, está aún representado en el parlamento a través del parlamentario Juan Manuel Sánchez Gordillo, dirigente de la CUT-BAI, partido nacionalista andaluz de izquierdas integrado en IULV-CA.

Nacionalismo aragonés [editar]

Artículo principal: Nacionalismo aragonés
La estrelada aragonesa.

El nacionalismo aragonés es un movimiento político que defiende que Aragón tiene historia, idioma, leyes y cultura propias suficientes para tener una mayor autonomía e incluso para conformar una nación independiente. Uno de los símbolos más empleados por el nacionalismo aragonés es la estrelada aragonesa, formada por las cuatro barras de Aragón y una estrella roja en el medio aunque también se utiliza la bandera formada por las cuatro barras con o sin escudo.

En la actualidad, los principales partidos aragonesistas (ordenados por resultados electorales en las autonómicas de 2003) son los siguientes:

Movimientos nacionalistas en el resto de comunidades autónomas [editar]

Nacionalismo asturiano [editar]

Artículo principal: Nacionalismo asturiano
Asturina, bandera nacionalista asturiana empleada habitualmente por el nacionalismo de izquierdas.

En el Principado de Asturias, a pesar de no ser un fenómeno tan destacado como en los casos de Cataluña o el País Vasco, el nacionalismo se ha dejado notar en la política asturiana, aunque más a un nivel de movimiento social que de elemento con una clara representación institucional.

El nacionalismo asturiano es principalmente progresista; desde un principio las organizaciones abiertamente nacionalistas en Asturias fueron así. El primer partido político nacionalista fue el Conceyu Nacionalista Astur (CNA) en 1976. Tras su desaparición cogería el testigo del nacionalismo otra fuerza de izquierdas, el Ensame Nacionalista Astur (ENA) en 1982, la también izquierdista Xunta Nacionalista Asturiana (la ENA y la XNA conformarán en 1988 la organización Unidá Nacionalista Asturiana) y el Partíu Asturianista (PAS) que sería "asturianista, interclasista y de progreso" según sus Estatutos. Andecha Astur sería "socialista" y nacería en 1990 de los expulsados de la UNA, y otras organizaciones posteriores nacionalistas también serían progresistas, como IAS (ahora es parte de Unidá).

Los principales partidos y coaliciones que recogen claramente la consideración de Asturias como nación son (por orden de votos):

Nacionalismo cántabro [editar]

El lábaro cántabro, propuesta de bandera oficial.
Artículo principal: Cantabrismo

El nacionalismo cántabro es una ideología reciente, puesto que antes de los años 70 no hubo ningún partido político o asociación nacionalista en Cantabria, que hace provenir sus raíces del cantabrismo de épocas anteriores. Desde 1995 está representado por el partido Conceju Nacionaliegu Cántabru que no tiene representación parlamentaria y que en las elecciones autonómicas de 2007 obtuvo un 0,36% de los votos.

Entre sus propuestas destacan el asumir el lábaro cántabro como bandera oficial de Cantabria, el reconocimiento institucional de la lengua cántabra y la comarcalización de la región.

Otros movimientos nacionalistas [editar]

En este apartado se describen otros movimientos nacionalistas dentro del estado español que, o bien no gozan de opciones políticas que los representen y se trata únicamente de corrientes de pensamiento, o bien han evolucionado hacia posiciones regionalistas.

Nacionalismo extremeño [editar]
Artículo principal: Nacionalismo extremeño

El Nacionalismo extremeño es un movimiento político testimonial y sin desarrollar de la comunidad autónoma de Extremadura (España). En la comunidad autónoma de Extremadura han existido intentos de crear movimientos que fueran más allá del típico regionalismo extremeño que no han prosperado. A día de hoy no existen movimientos plenamente nacionalistas extremeños organizados ni partidos nacionalistas registrados. Sin embargo, el PREx de Coalición Extremeña (PREx-CREx) dio en 2007 un giro en el que reconoce el carácter de nación para Extremadura[23] [24] aunque sin cambiar su línea regionalista hacia un posible nacionalismo extremeño.

Los más próximos a estas tendencias suelen tener a menudo unas posturas más reivindicativas hacia el idioma extremeño que los regionalistas.

Como anécdota cabe destacar que en 1999 se inscribió en el registro de partidos políticos el "Bloque Nacionalista Extremeño",[25] que cierto movimiento de extrema izquierda de ámbito extremeño en los años 80, el BPEX, tuvo relaciones con otros movimientos soberanistas o independentistas de izquierda de otras zonas[26] y que en 1986 el Bloque Extremeñista Revolucionario ostentaba la alcaldía de Majadas de Tiétar.[27]

Según las encuestas, los extremeños están entre los que se sienten más identificados con España o incluso a la cabeza en este aspecto, mientras que a la pregunta de cuán orgullosos se sienten de pertenecer a Extremadura, los resultados también están entre los más altos. En la pregunta en la que se ponen en comparación los sentimientos extremeño y español, los resultados no son muy diferentes de los de otras comunidades como Aragón. En una encuesta de CEPS-multiprofesional, en el año 2005 el 4,2% de los extremeños encuestados afirmó sentirse "sólo extremeño",[28] mientras que en las encuestas del CIS la cifra ha oscilado entre el 0,6% y el 3%.

Nacionalismo murciano [editar]
Bandera nacionalista murciana, según una descripción extraída de internet.[29]

El nacionalismo murciano, o murcianismo político, es una supuesta corriente minoritaria de pensamiento de afirmación de la nación murciana, como pueblo definido por una historia, lengua y cultura propias y comunes a todos los territorios del sureste de la Península Ibérica, que componen el llamado por muchos autores como País Murciano. Uno de los puntos clave del nacionalismo murciano sería la falta de correspondencia entre el territorio de la Región de Murcia (Comunidad Autónoma formada por la provincia de Murcia) y el del País Murciano, identificado a grandes rasgos con la Cuenca del Segura[cita requerida].

Los postulados fundamentales del murcianismo político se basarían en una defensa del modelo de democracia directa ya propugnado por los revolucionarios cantonales murcianos del siglo XIX. Estos postulados llevarían al murcianismo político a plantear una reforma de carácter federal.

También existe una opinión política de descentralización que se plasma en movimientos como el cartagenerismo, que pugna por la creación de una comunidad autónoma de dos provincias, siendo una de ellas la provincia de Cartagena (la cual incluiría las comarcas del Campo de Cartagena y del Mar Menor) y el resto, la provincia de Murcia. También, aunque de manera menos destacada, existe un cartagenerismo que promueve la restauración de la Región, descentralizando las competencia autonómicas y denominándola "Región del Sureste", e incluso, la escisión de Cartagena y su comarca de la Comunidad Autónoma para formar otra de carácter uniprovincial. De entre los partidos políticos que defienden la biprovincialidad destaca Movimiento Ciudadano de Cartagena y la plataforma 2es+ .

El nacimiento del Partido Federal Murciano, fundado por Antonete Gálvez, y la Revolución Cantonal Murciana que desembocó en el Cantón Murciano, con la ciudad de Cartagena como capital se toman como el inicio del nacionalismo murciano. Desde 1978, el murcianismo político ha estado representado por diversos partidos (Partido del País Murciano, Partido Murcianista, Unión de los Pueblos de Murcia).[30]

Regionalismo [editar]

Regionalismo cántabro [editar]

Artículo principal: Cantabrismo

El regionalismo cántabro o cantabrismo es una ideología política de la Comunidad Autónoma de Cantabria que apuesta por la defensa de los valores tradicionales de la región,[31] que defiende las costumbres y la personalidad propia del pueblo cántabro, así como la defensa y el desarrollo del medio rural en Cantabria. Este último factor hace que esta corriente sea especialmente fuerte en el ámbito rural.

Esta ideología propició la consecución de la comunidad autónoma para Cantabria, ya que antes bajo el nombre de Provincia de Santander formaba parte de Castilla la Vieja. En 1998 se reformó el estatuto de autonomía de la comunidad, eliminándose el artículo 38 que contemplaba una posible anexión futura de Cantabria a otra comunidad, en clara referencia a Castilla y León, cuyo estatuto aún recoge esta opción.

Actualmente el presidente de Cantabria, Miguel Ángel Revilla del Partido Regionalista de Cantabria (PRC), es uno de los máximos exponentes del regionalismo en España. Su partido fue segundo en las elecciones autonómicas de 2007 al parlamento de Cantabria con un 28,87% de los votos y 12 escaños.[32]

Regionalismo valenciano [editar]

Artículo principal: Regionalismo valenciano
Señera tricolor, bandera oficial de la Comunidad Valenciana cuya franja coronada azul es reivindicativa para los denominados blaveros

El regionalismo valenciano, también denominado como blaverismo (de forma despectiva por el pancatalanismo), es un movimiento originalmente populista y heterogéneo, de base españolista y nacido en la segunda mitad del siglo XX y durante la transición democrática, que aglutina sectores de ideología mayoritariamente regionalista o foralista. Se define, por encima de todo, por su negación de que existan elementos simbólicos y culturales importantes que sean compartidos por catalanes y valencianos.

