Yo no tengo ninguna duda: una casa. Ahora voy a argumentar a favor aunque comprendo que en determinadas circunstancias no queda más remedio que vivir en un piso.
En primer lugar considero que la vivienda es una parte fundamental de la vida de cualquier persona o familia. Será en esa vivienda donde pases buena parte de los días y siendo así no sería lógico suponer que es indiferente cómo sea tu casa o piso, o dónde se encuentre.
Tu vivienda es donde vas a guardar todo aquello que tiene algún valor material y debido a lo que en ese sitio vas a vivir seguramente allí quedarán momentos con un gran valor sentimental.
La vivienda es a donde siempre vuelves. Es un lugar de referencia. Si estás cansado no se te ocurre irte a mitad del campo sino que regresas a tu casa, si te encuentras mal vuelves a casa y allí te quedas hasta que estés bien, la casa es un refugio, es un lugar en el que estás a salvo. Si la vivienda es heredada y en ella han vivido tus familiares durante décadas también sirve como punto de unión con el pasado, las tradiciones y en cierto modo con el sentido de la vida y de la muerte.
Por muy a gusto que estés en la casa de unos amigos, o de unos familiares, cuando regresas a tu casa es cuando te sientes completamente libre. En esa vivienda se encuentra una parte de ti y no hay otro lugar que se le pueda comparar. Tal vez si se analiza desde un punto de vista psicológico este asunto lo que encontraríamos sería un cierto narcisismo. La propia casa es como una parte de uno mismo a la que se quiere. Tal vez sea así, y aunque efectivamente sea así, esto no plantea ningún problema. Nunca está de más que nos queramos.
Mal asunto sería que no nos encontrásemos a gusto en nuestra propia casa. No hay nada peor porque si al lugar al que deberías de volver para descansar es donde tienes que seguir defendiéndote entonces en lo único que piensas es en poder encontrar otra vivienda y tal vez otra compañera/o de vida con quien te puedas sentir bien. Pero este es otro asunto que tengo que dejar al margen de lo que ha motivado este artículo. Doy por hecho algo que sé que no se cumple en todos los casos: que nuestra vivienda sea ese lugar de referencia donde nos encontramos mejor que en ningún otro lugar. Sin embargo lo que aquí vamos a intentar dilucidar es si es mejor para vivir una casa o un piso.
Elegir entre una casa o un piso muchas veces se reduce a algo tan contundente, y simple, como tener, o no tener, dinero suficiente para la opción más cara que suele ser siempre la casa.
Ahora bien, antes de nada debería de aclarar que con la palabra casa no me estoy refiriendo a esos pisos modernos a los que se les llama casas por el sólo hecho de no estar amontonados en altura, teniendo por encima o por debajo otras viviendas. No, eso para mí no es una casa puesto que se trata de pisos individualizados.
Una casa puede ser de mayor o menor tamaño pero sin patios o jardines, ¿cómo podemos llamar casa a una acumulación de habitaciones?.
Una casa es en cierta manera una representación en miniatura del mundo y del tiempo. En una casa tenemos nuestro dormitorio que sería la matriz materna a la que cada noche volvemos para dormir. En nuestra casa nos alimentamos, nos vestimos, nos lavamos, nos divertimos. En nuestra librería encontramos el saber que nos interesa y que nos ofrece el mundo. En nuestra casa encontramos recogimiento. Pero en una casa sin patios o jardines, ¿dónde encontramos la Naturaleza? ¿Cómo podremos hacer algo tan elemental como plantar una semilla para verla crecer? Si, ya sé, en una maceta, esa es la única solución para quien tiene un piso. Pero no hace falta decir que no es lo mismo. No se puede comprar salir a una terraza de cuatro metros que a un jardín en el que sientes que en verdad estás en unión con el mundo. La terraza está en las nubes y la vida del ser humano se desarrolla en la tierra.
Me gustaría llamar la atención sobre el verbo que he empleado antes para referirme a las terrazas: salir. Ese es el significado de esa zona: salir fuera del recogimiento que se encuentra en las habitaciones sin necesidad de estar fuera de tu casa. Pero el piso en este sentido no ofrece nada, sólo opresión y promesas de algo que realmente no te puede dar: la tierra bajo tus pies.
Sé que a todo se acostumbra el ser humano. Lo sé además por experiencia propia porque yo también he vivido en un piso, bueno, en varios, y por no tener patio o jardín no me he sentido en una prisión. Sin embargo también he vivido en una casa y puedo asegurar y confirmar que el placer de salir a un patio o jardín te demuestra que los pisos son sólo tipos de viviendas forzadas por la necesidad de tener a cientos de miles, o millones, de seres humanos viviendo en relativamente poco espacio.
En resumen:
A la hora de decidir si vamos a vivir en una casa o en un piso no deberíamos de engañarnos haciéndonos creer que sólo puede ser bueno aquello que podamos pagar. Por ese camino se termina diciendo que un piso es mucho mejor que una casa, y además a ser posible un piso pequeño, porque hay menos que limpiar. Esto no tiene sentido, siempre que nos mantengamos dentro de los límites realistas de nuestras posibilidades. Las viviendas están ahí para que podamos disfrutar en ellas, porque son parte de nuestra vida y porque en ellas deberíamos de desarrollar nuestra vida con todas las opciones posibles. Una vivienda no es sólo un lugar que te protege de la lluvia o donde puedes dormir. Esa es una visión tan reducida que terminará volviéndose en contra de quien la suscribe o por lo menos le impedirá conocer todos los placeres que le puede ofrecer una casa.
Dicho esto, y habiendo dejado claro que yo estoy a favor de vivir en una casa, debería de mencionar también que una sociedad que intenta hacer pasar por bueno lo que esclaviza al ser humano es signo de decadencia y canallesco.
Nos desvivimos por tener un trabajo, por tener un sueldo cada mes, por poder gastar ese dinero yendo al cine, a restaurantes, comprándonos un nuevo teléfono móvil,… y como hacer posible esto no es nada fácil, y menos aún cuando hemos permitido hacer negocio con una necesidad básica como es la vivienda, nos encontramos que hacer frente a una hipoteca por un mal piso, en una mala zona, nos va a convertir en esclavos durante 30 años. Si intentamos comprar una casa aceptable entonces volvemos a sentirnos esclavos, en este caso de nuestra casa-hipoteca, que nos impide tener una vida social que también deseamos.
En estas condiciones es evidente que hablar de gastar más en un patio, o en un jardín, es impensable. Sin embargo sería bueno que nos detuviésemos a pensar si lo que estamos aceptando de entrada como bueno realmente lo es, y lo que rechazamos es malo. ¿En verdad la mejor forma posible de vida es la que, si bien nos está ofreciendo los cines, restaurantes, tiendas,… al mismo tiempo nos coloca los grilletes de la hipoteca de un piso que jamás podrá darnos lo que una pequeña casa en un bonito pueblo?.
Comprendo que necesitamos vivir en sociedad, que pensar demasiado y descubrir cómo somos esclavos del Sistema nunca es bueno porque no hay soluciones. Pero, ¿de verdad no las hay?.
Yo estoy por la labor de encontrar un camino diferente. Quiero tener mi propia casa. Quiero tener mi jardín. Quiero cultivar mis patatas y mis pimientos. Quiero plantar jazmines, enredaderas tropicales, árboles frutales. Quiero sentirme unido a la parte de la sociedad que me gusta. Quiero mi casa para vivir.
Obtenido de http://www.unacasaparavivir.com/una-casa-o-un-piso-para-vivir/
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