El movimiento tiene especial arraigo en la capital y las comarcas adyacentes. El partido político más significativo es Unió Valenciana, que llegó a tener un 10,5% de los votos en las elecciones autonómicas de 1991 y a formar parte de un gobierno regional conjunto con el PP en la legislatura 1995-1999. Desde entonces su apoyo electoral ha disminuido considerablemente, con un 0,95% del voto en las elecciones autonómicas de 2007. Una escisión de este partido, Coalición Valenciana (también de ideología regionalista valenciana), consiguió un 0,72% de los votos en las elecciones de 2007.

Regionalismo balear [editar]

Artículo principal: Regionalismo balear

El regionalismo balear (mallorquín, menorquín, ibicenco y formenterense), conocido también como balearismo o mallorquinismo, es una corriente política que tiene sus fundamentos en la realidad insular del archipiélago, en el curso histórico de las islas y en la singularidad cultural y lingüística. Tiene entre sus teóricos a Miquel dels Sants Oliver.

El principal partido político de orientación regionalista balear es Unió Mallorquina, que obtuvo en las elecciones autonómicas de 2007 un 6,75% de los votos y 3 escaños. Otros partidos sin representación parlamentaria son Partido Balear (0,20%), Unió d'es Poble Balear (0,17%), Clau de Mallorca (0,16%) y Partit Illenc de ses Illes Balears (0,09%). El conjunto de estos partidos suma un 7,28% del voto y consiguió entrar en el gobierno balear en el año 2007.

Regionalismo riojano [editar]

El regionalismo riojano es una corriente política de la Comunidad de La Rioja que defiende la identidad histórica y cultural de dicha región.

Defiende que La Rioja natural es más extensa que la actual comunidad autónoma[33] y critica lo que ellos denominan efecto frontera en referencia a la soberanía fiscal del País Vasco y Navarra.

El partido político que defiende principalmente este regionalismo es el Partido Riojano, que obtuvo en las elecciones autonómicas de 2007 un 5,95% del voto.

Regionalismo navarro [editar]

El regionalismo navarro es un movimiento político que aboga por la defensa la identidad de Navarra como comunidad diferenciada dentro de la unidad de España, del régimen foral de Navarra, de su estatus como comunidad foral y del convenio económico de Navarra con el Estado español.

Al igual que el nacionalismo vasco tiene sus orígenes en el foralismo, pero al contrario que éste actualmente se opone a que Navarra forme parte junto al resto de los territorios vascos de un ente político común.

Los partidos políticos que propugnan y defienden esta tendencia del Navarrismo-españolista, aunque con ciertas diferencias en sus posturas, son Unión del Pueblo Navarro (UPN), aliado político del Partido Popular hasta 2008 en la comunidad foral, y su escisión centrista, hoy minoritaria, Convergencia de Demócratas de Navarra (CDN). El conjunto de votos de UPN y CDN representan el 46,6% de los votos en las elecciones autonómicas de 2007. Ambas formaciones políticas forman el actual Gobierno de Navarra.

Regionalismo alavés [editar]

Más conocido como alavesismo, fue una tendencia política minoritaria vinculada al partido político Unidad Alavesa (UA), que defendía que Álava debía de constituirse como comunidad diferenciada del País Vasco al igual que lo hizo Navarra. De hecho uno de sus lemas fue Álava como Navarra.[34]

Al igual que el regionalismo navarro, esta corriente también era foralista, defendía un régimen foral propio para Álava dentro de España.

Actualmente dicho movimiento es residual, ya que el partido político que defendió estas tesis acordó su disolución en 2005 por falta de apoyo electoral tras las elecciones vascas de 2005 con un 2,2% del voto alavés.

Regionalismo extremeño [editar]

El regionalismo extremeño es una corriente política extremeña que defiende la identidad propia de Extremadura y de los extremeños. Denuncia con frecuencia el olvido y abandono al que, a su juicio, está sometida la región por parte del poder central español.

Los partidos regionalistas extremeños son Coalición Extremeña (PREx-CREx), Extremadura Unida, Socialistas Independientes de Extremadura (SIEx) y Unión del Pueblo Extremeño (UPEx). La mayoría se presentan a las elecciones en coalición con otros partidos (SIEx con IU, PREx-CREx con PSOE, EU con PP).

Los grupos presentes en la Asamblea de Extremadura son Coalición Extremeña (PREx-CREx), de centroizquierda, con tres diputados (integrados en el grupo del PSOE[35] ) y Extremadura Unida (EU), de derecha o centroderecha, con un diputado (integrado en el grupo del PP).[36]

Regionalismo castellano-leonés [editar]

Bandera de Castilla y León
Artículo principal: Regionalismo castellano-leonés

El regionalismo castellano-leonés es un movimiento político y cultural cuyo objetivo es señalar y preservar la identidad histórica y cultural de Castilla y León, convertida hoy en comunidad autónoma española. Dos de los partidos políticos ligados a esta ideología son PANCAL (fundado en Zamora) y Unidad Regionalista de Castilla y León (fundado en Salamanca). El primero ya ha desaparecido en la actualidad y algunos de sus miembros pasaron a Unidad Regionalista de Castilla y León; el segundo cuenta con una escasa implantación pero con concejales repartidos tras las últimas elecciones por las provincias de Ávila, Palencia, Salamanca y Valladolid. En tiempos de la preautonomía también destacaron Alianza Regional de Castilla y León (fundada en Valladolid) o el Instituto Regional de Castilla y León (fundado en Palencia).

La aparición del sentimiento regionalista castellanoleonés no es algo que surja con la autonomía o preautonomía: ya en la I República española se intentó crear la región castellanoleonesa formada por las provincias de Ávila, Burgos, León, Logroño, Palencia, Salamanca, Santander, Segovia, Soria, Valladolid y Zamora. Desde entonces, los principales medios de comunicación (El Norte de Castilla, El Adelanto de Salamanca, Diario de Burgos, Diario de León, ...) se hicieron eco de dicho regionalismo. Fue un regionalismo fuerte que se vio truncado por el franquismo.

En la actualidad existe cierta tensión entre algunas de sus provincias debido a temas políticos. Burgos y León son dos de las provincias que más discrepan con la política centralista de la Junta de Castilla y León, que pretende crear una capital fuerte (Valladolid) descuidando, en ocasiones, el resto de la región. A pesar de ello, no existe un movimiento separatista significativo, tan solo algunos partidos políticos con poca o ninguna representación en las Cortes.

Regionalismo manchego [editar]

Artículo principal: Regionalismo manchego
Bandera regionalista manchega de 1906 actualizada (sustituye el escudo de Alfonso XIII por la estrella)

Contrario a las tesis pancastellanistas y basado en la firma del Pacto Regional Manchego de 1869, el mancheguismo moderno propugna la existencia de una región geográfica, histórica, económica y etnológica en La Mancha completamente diferenciada de las regiones limítrofes, generalmente identificada con las actuales provincias de Albacete, Ciudad Real, Cuenca y Toledo. Dado que las tesis castellanistas y las mancheguistas son plenamente enfrentadas, al incluir las primeras al total de las provincias manchegas dentro de Castilla y separar las últimas La Mancha de Castilla, muchos castellanistas ven absurda esta idea y la hacen blanco de todas sus críticas.

Otras tesis del regionalismo manchego extienden su regionalismo al total de la comunidad autónoma de Castilla-La Mancha, como el Partido Regionalista Manchego.

Leonesismo [editar]

Artículo principal: Leonesismo
Bandera de León

El leonesismo es un movimiento cultural y socio-político, regionalista o nacionalista, que persigue el reconocimiento de parte de los territorios del antiguo Reino de León, a los que denominan País Leonés o Región Leonesa (las provincias de León, Zamora y Salamanca), como región y nacionalidad histórica, y su establecimiento en comunidad autónoma propia, separada de Castilla y León.

El principal partido político leonesista es la Unión del Pueblo Leonés (UPL), que ocupa 2 escaños en las Cortes de Castilla y León, existiendo también el PREPAL. Ha surgido recientemente el PAL-UL como escisión de la UPL.

En lo que denominan como País Leonés, el apoyo al leonesismo es de un 8,74%, si bien en la Provincia de León representan un 15,41% en las elecciones autonómicas de 2007.

Castellanismo y pancastellanismo [editar]

Artículo principal: Castellanismo (política)
El actualmente conocido por los castellanistas como pendón comunero

Existen diversos movimientos que pueden calificarse de castellanistas: ya sean de índole regionalista o nacionalista, al margen de su orientación política (progresista, izquierdista, socialdemócrata, derechista...). Remontan sus raíces políticas en el Pacto Federal Castellano de 1869, firmado por representantes y delegados de 17 provincias. Propugna la unificación de las actuales cinco comunidades autónomas de raíz castellana: Cantabria, Castilla y León, Castilla-La Mancha, La Rioja y Madrid (así como de diversas comarcas que no pertenecen a dichas comunidades autónomas, pero han pertenecido históricamente a Castilla).

Electoralmente, es un movimiento testimonial. Los principales partidos políticos que defienden estas tesis son Tierra Comunera (1,16% en Castilla y León y 0,26% en Castilla-La Mancha), Izquierda Castellana, Partido Regionalista Castellano y Unión Castellanista. En Cantabria la presencia de este movimiento es totalmente residual.

Bercianismo [editar]

Artículo principal: Bercianismo
Bandera de El Bierzo

El bercianismo es un movimiento cultural y político que reclama el reconocimiento de la singularidad de El Bierzo y una mayor autonomía administrativa.

Tradicionalmente, el bercianismo reivindica la restauración de la Provincia del Vierzo(el territorio que ocupa la comarca de El Bierzo más los territorios que formaron parte de esa provincia en 1822. E incluso hay voces minoritarias que reclaman una autonomía uniprovincial.

Desde hace siglos, los bercianos han reclamado mayores dosis de autonomía[37] debido a la lejanía de la capital provincial, León.

Tras la llegada de la democracia, en 1978, las voces que reclamaban tímidamente esa descentralización intentaron organizarse ante la creación del Estado de las autonomías, realizando diversas iniciativas, entre las que destaca el Manifiesto Bercianista de 1978, que fue un documento firmado por la gran mayoría de las personalidades bercianas[38] pidiendo la creación de la Provincia de El Bierzo.

De los partidos bercianistas que surgieron al final de la década de 1970, Independientes del Bierzo, Asociación Vecinal Independiente, Partido de El Bierzo, sólo sobrevive este último. Otros partidos han surgido posteriormente, Izquierda Berciana, Partido Provincialista de El Bierzo, Partido Regionalista de El Bierzo (fundado por el ex-presidente del Partido de El Bierzo tras ser expulsado del Partido de El Bierzo), Unidad Bercianista.

Tras unos resultados aceptables a finales de la década de 1980 y principios de la de 1990, el bercianismo político sufrió en sus resultados electorales un desgaste, acentuado tras la expulsión del ex-presidente del Partido de El Bierzo.

Actualmente cuenta con una representación institucional mínima (solo gobiernan en coalición, en un municipio, Castropodame, elecciones municipales 2007).

Mientras el bercianismo político sigue en crisis, el bercianismo cultural y social se articula en torno a varias asociaciones con mayor o menor grado de implicación con el bercianismo. De ellas la más conocida es el Foro Cultural Provincia de El Bierzo. Aun así, el bercianismo político no es capaz de traducir el manifiesto sentimiento bercianista, evidenciado por encuestas como las realizadas por la Universidad Nacional de educación a Distancia (UNED)[39] en votos.

Tradicionalmente el bercianismo ha visto en el leonesismo su antagonista.

Existe actualmente una Ley de comarcalización de El Bierzo, de 1991, en la que se reconoce la singularidad de El Bierzo, que se encuentra en fase de ser reformada y ampliada.[40]

Regionalismo andaluz [editar]

Artículo principal: Regionalismo andaluz

Regionalismo de Andalucia Oriental (orientalismo) [editar]

Bandera de Andalucía Oriental, propuesta por la P.A.O.
Andalucía Oriental tal como la define la Plataforma por Andalucía Oriental.
Bandera de la Alta Andalucía diseñada por los dirigentes granadinos de UCD durante el proceso de constitución de la Comunidad Autónoma de Andalucía

El orientalismo[41] es un movimiento de carácter regionalista de las provincias andaluzas orientales o, simplemente, ‘surorientales’ (Jaén, Granada y Almería), que actualmente se ha visto potenciado por la recientemente creación de la Plataforma por Andalucía Oriental, también fue apoyado por la UCD en los primeros años de democracia con la denominación de Alta Andalucía

Este antiguo[42] movimiento ciudadano, encabezado ahora por dicha plataforma, tiene como objetivo la creación de una comunidad autónoma independiente a la actual Andalucía que agrupe a estas tres provincias.

Así, este movimiento, de carácter abierto, que aboga por la pluralidad de pensamiento ya que no se define dentro de ningún rango del espectro político, se justifica apelando a diversas razones recogidas en el ideario de la Plataforma.[43]

Estas razones, según la Plataforma son tanto históricas, ya que apelan a la auto-administración que Andalucía Oriental gozaba años atrás y que quedó paralizada tras la Asamblea de Córdoba de 1933, que abogaba por la unión de las provincias andaluzas propuesta por Blas Infante, y que se aprobó pese al abandono de los asambleistas de Jaén, Granada y Almería; como culturales, debido a que se quejan de la colonización cultural impuesta desde Sevilla. Pero sus principales razones para la autonomía son económicas, ya que se basan en que estas tres provincias no se benefician de las ventajas de la descentralización del España y que todas las competencias y gestión monetaria son fuertemente centralizadas en Sevilla y provincias colindantes; y razones estratégicas: Los partidarios de este movimiento piensan que la unión de estas tres provincias y su auto-administración daría lugar a una mejora económica y social que les sacaría de los últimos puestos de desarrollo por regiones de Europa.

Referencias [editar]

  1. El PNV considera que el derecho de autodeterminación ‘‘no es negociable’’
  2. CiU y la autodeterminación de Cataluña
  3. El BNG reivindica "el derecho de autodeterminación"
  4. Batasuna y EA coinciden en exigir el derecho de autodeterminación
  5. «Los extremeños, los que más españoles se sienten y los vascos, los que menos - 20minutos.es».
  6. http://es.wikisource.org/wiki/Proyecto_de_Estatuto_de_Autonom%C3%ADa_para_el_Pa%C3%ADs_Valenciano_(1937)
  7. Resultados electorales de las elecciones autonómicas catalanas de 2006 (El Mundo)
  8. cita requerida
  9. «Arxiu Històric Electoral - Informe sobre Comunitat Valenciana».
  10. «Arxiu Històric Electoral - Informe sobre Comunitat Valenciana».
  11. «Ministerio del Interior - Resultados electorales».
  12. «Ministerio del Interior - Resultados electorales».
  13. «CAJEI - Coordinadora d'Assemblees de Joves de l'Esquerra Independentista».
  14. «Maulets, el jovent independentista revolucionari».
  15. «CUP Països Catalans - Què és una CUP?».
  16. Enric Morera (secretario general del BLOC): "Nuestra patria es la Nación Valenciana"
  17. InfoBLOC, revista local del Bloc de Godella
  18. a b Resultados electorales de las elecciones municipales de 2007. Ministerio del Interior
  19. Resultados electorales de las elecciones autonómicas valencianas de 1999, 2003 y 2007 (El País)
  20. Estatutos del Bloc Nacionalista Valencià
  21. http://www.bloc.ws/congres/docs/INDEX.doc
  22. «Arxiu Històric Electoral - Informe sobre Comunitat Valenciana».
  23. Manifiesto político del PREx en un espacio del Coordinador General de Coalición Extremeña
  24. El Coordinador General de Coalición Extremeña afirmando en su blog estar plenamente convencido de que Extremadura es una nación
  25. Registro de partidos políticos del Ministerio del Interior por orden alfabético
  26. El Bloque Popular Extremeño asistió junto al PSAN, Herri Batasuna y BNG al mítin de UPC (Unidad Popular Castellana) en Villalar.
  27. El alcalde de Majadas de Tiétar, del Bloque Extremeñista Revolucionario, convoca una reunión de Colectivos sociales y políticos reclamando la paralización de la central nuclear de Almaraz.(El País)
  28. Resultados de encuesta de CEPS-Multiprofesional en Extremadura. Abajo del todo se mencionan los resultados referidos al sentimiento español y extremeño entre los extremeños.
  29. Bandera nacionalista murciana
  30. Partidos nacionalistas murcianos
  31. El Regionalismo en Cantabria y su auge en el medio rural. Doctorado CC. De la Comunicación y Sociología
  32. Resultados electorales de las elecciones autonómicas en Cantabria 2007
  33. Ideología del Partido Riojano (web del Partido Riojano)
  34. Álava como Navarra, por Ernesto Ladrón de Guevara (VistazoalaPrensa)
  35. PREx-CREx tiene tres parlamentarios autonómicos (Blog del coordinador general de Coalición Extremeña PREx-CREx)
  36. Parlamentario de Extremadura Unida (web de la Asamblea de Extremadura)
  37. Hay varios ejemplos de siglos distintos, ofrecemos dos del siglo XVI: carta enviada el 23 de diciembre de 1563 de los representantes en cortes bercianos al ayuntamiento de León. En 1567 se envía nueva correspondencia continuando en el mismo sentido. El resumen de lo contenido en dichas cartas lo hace el reconocido historiador astorgano, José María LuengoObras más conocidas de José maría Luengo: "(…) se muestra (en dichas cartas) la pretensión del separatismo del núcleo leonés fundamentado en la lejana geografía de la capitalidad (…)". José María Luengo, "Noticias históricas sobre la provincia del Bierzo", Semanario Promesa, nº 512-513, 8 de septiembre de 1954
  38. Semanario Aquiana. Septiembre de 1978
  39. Encuesta UNED ¿Quiere que El Bierzo sea provincia?
  40. Ley de comarcalización de El Bierzo
  41. Plataforma por Andalucía Oriental
  42. Bandera Andalucía Oriental Años 70
  43. Ideario de la Plataforma por Andalucía Oriental en andaluciaoriental.es

Véase también [editar]

Enlaces externos [editar]

FILOSOFÍA POLÍTICA Y DERECHO5: REGIONALISMO. Concepción ideológica por la que, aun aceptando la existencia de una comunidad política superior cristalizada en la nación, se pretende la defensa específica de una parte de ésta que se distingue por su homogeneidad en lo físico y cultural. Los propósitos regionalistas más esenciales son la adecuación de la acción estatal a las necesidades locales; un mayor acercamiento de los ciudadanos a la gestión del Estado; la supervivencia y promoción de las costumbres propias; y, en las regiones atrasadas, la consecución de una justa redistribución de la renta nacional que mejore sus condiciones económicas y sociales.

Regionalismo

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La palabra regionalismo' ' puede referirse a varios conceptos pero tambien depende de las relaciones del idioma escrito por ejemplo: Vaina en cuba significa "cosa" pero en Mexico signifia un cuchillo

Concepción ideológica por la que, aun aceptando la existencia de una comunidad política superior cristalizada en la nación, se pretende la defensa específica de una parte de ésta que se distingue por su homogeneidad en lo físico y cultural.

Los propósitos regionalistas más esenciales son la adecuación de la acción estatal a las necesidades locales; un mayor acercamiento de los ciudadanos a la gestión del Estado; la supervivencia y promoción de las costumbres propias; y, en las regiones atrasadas, la consecución de una justa redistribución de la renta nacional que mejore sus condiciones económicas y sociales.

Para conseguir estos objetivos, a diferencia de lo postulado por el nacionalismo periférico, los regionalistas no cuestionan la unidad nacional, pero sí propugnan la descentralización de forma que se adapte la actividad de los poderes públicos a las condiciones concretas de las distintas zonas.

  • Regionalismo es una forma de hablar en diferentes países, esto significa que una palabra puede significar algo en una región y en otra distinta otro significado o tener varios significados.
  • Regionalismo es también el sentimiento de apego individual o colectivo a la región y cultura a la cual se pertenece por nacimiento.

 

Véase también [editar]

 

FILOSOFÍA POLÍTICA Y DERECHO5: EL NACIONALISMO ANDALUZ ESPAÑOL. El nacionalismo andaluz o andalucismo independentista es un movimiento político y social que defiende el reconocimiento de Andalucía (España) como una nación dentro de Europa. Los principales partidos políticos que representan al nacionalismo andaluz son el Partido Andalucista (PA),[1] el Partido Socialista de Andalucía (PSA)[2] y el Colectivo de Unidad de los Trabajadores-Bloque Andaluz de Izquierdas (CUT-BAI). También existen otros partidos más minoritarios e independentistas como Nación Andaluza (NA), Asamblea Nacional de Andalucía (ANA). Otras asociaciones que se definen como nacionalistas andaluces, como el Sindicato de Obreros del Campo (SOC) Sindicato Andaluz de Trabajadores (SAT) o la organización juvenil independentista Jaleo!!!.

Nacionalismo andaluz

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Pintada nacionalista en Sevilla.

El nacionalismo andaluz o andalucismo independentista es un movimiento político y social que defiende el reconocimiento de Andalucía (España) como una nación dentro de Europa. Los principales partidos políticos que representan al nacionalismo andaluz son el Partido Andalucista (PA),[1] el Partido Socialista de Andalucía (PSA)[2] y el Colectivo de Unidad de los Trabajadores-Bloque Andaluz de Izquierdas (CUT-BAI). También existen otros partidos más minoritarios e independentistas como Nación Andaluza (NA), Asamblea Nacional de Andalucía (ANA). Otras asociaciones que se definen como nacionalistas andaluces, como el Sindicato de Obreros del Campo (SOC) Sindicato Andaluz de Trabajadores (SAT) o la organización juvenil independentista Jaleo!!!.

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Símbolos nacionalistas andaluces [editar]

Actualmente el nacionalismo andaluz tiene como seña más característica la bandera nacionalista andaluza, también conocida como "arbonaida nacionalista",[3] que se creó en la década de 1980, una vez que Andalucía ya había alcanzado la autonomía política y los nacionalistas andaluces comenzaron a pedir la definición de Andalucía como nación.

La primera bandera de corte nacionalista que se creó en Andalucía fue a imitación de la bandera revolucionaria cubana. La creó el Partido Socialista de Andalucía, actualmente el Partido Andalucista (PA) y aún la utilizan las Juventudes Andalucistas. Consiste en la bandera de Andalucía a la que se le añadió un triangulo rojo al asta y en el centro de este una estrella blanca de cinco puntas, a semejanza de la bandera cubana de la revolución socialista.[4]

Posteriormente, ya casi en la década de 1990, se creó la bandera nacionalista actual, que simplemente incorpora una estrella roja de cinco puntas en el centro de la bandera original.[4] En los últimos años se ha creado una nueva bandera nacionalista que sustituye la estrella de cinco puntas por otra de ocho (a la que denominan estrella tartésica). Esta bandera se creó para intentar añadir símbolos más andaluces a la bandera, como es la estrella de ocho puntas, de la que se afirma tiene origen tartésico, pero actualmente no tiene apenas difusión entre los nacionalistas andaluces.[5]

Los nacionalistas andaluces modifican el lema del escudo oficial, transformándolo en el lema independentista "Andalucía por sí, por los Pueblos y la Humanidad". Del mismo modo sucede con parte de la letra del himno, que los nacionalistas modifican de la siguiente manera: "Sea por Andalucía libre, los Pueblos y la Humanidad", aunque afirman que es la letra que Blas Infante compuso originalmente de esa manera para el himno.

Algunos grupos ultra de equipos de fútbol andaluces, como el Kolectivo Sur (Xerez CD), los hinchas del Cádiz CF y, en menor medida, los Biris Norte del Sevilla FC, suelen portar la bandera nacionalista andaluza, con la estrella roja en el centro. Asimismo suelen llevar banderas de otras comunidades e ideologías que consideran afines, como las banderas del País Vasco, Cataluña y Cuba o estandartes con la efigie del Che Guevara. También acostumbran a cantar el Himno de Andalucía con la letra modificada según sus planteamientos ideológicos o simplemente proclaman consignas antiespañolistas.

Véase también [editar]

Referencias [editar]

Notas [editar]

  1. «DOCUMENTO DE IDEOLOGIA Y ESTRATEGIA POLITICA, ANDALUCISMO XXI (PA)».
  2. Declaración de pensamientos políticos en la página web del PSA. El PSA fue el segundo partido nacionalista andaluz más votado en las elecciones municipales de 2007.
  3. «La verdad oculta en la tricolor». «arbonaida (bandera del pueblo andaluz)»
  4. a b c d Historia de la Bandera Andaluza
  5. a b Otros símbolos nacionales

Textos [editar]

Enlaces externos [editar]

FILOSOFÍA POLÍTICA Y DERECHO5: NACIONALISMO. El término nacionalismo se aplica tanto a las doctrinas políticas como a los movimientos nacionalistas: las acciones colectivas de movimientos sociales y políticos tendentes a lograr las reclamaciones nacionalistas. En ocasiones también se llama nacionalismo al sentimiento de pertenencia a la nación propia, algo en principio identificable con el patriotismo, pero distinto si va más allá del mero sentimiento e incorpora contenido doctrinal o acción política en un sentido concreto.

Nacionalismo

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Pintura polaca de 1892 exaltando la defensa de la bandera durante la histórica batalla de Chocim.

El nacionalismo es una ideología y un movimiento social y político que surgió junto con el concepto de nación propio de la Edad Contemporánea en las circunstancias históricas de la Era de las Revoluciones (Revolución industrial, Revolución burguesa, Revolución liberal) desde finales del siglo XVIII.[1] También puede designar al sentimiento nacionalista y a la época del nacionalismo.

Como ideología, el nacionalismo pone a una determinada nación como el único referente identitario dentro de una comunidad política; y parte de dos principios básicos con respecto a la relación entre la nación y el estado:

  • El principio de la soberanía nacional: que mantendría que la nación es la única base legítima para el estado.
  • El principio de nacionalidad: que mantendría que cada nación debe formar su propio estado, y que las fronteras del estado deberían coincidir con las de la nación.

El término nacionalismo se aplica tanto a las doctrinas políticas como a los movimientos nacionalistas: las acciones colectivas de movimientos sociales y políticos tendentes a lograr las reclamaciones nacionalistas. En ocasiones también se llama nacionalismo al sentimiento de pertenencia a la nación propia, algo en principio identificable con el patriotismo, pero distinto si va más allá del mero sentimiento e incorpora contenido doctrinal o acción política en un sentido concreto.

La historiografía también usa el término nacionalismo para referirse la época del nacionalismo: el periodo histórico de formación de las naciones y el surgimiento de la ideología y movimientos nacionalistas, lo que ocurrió en torno al siglo XIX, coincidiendo con las revoluciones liberales o revoluciones burguesas. En el siglo XX se produce una renovación del nacionalismo, en el periodo de entreguerras vinculado al fascismo, y tras la Segunda Guerra Mundial vinculado al proceso de descolonización y al tercermundismo, cuando surgen numerosos grupos denominados Movimiento de Liberación Nacional.

Se habla también del nacionalismo musical, expresión artística de la segunda mitad del siglo XIX que coincide con el nacionalismo político en la valoración de la etnicidad (folclore), y que deriva del anterior romanticismo, movimiento intelectual y artístico también muy vinculado con el nacionalismo romántico, aunque sea de más amplia extensión temporal y conceptual que éste.

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[editar] Interpretaciones

El nacionalismo podría entenderse como un concepto de identidad experimentado colectivamente por miembros de un gobierno, una nación, una sociedad o un territorio en particular. Los nacionalistas se esfuerzan en crear o sustentar una nación basada en varias nociones de legitimación política. Muchas ideologías nacionalistas derivan su desarrollo de la teoría romántica de la "identidad cultural", mientras que otros se basan en el argumento liberal de que la legitimidad política deriva del consenso de la población de una región.

Ha sido duramente criticado por personajes históricos tan diferentes como Charles de Gaulle, Albert Einstein, Albert Camus o François Mitterrand.

Los primeros precedentes del nacionalismo comienzan a aparecer en el siglo XVIII, pues hasta ese momento, la idea de nación, tal y como se concibe en la actualidad, no se había formulado. Hasta ese momento, las identidades colectivas basadas en la religión o en ser súbditos de un mismo rey, prevalecían sobre las étnicas. En la Revolución francesa se utilizará el término nación como sinónimo de ciudadano, es decir, la nación ya no está personificada en la figura del monarca, pues la nobleza es un cuerpo ajeno a la nación: la nación es el tercer estado.

Ciertos teóricos, como Benedict Anderson, han afirmado que las condiciones necesarias para el nacionalismo incluyen el desarrollo de la prensa y el capitalismo. Anderson también afirma que los conceptos de nación y nacionalismo son fenómenos construidos dentro de la sociedad, llamándolos comunidades imaginarias. Ernest Gellner añade al concepto: "el nacionalismo no es el despertar de las naciones hacia su conciencia propia: inventa naciones donde no las hay".[2]

[editar] Evolución del nacionalismo

El Estado Nación surgió en Europa con el tratado de Westfalia (1648). El nacionalismo continuó siendo un fenómeno elitista durante una parte de siglos tras el tratado, pero fue durante el siglo XIX cuando se propagó ampliamente por toda Europa y ganó popularidad. Desde entonces, el nacionalismo ha dominado las políticas europeas y mundiales. Muchas de las políticas europeas del siglo XIX pueden ser vistas como luchas entre antiguos regímenes.

A finales del siglo XIX las ideas nacionalistas habían comenzado a expandirse por toda Asia. En la India el nacionalismo incentivó el fin del dominio británico. En China el nacionalismo dio una justificación para el estado chino, que se encontraba enemistado con la idea de un imperio universal. En Japón el nacionalismo fue combinado con el excepcionalismo japonés.

La I Guerra Mundial marcó la destrucción definitiva de varios estados multinacionales (el Imperio otomano, el Imperio austrohúngaro y, en cierta medida, el ruso). El tratado de Versalles fue establecido como un intento por reconocer el principio de nacionalismo, ya que gran parte de Europa fue dividida en naciones-estado en un intento por mantener la paz. Sin embargo, muchos estados multinacionales e imperios sobrevivieron. El siglo XX fue también marcado por la lenta adopción del nacionalismo por todo el mundo con la destrucción de los imperios coloniales europeos, la Unión Soviética y varios otros estados multinacionales menores.

Simultáneamente, particularmente en la segunda mitad del siglo, fuertes tendencias antinacionalistas han tenido lugar, siendo en general destacables las manejadas por élites. La actual Unión Europea está actualmente transfiriendo poder del nivel nacional a entidades locales y continentales. Acuerdos de comercio, tales como NAFTA y GATT, y la creciente internacionalización de mercados de comercio debilitan también la soberanía del estado-nación.

[editar] Formas de nacionalismo

[editar] Nacionalismo centrípeto

Es el que pretende la unificación nacional de las poblaciones con características comunes que habitan en distintos estados, donde pueden ser minorías nacionales y por tanto en esos estados constituyen nacionalismos centrífugos (es el caso del nacionalismo kurdo), o bien ser estados nacionalmente homogéneos pero separados (es el caso de las unificaciones de Italia y Alemania en el siglo XIX, aunque en ambos casos el solapamiento con el Imperio austrohúngaro complica la definición).

[editar] Nacionalismo centrífugo

Es el que pretende la secesión de una parte del territorio de un Estado habitado por una población con características cuyas diferencias con la considerada mayoritaria puedan definirla como minoría nacional. En ocasiones el mismo Estado del que pretenden separarse se define a sí mismo como estado plurinacional, como fue el Imperio austrohúngaro.

[editar] Nacionalismo de tercera generación

Son nacionalismos centrífugos, de igual forma que los nacionalismos de segunda generación, que surgen a finales del s. XX y principios del XXI y que se encuentran subordinados a otro Estado. Son comunidades con reivindicaciones nacionalistas, o bien regiones, naciones históricas o naciones en sí (según las zonas, su historia o los diferentes puntos de vista) que siguen sin estar constituidas en un Estado y continúan reivindicándolo.

 

[editar] Nacionalismo económico

Artículo principal: Nacionalismo económico

Se concentra sobre los mecanismos de dependencia económica o neocolonialismo. Sostiene la necesidad de que sectores y empresas básicas de la economía permanezcan en manos de capitales nacionales, muchas veces estatales, cuando el sector privado no está en condiciones.

Los orígenes del nacionalismo económico pueden encontrarse en la creación de empresas estatales para explotar productos estratégicos como la creación de YPF para el petróleo en Argentina en 1922 y luego en las políticas de nacionalizaciones implementadas por gran cantidad de países entre los que se destacan: la nacionalización del petróleo en México en 1938, la nacionalización del petróleo en Irán en 1951, la nacionalización del Canal de Suez en 1956 y la nacionalización del cobre en Chile en 1971.

El nacionalismo económico está también íntimamente relacionado con la Teoría de la Dependencia elaborada por la escuela desarrollista latinoamericana que sostiene que el sistema económico mundial ha establecido una división internacional del trabajo que atribuye a los países centrales la producción industrial, de alto valor agregado, y a los países periférico la producción de materias primas, de bajo valor agregado. El desarrollismo sostiene que existe una tendencia general al deterioro de los términos de intercambio en perjuicio de la producción agrícola-primaria, y que los países periféricos necesitan impulsar agresivas políticas industriales para romper el círculo vicioso del subdesarrollo.

La política de privatizaciones sugerida por el Consenso de Washington a partir de la década del 90 tuvo como objetivo principal, y lo logró en gran parte, revertir las medidas nacionalistas tomadas por la mayor parte de los países periféricos durante la mayor parte del siglo XX.

A partir de los últimos años de la década del 90 parece haber un importante resurgimiento del nacionalismo económico en varias partes del mundo, ahora en un entorno global, relacionado con acuerdos de integración regional. Una de sus manifestaciones más importantes ha sido la nacionalización de los hidrocarburos en Bolivia en 2006, bajo el gobierno de Evo Morales y los acuerdos de infraestructura y desarrollo subregional tomados en el marco del Mercosur y la Comunidad Sudamericana de Naciones.

Muchas de estas experiencias nacionalistas están estrechamente relacionadas con las reivindicaciones sindicales y otras organizaciones sociales, adoptando la forma de un nacionalismo popular expresado en movimientos políticos con amplio apoyo de la población. Formas de socialismo y de fascismo comparten también el proyecto del nacionalismo económico.

[editar] Nacionalismo étnico (o cultural)

Define la nación en términos de etnicidad, lo cual siempre incluye algunos elementos descendientes de las generaciones previas. También incluye ideas de una conexión cultural entre los miembros de la nación y sus antepasados, y frecuentemente un lenguaje común. La nacionalidad es hereditaria. El Estado deriva la legitimidad política de su estatus como hogar del grupo étnico, y de su función de protección del grupo nacional y la facilitación de una vida social y cultural para el grupo. Las ideas sobre etnicidad son muy antiguas, pero el nacionalismo étnico moderno está fuertemente influido por Johann Gottfried von Herder, quien promovió el concepto de Volk, y Johann Gottlieb Fichte.

El fascismo es generalmente clasificado como nacionalismo étnico, habiendo sido su caso más extremo el nacional socialismo de la Alemania Nazi. No obstante, la mayor parte de los movimientos y regímenes fascistas de la Europa de entreguerras, entre los que puede contarse el nacionalcatolicismo del franquismo español, responden más al modelo de fascismo clerical definido por Hugh Trevor-Roper.

[editar] Nacionalismo romántico

(también llamado nacionalismo orgánico y nacionalismo identitario) es la forma de nacionalismo étnico según la cual el estado deriva su legitimidad política como consecuencia natural (orgánica) y expresión de la nación o la raza. Refleja los ideales del romanticismo y se opone al racionalismo. El nacionalismo romántico enfatiza una cultura étnica histórica que se conecta con el ideal romántico; el folclore se desarrolla como un concepto nacionalista romántico. Los hermanos Grimm se inspiraron en los escritos de Herder para crear una colección idealizada de historias étnicamente alemanas. El historiador Jules Michelet ejemplifica la concepción nacionalista romántica de la historiografía. En 1815 se hablaba de este nacionalismo, y fue el que se usó para las unificaciones tanto alemana como italiana.

[editar] Nacionalismo liberal o "voluntarista" y nacionalismo conservador u "orgánico"

Dentro del romanticismo se encuentran una tendencia liberal o "voluntarista", representada por Mazzinni, que considera que la nación surge de la voluntad de los individuos y una conservadora u "orgánica", representada por Herder y Fichte ("Discursos a la nación alemana", 1808) que identifica a la nación con rasgos que se heredan (lengua, cultura, territorio, tradiciones) y que están por encima del deseo individual.[3]


[editar] Nacionalismo religioso

Es la forma de nacionalismo según la que el estado deriva su legitimidad política en consecuencia de una religión común. El sionismo es un ejemplo de esto, pero buena parte de las formas de nacionalismo étnico son también en gran medida formas de nacionalismo religioso. Por ejemplo, el nacionalismo irlandés es generalmente asociado al catolicismo; el nacionalismo indio se asocia con el hinduismo, etc. El nacionalismo religioso es generalmente visto como una forma de nacionalismo étnico.

En algunos casos, sin embargo, la componente religiosa es más una etiqueta que la verdadera motivación del nacionalismo de un grupo. Por ejemplo, aunque la mayoría de los líderes nacionalistas irlandeses del último siglo fueron católicos, durante el siglo XIX, y especialmente en el XVIII, muchos líderes nacionalistas fueron protestantes. Los nacionalistas irlandeses no luchan por distinciones teológicas, sino por una ideología que identifica a la isla de Irlanda con una visión particular de la cultura irlandesa, que para muchos nacionalistas incluye al catolicismo aunque no como elemento predominante. Para muchas naciones que se vieron obligadas a luchar contra las consecuencias del imperialismo de otra nación, el nacionalismo fue asociado a la búsqueda de un ideal de libertad.

El islam se opone fuertemente a todo tipo de nacionalismo, tribalismo, racismo u otra clasificación de la gente no basada en las creencias propias. Sin embargo, ciertos grupos islámicos pueden ser considerados racistas y nacionalistas (así, para algunos, no pueden considerarse verdaderos islámicos). La creación de Pakistán es un ejemplo de nacionalismo religioso de base islámica en la medida en que tomaba como nación a los musulmanes de la India. sin embargo, muchos de sus creadores -como los del Estado de Israel- eran laicos y consideraban la pertenencia a una misma tradición religiosa como elemento generador de identidad al margen de la práctica religiosa en sí. Un ejemplo similar es el de los musulmanes de Bosnia, considerados como etnia en la antigua Yugoslavia y que en su mayor parte eran no creyentes o no practicantes.

[editar] Nacionalismo banal

Conceptualizado por Michael Billig, es la forma difusa que toma el nacionalismo en las sociedades contemporáneas, convirtiéndose en un mecanismo omnipresente de orientar las percepciones y hacer aparecer como natural la identificación entre una lengua, una cultura y una comunidad política. Ya sea en rituales colectivos como el deporte, o en detalles menores como la utilización de banderas para identificar las lenguas en las que se escriben los ingredientes de una caja de cereales, el nacionalismo banal reproduce cotidianamente los esquemas mentales del nacionalismo.

[editar] Elementos en común de todas las formas de nacionalismo

Algunos teóricos políticos sostienen que cualquier discriminación de formas de nacionalismo es falsa. Todas las formas de nacionalismo cuentan con una población formando una nación, lo cual significa que todos los miembros de una población creen en algún tipo de cultura común.

[editar] Causas por la que el nacionalismo se hace atrayente

Una razón por la cual el nacionalismo ha mantenido su atractivo a través de los siglos puede ser el hecho de que pertenecer a una nación cultural, económica o políticamente fuerte da a la persona una agradable sensación de pertenencia, sin importar su propia contribución a su fuerza.

Otra posibilidad defiende que las personas son seres sociales, y el formar parte de un grupo sociopolítico como la nación, es ventajoso y contribuye a su desarrollo, se considera que es la expresión de un rasgo general del comportamiento social favorecido evolutivamente, relacionado con el tribalismo.

En ocasiones puede surgir un sentimiento nacionalista cuando los miembros de una comunidad se sienten amenazados o atacados por otra comunidad o estado. Puede surgir como respuesta a otro nacionalismo.

[editar] Formas de actuación

Dependiendo del contexto donde tenga lugar el nacionalismo, este puede adoptar diversas formas de actuación que pueden ser pacíficas, violentas o puede llegar a conjugar ambas.

[editar] Pacíficas

Con la progresiva consolidación de Estados más democráticos y el avance de las organizaciones intergubernamentales como la ONU, las reivindicaciones nacionalistas se sustancian mayoritariamente mediante el ejercicio de la actividad política a través de distintos partidos políticos nacionalistas que reclaman con el apoyo electoral de los ciudadanos una mayor autonomía, la independencia o el ejercicio del derecho de autodeterminación de sus territorios.

Otra forma de reivindicación pacífica sería la desobediencia civil o la "No violencia activa" cuyo máximo exponente fue la labor de Mahatma Gandhi en la India.

[editar] Violentas

La ocupación del territorio y la imposición de una nacionalidad y culturas determinadas sobre otras personas mediante el uso de la fuerza es uno de los medios utilizados por el nacionalismo. Un ejemplo de ello son las dos guerras mundiales en las que el elemento nacional desempeño un papel sustancial, aunque la expansión militar y diseminación de una identidad nacional es un elemento recurrente en la historia de los nacionalismos.

[editar] Teóricos del nacionalismo

 

[editar] Nacionalismo histórico

Eventos históricos en los cuales el nacionalismo desempeñó un papel esencial:

[editar] Principales nacionalismos actuales

[editar] Centrífugos

España

Véase también: Nacionalismo español

Albania

Alemania

Bélgica

Bolivia

Bosnia-Herzegovina

Canadá

Colombia

Croacia

Dinamarca

Finlandia

Francia

Hungría

Italia

Macedonia

Moldavia


Noruega

Países Bajos

Polonia


Portugal


Reino Unido

República Checa

Rumania


Rusia europea

 

Suiza

[editar] Centrípetos

[editar] Véase también

[editar] Notas

  1. Eric Hobsbawm (1964) The Age of Revolution 1789-1748 (traducido en castellano Las revoluciones burguesas) edición de 1987: Barcelona: Labor, ISBN 84-335-2978-1. Benedict Anderson (1983) Imagined Communities: Reflections on the Origin and Spread of Nationalism, Edición de 1991, London: Verso. ISBN 0-86091-329-5.
  2. Justo Serna: El ombligo de la nación (3 de mayo de 2008):
    En su libro Naciones y nacionalismo, Ernest Gellner analizaba el mito del origen como discurso básico de todo nacionalista, siempre ocupado de rastrear su raíz originaria en el curso de la historia. En Nacionalismo, su última gran contribución al tema, Gellner volvía sobre el asunto: si nos remontamos tiempo atrás buscando el origen de la nación -decía-, es probable que lleguemos muy lejos, hasta Adán mismo. Adán no tenía ombligo y nadie, pues, le cortó el cordón umbilical. Entonces sensatamente cabría preguntarse con Gellner: ¿tienen ombligo las naciones? ¿Cortó alguien el cordón umbilical? El anacronismo nos lleva al paraíso, ya ven…
  3. «Nacionalismo. Tipos».

[editar] Enlaces externos

FILOSOFÍA POLÍTICA Y DERECHO5: CACIQUE. Un cacique ( del idioma taíno), equivalente del curaca (quechua: kuraka )? o lonco (mapudungun: longko, ’cabeza’ )? era el nombre dado al jefe de una comunidad amerindia en América Central, América del Sur y el Caribe. Ejercía su mando sobre un territorio denominado "cacicazgo".

Cacique

De Wikipedia, la enciclopedia libre

Para los peces llamados «caciques», véase Congiopodidae.

Un cacique ( del idioma taíno), equivalente del curaca (quechua: kuraka )? o lonco (mapudungun: longko, ’cabeza’ )? era el nombre dado al jefe de una comunidad amerindia en América Central, América del Sur y el Caribe. Ejercía su mando sobre un territorio denominado "cacicazgo".

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[editar] Una palabra polémica

El término cacique, palabra de etimología taína (parcialidad de la etnia arawak) significa: "El Señor responsable o autoridad de los hombres". Su desglosado en ideogramas monosilabicos la describe así: Ka-Chi-Ka con el uso repetido del monosílabo "Ka" de gran impotencia para las lenguas Taino-Caribes que significa indistintamente: Hombre como, Género humano o Señor como, Dignidad, su uso prehispánico no distinguía género y se aplicaba a los dos sexos ejemplo de esto es la Cacica de Tamana, Gaitana. Explicación que confirma Simon en sus relatos en territorios Pijao

... diciéndoles como el Chi-ka (zipa que quiere decir en su lengua la suprema cabeza) les enviaba e convidar con la paz...
Fray Pedro Simon

Pasó a ser un concepto aplicado por los españoles a ciertas personalidades de las culturas originarias centroamericanas, sudamericanas y caribeñas, con este término se referían a las personas que tenían poder. En las comunidades prehispanicas taino-caribes en Colombia el cacicazgo era una forma de gobierno sustentado en clanes familiares que permitía a estas tribus americanas conformar federaciones o alianzas entre los distintos clanes, ejemplo de esto fue la federación Pijao que enfrentó las tropas conquistadoras españolas por casi un siglo. Estas formas de gobierno impedían por autorregulación la formación de imperios manteniendo la estabilidad e independencia entre estos pueblos federados. El linaje de estos clanes familiares incluía varias generaciones por periodos hasta de 1.000 años. Son mencionando por Antonio de Herrera así:

...los señores de estas provincias no tenían tributo, sino el servicio personal; y por esto les labraban sus casas y sementeras, aunque por regalo les daban [los cacicas] de comer y de beber; y así, los señores ni tenían nada de los vasallos ni les faltaba nada…
Antonio de Herrera pg. 69

Los españoles, al conocerla en esos pueblos, la emplearon equívocamente para los hombres que tenían mayor poder económico (animales, áreas de cultivo, etc.) y más esposas. El equívoco persiste entre los no especialistas, ya que muchos llaman cacique a los soberanos (absolutos) de imperios (aztecas, quechuas, taínos, etc.) del mismo modo que a los jefes o líderes de pequeñas poblaciones consideradas ’sin Estado’, como por ejemplo los nambikuara. Es así que vulgarmente se llama "cacique" a los curacas del Antiguo Perú, a los toki, longko y ülmen de los mapuche, los ruvichá de los guaraníes, etc. Existe una obvia razón pragmática para tal tipo de generalización y reduccionismo apelando a la palabra "cacique", sin embargo el que desee entender más de lo real de cada etnia. (ni que decir del sociólogo y el antropólogo) debe tener cautela con tal uso indiscriminado de la palabra "cacique".

Algunos historiadores como Charles C. Mann en su obra 1491: New Revelations of the Americas Before Columbus (2005) han objetado el uso del término cacique en lugar de rey para referirse a los monarcas indígenas americanos, aunque sí se utilice para denominar a los caudillos de los llamados pueblos bárbaros de la Historia europea (por ejemplo reyes de los hunos, los francos, etc.). Cacique era una voz taína que no utilizaban los indígenas del resto de las Américas y los españoles la generalizaron, aunque era como si a los reyes de Castilla se les llamase sultanes, khanes o, para el caso, caciques Fernando e Isabel. Sin embargo, todavía hoy el término rey se usa en castellano para todos los monarcas de todos los tiempos y lugares, excepto los de la America indígena, casi siempre catalogados como caciques..

[editar] Relación de los españoles con los caciques

No deja de ser revelador el hecho de que la utilización de la palabra cacique fue activamente promovida por la monarquía española. Una real cédula del 26 de febrero de 1538 insistía en que cualquier autoridad indígena fuera solo llamada "cacique", igualando por esta formula desde los más humildes capitanejos de bandas poco numerosas hasta los reyes y nobles de los extintos imperios prehispánicos. Se ponía en este documento especial cuidado en prohibir el tratamiento de "señor", que en castellano podía implicar una autoridad efectiva y un trato reverencial, insistiendo al respecto que:

"...así convenía a nuestro servicio y preeminencia Real y mandamos a los virreyes y Audiencias que no lo consientan ni permitan y solamente pueden llamarse caciques y principales".
Real Cédula de 1538[1]

Porque, pese a que gran cantidad de caciques fueron ejecutados al fragor de la Conquista, la institución del cacicazgo, en sus variadas manifestaciones étnicas, sobrevivió durante los siglos coloniales. Y, de hecho, aun subsiste en la actualidad, siendo más usada sin embargo la expresión líder.

Pero la figura del cacique no siempre resultaba comprensible para los europeos. Su autoridad era muy relativa en la tradición cultural de algunas etnias. Sus decisiones no eran del todo vinculantes y su autoridad estaba finalmente supeditada a la voluntad de las asambleas indígenas.

"... muchas naciones y gentes de indios no sufren reyes ni señores absolutos, sino viven en behetría (...) comunidades, donde se gobiernan por consejo de muchos.".
Joseph de Acosta[2]

Existía un método de autogobierno, en que el cacique jugaba un rol conyutural como portavoz, moderador, o tomando decisiones sólo frente a situaciones apremiantes. Esto resultaba especialmente desconcertante para los españoles. España venían saliendo de su propia Guerras de Comuneros, que había finalizado con fuertes ataques oficiales contra toda forma de asambleísmo. Los conquistadores terminaron asimilaban la situación de estas tribus a un permanente caos y negligencia del jefe, por lo que entendieron que los caciques, como individualidades, eran prescindibles.

Pero pese a todo, dentro del sistema de jerarquías coloniales la figura cacique, en sí, era considerada necesaria. Tanto, de hecho, que existen diversos testimonios que aseguran que durante la Colonia la elección de los caciques de los pueblos de indios fue manipulada por hacendados y curas en numerosas ocasiones.

Esta situación ambigua se sumaba a cierto descalabro de las relaciones sociales internas de los grupos indígenas producto del mestizaje, de la catástrofe demográfica y el desarraigo de las personas que eran enviadas a los nuevos centros de explotación (minas y plantaciones). Fruto de este cuadro, en no pocos casos el cacique fue perdiendo ascendiente sobre su comunidad, que comprendía paulatinamente que la autoridad efectiva era detentada en otras instancias.


Así en la encomienda el papel del CACIQUE, era de considerarse ya que entraba de mediador entre el ENCOMENDERO y los INDIOS en el pago de tributo y por lo tanto comienza a desarrollar un cirto poder (ejemonico-socal).

[editar] Otros usos

En algunos países (por ejemplo Argentina) se usa muchas veces figurativa y peyorativamente la palabra "cacique" para aludir a quienes detentan el poder de "redes clientelares" aunque nada tengan que ver con los pueblos originarios de América.

En Chile se utiliza la palabra cacique para referirse al equipo de fútbol Colo-Colo.

Para otros usos de este término, véase caciquismo.

[editar] Véase también

  • Herrera, Antonio de (1934). Historia general de los hechos de los castellanos en las islas y Tierra Firme del Mar Océano.

Wikcionario

[editar] Notas

  1. Recopilación de Leyes de Indias, libro XV, título 7, ley 5; citado en Gudrun Lenkersdorf; Caciques o concejos:dos concepciones de gobierno, Revista Chiapas, 11, 2001.
  2. Joseph de Acosta, Historia natural y moral de las Indias, 2ª edición de Edmundo O’Gorman, FCE, México, 1985.

FILOSOFÍA POLÍTICA Y DERECHO5: CACIQUISMO (ESPAÑA). El término proviene de la palabra taína cacique, nombre dado a los jefes de tribus amerindias en las islas del Caribe y América. Posteriormente, pasó a designar a personas de gran influencia en territorios rurales de España.

Caciquismo (España)

De Wikipedia, la enciclopedia libre

Caciquismo es el nombre que recibió el entramado de relaciones sociales que definían la vida política durante los años de la Restauración borbónica.

Contenido

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[editar] Origen

Caricatura satírica del semanario La Flaca que ironiza sobre la farsa electoral. Con Sagasta al frente, aparece una comitiva de caciques, sicarios, fuerzas del orden público, campesinos y obreros prisioneros y la manipulación de las papeletas haciendo votar a los muertos.

El término proviene de la palabra taína cacique, nombre dado a los jefes de tribus amerindias en las islas del Caribe y América. Posteriormente, pasó a designar a personas de gran influencia en territorios rurales de España. En 1884 fue incorporada al Diccionario de la lengua de la Real Academia con su significado actual en sus dos acepciones:

  • Dominación o influencia del cacique de un pueblo o comarca
  • Intromisión abusiva de una persona o una autoridad en determinados asuntos, valiéndose de su poder o influencia.

[editar] Caciquismo en la Restauración española

La concreción electoral del caciquismo era tan sólo una de las múltiples formas de manifestarse la influencia de los caciques en una sociedad de clientelas, aún cuando fue la principal característica. En un sentido amplio, la estructura de clientelas en la sociedad española no se creó en la época de la Restauración, sino que hunde sus raíces mucho más atrás. Fue a mediados del siglo XIX cuando, por medio de la venta de bienes desamortizados, el clientelismo rural adquirió una dimensión nueva, al afirmarse en el marco de una economía de mercado. Desde ese momento se fueron decantando las formas de relación social que, con la implantación del Estado liberal canovista, confluyeron para configurar el modo normalizado de funcionamiento político. El sistema caciquil tuvo, según todos los indicios, su principal fortaleza en el mundo agrario, aunque también actuara, en menor medida, en el urbano. Dentro de una España predominantemente rural, las tierras de la Meseta central y del Sur de la Península resultaron ser el campo abonado donde creció con mayor comodidad el caciquismo, al que dirigieron ya desde finales del siglo XIX críticas más violentas los hombres que pretendían reformar la política nacional.

El caciquismo se consolidó en España durante la Restauración (1874-1923). Los caciques se encargaban de controlar los votos de todas las personas con capacidad de voto de su localidad, lo cual era la base de la alternancia política que la Restauración demandaba. Los caciques son personas con poder económico, que cuentan con un séquito (gente que trabajan para él) formado por grupos armados, capaces de intimidar a sus convecinos que saben que si las cosas no transcurren según los deseos del cacique pueden sufrir daños físicos.

El régimen liberal español estuvo en todo momento, hasta la ruptura que significó la Segunda República, y salvo breves y dudosos períodos intermedios, dominado en cuanto se refiere a los procesos electorales por el fraude y el abstencionismo generalizados. El caciquismo era, además de un sistema de estructuración de la sociedad nada igualitario, una vía para poner en relación al mundo urbano, donde se tomaban las decisiones políticas, con el rural, es decir, con la mayor parte del país. A través de las clientelas caciquiles llegaba hasta los lugares más recónditos de la geografía española algo parecido a la autoridad.

A pesar de lo que pudiera parecer, la red caciquil no fue estática ni cerrada desde el primer momento, sino que es posible concebirla como un conglomerado dinámico, que poco a poco parece ir consolidándose en el tejido socio-político hasta hacer poco menos que imposible su desmembración a manos de los gobernantes que quisieron intentarla. El «descuaje» de tan vilipendiados mecanismos vendría de fuera de sus límites, con la irrupción de formas políticas nuevas, y ni siquiera podemos estar seguros de que su desaparición se produjera hasta la Guerra Civil, o incluso más tarde.

[editar] Funcionamiento

En general,se ha enfocado el problema del caciquismo como de carácter esencialmente político y predominantemente electoral. El cacique habría sido una pieza más en la estructura de la Administración centralizada: era el jefe local de uno de los partidos, eslabón en la cadena de una de las muchas clientelas que componían el sistema político. Como tal su misión consistía en la manipulación electoral tendiente a la consecución de unos resultados más o menos ficticios, muchas veces obtenidos por medios ilegales, favorables a su jefe de filas. La base de su poder no habría residido por tanto en su posición económica, sino en su control de los mecanismos administrativos; el cacique, tanto liberal como conservador, tiene en la localidad una influencia que deriva de su control sobre los actos de la Administración; ese control se ejerce en el sentido de imponer a la Administración actos antijurídicos; la inmunidad del cacique respecto a los Gobiernos deriva del hecho de que él es el jefe local de su partido, siendo los gobernantes también jefes nacionales de facciones del mismo o de otro partido o facción, necesitados todos de la lenidad gubernamental para perdurar como tales partidos o facciones. Ese dominio de los mecanismos administrativos habría permitido al cacique la creación y el mantenimiento de un patronazgo, posible gracias a la distribución discriminatoria de favores que beneficiaba a sus fieles.

Las elecciones en España estuvieron marcadas por el fraude, que por sí mismo tenía la suficiente importancia como para haberse constituido en la encarnación misma del sistema político. Unos mecanismos fraudulentos que empezaban por la manipulación del censo electoral, en el que aparecían enfermos, difuntos e individuos desconocidos, cuyos votos eran aprovechados por quien demostraba mayor habilidad en la suplantación y la duplicación de sufragios.

Desde luego, la letra de las leyes no se correspondía con las prácticas políticas, y menos con las electorales. Se ha relatado con frecuencia el proceso de preparación de las elecciones. Este comenzaba con el «encasillado», operación mediante la cual el Ministerio de la Gobernación rellenaba las «casillas» correspondientes a los distritos con los nombres de los candidatos que el Gobierno estaba dispuesto a proteger. Estos candidatos podían ser del partido en el poder (aquél que ha conseguido el decreto de disolución de las Cortes y organizaba las elecciones para fabricarse una mayoría) o de la oposición. Porque el encasillado no era simplemente una orden gubernamental, sino el resultado de arduas negociaciones entre las diferentes fuerzas políticas. De hecho, en el mismo partido que controlaba el Consejo de Ministros solían existir distintas tendencias, representadas por los jefes de filas de diversas clientelas, los cuales exigían un número u otro de escaños parlamentarios dependiendo de sus fuerzas. La descomposición de las dos formaciones dinásticas en el reinado de Alfonso XIII aumentó la cantidad de líderes y dificultó el encasillado.

Tras este tramo del encasillado, que se llevaba a cabo en Madrid, las negociaciones continuaban a nivel local, por medio del representante del poder central en cada provincia, el gobernador civil. El gobernador buscaba el acuerdo con los caciques de su marco de competencia, para conseguir ajustar los resultados de éste a los deseos del Ministerio. Los caciques, que controlaban los diferentes cargos importantes (en los ayuntamientos, juzgados, etcétera), actuaban de acuerdo a su influencia, y a menudo imponían su voluntad al representante gubernamental. Lo normal era que los consistorios municipales y los jueces de la oposición dimitieran en favor de los oficialistas, pero la autoridad podía verse obligada a suspender en sus puestos a quienes no lo hicieran voluntariamente. Más adelante, al ser más difícil levar a cabo estas falsificaciones, algunos caciques llegaron a inscribir a los muertos del cementerio local.

El fenómeno caciquil se ilustra perfectamente con la anécdota del cacique de Motril, en la provincia de Granada. Cuando llegó el resultado de las elecciones, se lo llevaron al Casino del pueblo. Lo hojeó y, ante los expectantes correligionarios que lo rodeaban, pronunció las siguientes palabras:

Nosotros, los liberales, estábamos convencidos de que ganaríamos las elecciones. Sin embargo, la voluntad de Dios ha sido otra. Al parecer, hemos sido nosotros, los conservadores, quienes hemos ganado las elecciones.

[editar] La crisis del sistema

Durante el reinado de Alfonso XIII el sistema político y social que el caciquismo representaba fue motivo de escándalo para muchos. Pero las relaciones de poder descritas duraron hasta por lo menos los comienzos de la cuarta década del siglo XX. Ante la desmovilización popular y una oposición que no conseguía articular auténticos movimientos de masas en el país, la red caciquil continuó funcionando sin que los intentos por acabar con ella tuvieran éxito. La efectiva democratización no llegaría hasta 1931, cuando la República, que para muchos encarnaba la libertad y la democracia en sentido auténtico, tendría que enfrentarse con obstáculos que impidieron la implantación duradera de un régimen representativo en España.

Hubo momentos en que parecía que la opinión pública iba en efecto a romper el círculo político oligárquico, como cuando se implantó el sufragio universal (1890), en la crisis colonial (1898) o en la última etapa del período, cuando se descomponían los partidos del turno, pero todas las esperanzas quedaron defraudadas. La impotencia que sentían los que deseaban un cambio político sustancial explica parcialmente la aceptación del golpe de estado del general Primo de Rivera, en cuyo programa figuraban de forma preferente el fin de la vieja política y la regeneración del país. Los objetivos que la dictadura declaraba incluían la simple sustitución de la minúscula política de la etapa caciquil, reducida al servicio de las clientelas, por la «auténtica» política. Se concebía la labor del dictador casi como la de un mesías que milagrosamente iba a sacar al Estado de su postración. Sin embargo, las medidas contra el caciquismo que aplicó el nuevo régimen tuvieron una corta duración temporal: se suspendieron ayuntamientos y diputaciones, y se sometió a estas instituciones a la fiscalización de las autoridades militares de cada provincia primero y de delegados gubernativos enviados al efecto después. Estos delegados acabaron en muchos casos convirtiéndose en los sustitutos de los caciques, o vieron imposibilitada su labor regeneradora por la acción de los jueces, que como sabemos formaban parte de las redes caciquiles.

La proclamación de la República y las transformaciones de orden democrático que llevó anejas quedaron reflejadas en aspectos como la participación plena de tendencias políticas hasta entonces marginadas como los partidos republicanos y el socialismo, y el establecimiento de una legislación electoral más justa y participativa. Ello condujo en algunas zonas a la crisis definitiva del sistema caciquil, pero en otras este método de dominación secular conservó toda su fuerza al pervivir los fuertes lazos de influencia personal que eran su garantía. Por otro lado, las instancias tradicionales del poder en el ámbito agrario comenzaron a organizarse en defensa de sus intereses a través de partidos capaces de competir en la nueva situación. Así surgieron nuevas fuerzas políticas de talante conservador como los agrarios; otras sufrieron un significativo proceso de moderación como el radicalismo, y también se formaron importantes partidos de masas, como la CEDA.

[editar] Véase también

Wikcionario

[editar] Bibliografía

  • Carr, Raymond. España, 1808-1975. Barcelona, 1996.
  • Molas Ribalta, Pedro:. Manual de Historia Moderna de España. Madrid, 1988.
  • Varela Ortega, José,El poder de la influencia : geografía del caciquismo en España: (1875-1923) Centro de Estudios Políticos y Constitucionales 2001 ISBN 84-259-1152-4[1]
  • Rodríguez Acevedo, José Manuel. Caciquismo y cuestión agraria en Tenerife (1890-1936). Ediciones Idea, Tenerife, 2009 (2 vol.)
  • Varios Autores:. Historia Política y Social Moderna y Contemporánea, Madrid, 2001.

[editar] Notas